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Columnista - 4 febrero, 2023

No más majaderías

Ahora resulta que los exfarc, de los peores delincuentes de nuestra historia, están pensando en declararse víctimas del conflicto colombiano.

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Ahora resulta que los exfarc, de los peores delincuentes de nuestra historia, están pensando en declararse víctimas del conflicto colombiano. Según Rodrigo Londoño -alias Timochenko-, en declaraciones a los medios de comunicación, el estado obligó a los miembros de las Farc a formar esa guerrilla, ¡lo que nos faltaba!

Además de no haber reparado a las verdaderas víctimas del conflicto que ellos mismos crearon, de no haber entregado las armas, de no haber entregado a las autoridades colombianas las rutas del narcotráfico que les permitieron lucrarse durante años, en pocas palabras, de haberse burlado de todos nosotros, existe la posibilidad de que terminemos pagándole a estos nefastos personajes porque el estado ejerció su fuerza contra ellos; fuerza que aducen fue desproporcionada. 

Es que no sé si lo que estamos es viendo una de esas parodias de novela de Sábados Felices. Cada día que pasa nos sorprenden con una noticia producida por el gobierno actual o por estos facinerosos que nos deja fríos. El grado de desinstitucionalización que vivimos no tiene antecedentes, ni siquiera parecidos.

Lo que pasa en Colombia es producto de que se ha relativizado todo. Ahora lo malo nos lo quieren hacer ver como bueno y viceversa. Uno lucha por no confundirse porque ahora lo dudamos todo. Los hampones gobiernan gracias a que han corrido su línea ética, los buenos debemos atrincherarnos para defendernos de la primera línea y de las constantes injusticias de quienes quieren vivir del estado sin estudiar y sin trabajar. Sólo estamos defendiendo la Colombia que hemos ayudado a construir durante años.

Hemos insistido en otras columnas en que nuestras fuerzas armadas, de origen constitucional, tienen la tarea de protegernos de quienes no respetan el ordenamiento jurídico. Pero ahora resulta que el Ejército, la Armada, la FAC y la Policía Nacional se excedieron al perseguir a las Farc. Esta es una mácula más a las que nos están acostumbrando. 

Recordemos que el mismo Gobierno nacional parece desconocer que Colombia es un estado social de derecho ya que se comporta como si no estuviese sometido a la ley. Mediante decretos se desconocen las normas y la institucionalidad diariamente, cada día que pasa tenemos más minada la estructura constitucional del país.

Ahora el Ministerio de Justicia aboga por que los delincuentes salgan de la cárcel, los guerrilleros pretenden ser víctimas del conflicto, las líneas éticas de las campañas políticas se llevan al extremo para perjudicar al adversario, los miembros de la primera línea son gestores de paz… El mundo al revés.

Rechazamos tajantemente esta idea absurda de Timochenko de acudir a la Jurisdicción Especial para la Paz -JEP- para que esta declare que la guerrillerada es víctima del estado colombiano. Lo triste del cuento es que esta jurisdicción, que también hemos combatido al considerarla abiertamente ilegal e ilegítima –la rama judicial consagrada en la Carta de 1991 debía haber juzgado a los exfarc- no nos sorprendería si accede a dicho reconocimiento. 

Hoy en Colombia quienes hemos estudiado y trabajado duro para salir adelante, quienes hemos pagado nuestros impuestos puntualmente, quienes cumplimos la ley, somos los parias, los estúpidos, los idiotas. Y este mensaje ha calado en una juventud que no quiere madrugar a dar la lucha, en una juventud que pretende que el estado la mantenga sin trabajar, sin sudarla. 

No dejaremos que nos confundan con sus discursos de odio, resentimiento y venganza, seguiremos escribiendo para defender la historia y a aquellos que nos antecedieron en esta lucha, seguiremos generando un debate público permanente para develar los oscuros intereses que hoy tienen en riesgo nuestro sistema de salud, las pensiones, la producción de petróleo y gas, en fin, que comprometen el futuro de Colombia y el bienestar de todos. 

No bajaremos los brazos ni nos daremos por vencidos en nuestro empeño por defender nuestros principios y lo que consideramos legal y correcto.

¡Le decimos tajantemente no a las majaderías que hoy nos tienen al borde del abismo!

Por Jorge Eduardo Avila

Columnista
4 febrero, 2023

No más majaderías

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jorge Eduardo Ávila

Ahora resulta que los exfarc, de los peores delincuentes de nuestra historia, están pensando en declararse víctimas del conflicto colombiano.


Ahora resulta que los exfarc, de los peores delincuentes de nuestra historia, están pensando en declararse víctimas del conflicto colombiano. Según Rodrigo Londoño -alias Timochenko-, en declaraciones a los medios de comunicación, el estado obligó a los miembros de las Farc a formar esa guerrilla, ¡lo que nos faltaba!

Además de no haber reparado a las verdaderas víctimas del conflicto que ellos mismos crearon, de no haber entregado las armas, de no haber entregado a las autoridades colombianas las rutas del narcotráfico que les permitieron lucrarse durante años, en pocas palabras, de haberse burlado de todos nosotros, existe la posibilidad de que terminemos pagándole a estos nefastos personajes porque el estado ejerció su fuerza contra ellos; fuerza que aducen fue desproporcionada. 

Es que no sé si lo que estamos es viendo una de esas parodias de novela de Sábados Felices. Cada día que pasa nos sorprenden con una noticia producida por el gobierno actual o por estos facinerosos que nos deja fríos. El grado de desinstitucionalización que vivimos no tiene antecedentes, ni siquiera parecidos.

Lo que pasa en Colombia es producto de que se ha relativizado todo. Ahora lo malo nos lo quieren hacer ver como bueno y viceversa. Uno lucha por no confundirse porque ahora lo dudamos todo. Los hampones gobiernan gracias a que han corrido su línea ética, los buenos debemos atrincherarnos para defendernos de la primera línea y de las constantes injusticias de quienes quieren vivir del estado sin estudiar y sin trabajar. Sólo estamos defendiendo la Colombia que hemos ayudado a construir durante años.

Hemos insistido en otras columnas en que nuestras fuerzas armadas, de origen constitucional, tienen la tarea de protegernos de quienes no respetan el ordenamiento jurídico. Pero ahora resulta que el Ejército, la Armada, la FAC y la Policía Nacional se excedieron al perseguir a las Farc. Esta es una mácula más a las que nos están acostumbrando. 

Recordemos que el mismo Gobierno nacional parece desconocer que Colombia es un estado social de derecho ya que se comporta como si no estuviese sometido a la ley. Mediante decretos se desconocen las normas y la institucionalidad diariamente, cada día que pasa tenemos más minada la estructura constitucional del país.

Ahora el Ministerio de Justicia aboga por que los delincuentes salgan de la cárcel, los guerrilleros pretenden ser víctimas del conflicto, las líneas éticas de las campañas políticas se llevan al extremo para perjudicar al adversario, los miembros de la primera línea son gestores de paz… El mundo al revés.

Rechazamos tajantemente esta idea absurda de Timochenko de acudir a la Jurisdicción Especial para la Paz -JEP- para que esta declare que la guerrillerada es víctima del estado colombiano. Lo triste del cuento es que esta jurisdicción, que también hemos combatido al considerarla abiertamente ilegal e ilegítima –la rama judicial consagrada en la Carta de 1991 debía haber juzgado a los exfarc- no nos sorprendería si accede a dicho reconocimiento. 

Hoy en Colombia quienes hemos estudiado y trabajado duro para salir adelante, quienes hemos pagado nuestros impuestos puntualmente, quienes cumplimos la ley, somos los parias, los estúpidos, los idiotas. Y este mensaje ha calado en una juventud que no quiere madrugar a dar la lucha, en una juventud que pretende que el estado la mantenga sin trabajar, sin sudarla. 

No dejaremos que nos confundan con sus discursos de odio, resentimiento y venganza, seguiremos escribiendo para defender la historia y a aquellos que nos antecedieron en esta lucha, seguiremos generando un debate público permanente para develar los oscuros intereses que hoy tienen en riesgo nuestro sistema de salud, las pensiones, la producción de petróleo y gas, en fin, que comprometen el futuro de Colombia y el bienestar de todos. 

No bajaremos los brazos ni nos daremos por vencidos en nuestro empeño por defender nuestros principios y lo que consideramos legal y correcto.

¡Le decimos tajantemente no a las majaderías que hoy nos tienen al borde del abismo!

Por Jorge Eduardo Avila