Por Julio Mario Celedón Algunos de nosotros tenemos la errada creencia de que los gringos y sus costumbres son lo máximo, por eso los imitamos en muchas de sus prácticas, por eso hace algunos años trajimos a nuestro entorno la tradición de celebrar el Halloween, pero desde que investigué un poco sobre la historia de […]
Por Julio Mario Celedón
Algunos de nosotros tenemos la errada creencia de que los gringos y sus costumbres son lo máximo, por eso los imitamos en muchas de sus prácticas, por eso hace algunos años trajimos a nuestro entorno la tradición de celebrar el Halloween, pero desde que investigué un poco sobre la historia de esta fiesta decidí no celebrarla más, pues esta es una actividad que tiene un origen oscuro, con más de 3.000 años de antigüedad, tiene sus raíces en el pueblo Celta, cultura Antigua que se estableció en el occidente de Europa, ellos ese día celebraban “El año nuevo Celta” el cual iniciaba con la estación oscura, y en esta fecha ofrecían sacrificios animales y humanos al dios Samhaím o “señor de la muerte”, la costumbre céltica tenía la idea de que ese día se abría un portal que conectaba este mundo con el más allá y que eran visitados por los espíritus, ese día también hacían rituales de adivinación y brujería para predecir el futuro de sus actividades, sobre todo saber cómo les iba a ir en sus cosechas, por eso esa fiesta también se conoce como “noche de brujas”.
La palabra Halloween es una variación Escocesa de la expresión Inglesa “all hallows eve” que traducido al español significa “víspera de todos los santos” festividad celebrada por los católicos el primero de noviembre. La tradición del Halloween fue llevada a los Estados Unidos por la migración europea, principalmente por irlandeses, de allí se expandió por toda América, ustedes se preguntarán qué de malo tiene que ese día los niños salgan con sus disfraces a pedir dulces y los adultos se enmascaren y se vistan con indumentarias de muertos, brujas, zombis, calaveras para ir a divertirse “sanamente”, pues les recuerdo que esta fiesta que se originó para adoración a los muertos y que la mayor argucia del demonio es hacernos creer que él no existe y que nada de lo que hacemos es malo, allí radica su astucia.
La verdad por mi parte yo no celebro el Halloween, cada quien es libre de hacerlo si es de su gusto, para eso Dios nos da el libre albedrío, prefiero no hacerlo porque ya conozco la verdadera historia de la celebración, su trasfondo “non sancto”, les aconsejo a los padres tener mucho cuidado con los niños, pues ese día es utilizado por sectas satánicas para hacer sus ritos, la consideran una noche propicia para sus actividades, se han visto casos de rapto, violación y desaparición de niños y adolescentes por parte de estos grupos, también sugiero a los padres que hagan lo posible porque los niños celebren de día, que procuren convertir esta fiesta de “noche de brujas” en “ el día de los niños” que los disfracen con atuendos que no le hagan apología, al mal, a la muerte o al demonio.
Por Julio Mario Celedón Algunos de nosotros tenemos la errada creencia de que los gringos y sus costumbres son lo máximo, por eso los imitamos en muchas de sus prácticas, por eso hace algunos años trajimos a nuestro entorno la tradición de celebrar el Halloween, pero desde que investigué un poco sobre la historia de […]
Por Julio Mario Celedón
Algunos de nosotros tenemos la errada creencia de que los gringos y sus costumbres son lo máximo, por eso los imitamos en muchas de sus prácticas, por eso hace algunos años trajimos a nuestro entorno la tradición de celebrar el Halloween, pero desde que investigué un poco sobre la historia de esta fiesta decidí no celebrarla más, pues esta es una actividad que tiene un origen oscuro, con más de 3.000 años de antigüedad, tiene sus raíces en el pueblo Celta, cultura Antigua que se estableció en el occidente de Europa, ellos ese día celebraban “El año nuevo Celta” el cual iniciaba con la estación oscura, y en esta fecha ofrecían sacrificios animales y humanos al dios Samhaím o “señor de la muerte”, la costumbre céltica tenía la idea de que ese día se abría un portal que conectaba este mundo con el más allá y que eran visitados por los espíritus, ese día también hacían rituales de adivinación y brujería para predecir el futuro de sus actividades, sobre todo saber cómo les iba a ir en sus cosechas, por eso esa fiesta también se conoce como “noche de brujas”.
La palabra Halloween es una variación Escocesa de la expresión Inglesa “all hallows eve” que traducido al español significa “víspera de todos los santos” festividad celebrada por los católicos el primero de noviembre. La tradición del Halloween fue llevada a los Estados Unidos por la migración europea, principalmente por irlandeses, de allí se expandió por toda América, ustedes se preguntarán qué de malo tiene que ese día los niños salgan con sus disfraces a pedir dulces y los adultos se enmascaren y se vistan con indumentarias de muertos, brujas, zombis, calaveras para ir a divertirse “sanamente”, pues les recuerdo que esta fiesta que se originó para adoración a los muertos y que la mayor argucia del demonio es hacernos creer que él no existe y que nada de lo que hacemos es malo, allí radica su astucia.
La verdad por mi parte yo no celebro el Halloween, cada quien es libre de hacerlo si es de su gusto, para eso Dios nos da el libre albedrío, prefiero no hacerlo porque ya conozco la verdadera historia de la celebración, su trasfondo “non sancto”, les aconsejo a los padres tener mucho cuidado con los niños, pues ese día es utilizado por sectas satánicas para hacer sus ritos, la consideran una noche propicia para sus actividades, se han visto casos de rapto, violación y desaparición de niños y adolescentes por parte de estos grupos, también sugiero a los padres que hagan lo posible porque los niños celebren de día, que procuren convertir esta fiesta de “noche de brujas” en “ el día de los niños” que los disfracen con atuendos que no le hagan apología, al mal, a la muerte o al demonio.