El rey vallenato más joven del Festival Vallenato lanza, con su compañero Iván Villazón, un homenaje a Aníbal Velásquez para animar la temporada de fin de año y los carnavales.
Hay grandes facetas que el público no conoce del acordeonero Saúl Lallemand. Una es que canta, la otra que interpreta muy bien la guitarra y se suma a su excelente forma de componer.
Lallemand tiene en su palmarés profesional el ser el rey vallenato más joven en ganar el Festival de la Leyenda Vallenata de Valledupar. Lo consiguió en 1998, cuando con solo 21 años derrotó en la tarima ‘Colacho’ Mendoza de la plaza Alfonso López a Dagoberto ‘El Negrito’ Osorio, el gran favorito de ese año.
En abril ganó el Festival Vallenato y a finales de octubre de ese año, el cantante Iván Villazón lo invitó a que lo acompañara en tarima luego de haberse separado de Franco Argüelles.
Con Villazón hizo 10 producciones discográficas en línea, con las que se ganó el respeto y la admiración del público amante del género vallenato. En 2008 se fue del ‘villazonismo’ y armó grupo con ‘Beto’ Zabaleta, pero el matrimonio no duró mucho y entonces formó proyecto con Luifer Cuello, unión que tampoco funcionó.
En 2010, Iván Villazón quedó sin acordeonero al despedir a Iván Zuleta en tarima, la opción más lógica fue reencontrarse con Lallemand. Han pasado seis años en los que han grabado dos producciones y ahora están en el proceso de hacer la tercera, en la que el primer objetivo es el ‘Mosaico-Zon IV’, en homenaje a Aníbal Velásquez.
“Hicimos un estudio de la música de Aníbal Velásquez y escogimos cuatro canciones para hacer un mosaico que esperamos sea un éxito en el fin de año y los carnavales. Se escogieron temas que no fueran tan trillados y hacerlas con arreglos vallenatos, con sabor y ritmo para el bailador”, declaró Saúl Lallemand.
‘El ají picante’, ‘La ronchita’, ‘Mambo loco’ y ‘La gallina’, son los temas incluidos en este popurrí.
“El vallenato que manejamos Iván Villazón y yo le gusta a todos, a los jóvenes y adultos, no perdemos la esencia porque lo que hacemos gusta y eso hace parte de nuestro estilo tradicional”, agregó el rey vallenato 1998.
Villazón y Lallemand viene de hacer con ‘El camino de mi existencia’, el álbum de estudio del 2014 en el género vallenato y ese según Saúl, es un desafío para la nueva producción.
“Ese compacto cumplió dos años y tres meses de haber salido al mercado, pero se siente como el primer día. Es un compromiso grande y de bastante cuidado para lo que pensamos hacer. Desde el reencuentro con el maestro Iván Villazón, a pesar de tanta competencia en el mercado, nosotros nos seguimos manteniendo y a la gente le gustó esta nueva etapa”, puntualizó.
La grabación del ‘Mosaico-Zon IV’ se realizó en Barranquilla en los estudios de Fernando Mercado, bajo la producción del bajista Pedro ‘Peyo’ Cotes, con la colaboración del grabador Máncel Cárdenas, mientras que la mezcla fue de Fernando Mercado.
12 Producciones musicales ha hecho Saúl Lallemand con la voz de Iván Villazón. La primera unión se gestó en octubre de 1998.
Por Carlos Mario Jiménez
[email protected]
El rey vallenato más joven del Festival Vallenato lanza, con su compañero Iván Villazón, un homenaje a Aníbal Velásquez para animar la temporada de fin de año y los carnavales.
Hay grandes facetas que el público no conoce del acordeonero Saúl Lallemand. Una es que canta, la otra que interpreta muy bien la guitarra y se suma a su excelente forma de componer.
Lallemand tiene en su palmarés profesional el ser el rey vallenato más joven en ganar el Festival de la Leyenda Vallenata de Valledupar. Lo consiguió en 1998, cuando con solo 21 años derrotó en la tarima ‘Colacho’ Mendoza de la plaza Alfonso López a Dagoberto ‘El Negrito’ Osorio, el gran favorito de ese año.
En abril ganó el Festival Vallenato y a finales de octubre de ese año, el cantante Iván Villazón lo invitó a que lo acompañara en tarima luego de haberse separado de Franco Argüelles.
Con Villazón hizo 10 producciones discográficas en línea, con las que se ganó el respeto y la admiración del público amante del género vallenato. En 2008 se fue del ‘villazonismo’ y armó grupo con ‘Beto’ Zabaleta, pero el matrimonio no duró mucho y entonces formó proyecto con Luifer Cuello, unión que tampoco funcionó.
En 2010, Iván Villazón quedó sin acordeonero al despedir a Iván Zuleta en tarima, la opción más lógica fue reencontrarse con Lallemand. Han pasado seis años en los que han grabado dos producciones y ahora están en el proceso de hacer la tercera, en la que el primer objetivo es el ‘Mosaico-Zon IV’, en homenaje a Aníbal Velásquez.
“Hicimos un estudio de la música de Aníbal Velásquez y escogimos cuatro canciones para hacer un mosaico que esperamos sea un éxito en el fin de año y los carnavales. Se escogieron temas que no fueran tan trillados y hacerlas con arreglos vallenatos, con sabor y ritmo para el bailador”, declaró Saúl Lallemand.
‘El ají picante’, ‘La ronchita’, ‘Mambo loco’ y ‘La gallina’, son los temas incluidos en este popurrí.
“El vallenato que manejamos Iván Villazón y yo le gusta a todos, a los jóvenes y adultos, no perdemos la esencia porque lo que hacemos gusta y eso hace parte de nuestro estilo tradicional”, agregó el rey vallenato 1998.
Villazón y Lallemand viene de hacer con ‘El camino de mi existencia’, el álbum de estudio del 2014 en el género vallenato y ese según Saúl, es un desafío para la nueva producción.
“Ese compacto cumplió dos años y tres meses de haber salido al mercado, pero se siente como el primer día. Es un compromiso grande y de bastante cuidado para lo que pensamos hacer. Desde el reencuentro con el maestro Iván Villazón, a pesar de tanta competencia en el mercado, nosotros nos seguimos manteniendo y a la gente le gustó esta nueva etapa”, puntualizó.
La grabación del ‘Mosaico-Zon IV’ se realizó en Barranquilla en los estudios de Fernando Mercado, bajo la producción del bajista Pedro ‘Peyo’ Cotes, con la colaboración del grabador Máncel Cárdenas, mientras que la mezcla fue de Fernando Mercado.
12 Producciones musicales ha hecho Saúl Lallemand con la voz de Iván Villazón. La primera unión se gestó en octubre de 1998.
Por Carlos Mario Jiménez
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