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Es claro que un congresista no la tiene fácil, es un trabajo complejo y que muchas veces no permite satisfacer al elector, pero también es claro que así como existen congresistas buenos, también encontramos unos pésimos.
En las elecciones de Congreso de la República para el periodo 2022-2026, el porcentaje de participación de la ciudadanía a nivel nacional alcanzó un 48%, con una abstención del 52%.
Tratándose del departamento del Cesar, donde el Censo Electoral para el año 2022 era de 868.429 votantes habilitados, se obtuvieron 420.544 votos para el Senado de la República y 414.871 para la Cámara de Representantes; quiere decir que la participación para Senado fue del 48,4% y para Cámara de Representantes del 47,7%.
Se viene la época preelectoral para las elecciones a Congreso de la República 2026-2030 y ya empieza el sonajero de los aspirantes al Senado de la República y a la Cámara de Representantes. No sobra reflexionar como ciudadanía cesarense en la forma como cada uno votó en la oportunidad anterior. Mucho más, si el candidato por el que usted votó logró obtener una curul.
Piense si usted acertó en la elección anterior; no solo me refiero a si su candidato ganó, me refiero a si hizo un buen trabajo como legislador y dirigente regional; haya sido aliado del gobierno, oposición o se haya declarado independiente.
Si acertó, no dude en volver a votar por el congresista que ha hecho bien su trabajo, pero si por el contrario se equivocó, no vuelva y la embarre, no le haga ese daño a su departamento y al país. Uno tiene derecho a embarrarla una vez, pero si lo hace dos veces ya es necedad y estúpidez. El mal congresista es malo y ni si lo maquillan logra mejorar.
Es claro que un congresista no la tiene fácil, es un trabajo complejo y que muchas veces no permite satisfacer al elector, pero también es claro que así como existen congresistas buenos, también encontramos unos pésimos.
Con el mal congresista es mejor ni a la esquina; pero, si a usted le parece que un congresista de su departamento es bueno, vuelva y vote por él, no lo dude. Un senador que valga la pena y un representante a la Cámara que haya dado la talla merecen ser reelegidos.
Si a usted le parece que José Alfredo Gnecco o Didier Lobo Chinchilla lo hicieron bien, sin duda vuelva y marqueles el número y el partido político. Incluso a la senadora Imelda Daza Cotes, quien obtuvo una de las curules otorgadas mediante el acuerdo de paz.
Si votó por Ape Cuello Baute, o por Pipe Quintero Ovalle; o si le rayó la cara a Eliécer Salazar López; o por el contrario votó por Libardo Cruz Casado, avance y vuelva y reelijalos a la Cámara de Representantes, si está a gusto con la gestión individual de alguno de ellos. Incluso, al representante a la Cámara Jorge Tovar Vélez, elegido por el Cesar, el Magdalena y La Guajira dentro de las circunscripciones transitorias especiales de Paz.
Si por el contrario duda, ni los mire. No sea un pendejo más; no se convierta en un descriteriado, que vote por cuanto mal congresista se se le atraviese. Si usted votó por un mal congresista, déjelo pasar, eso sí no vuelva y le vote. Darle cuatro años con su voto a alguien que no da la talla es hacerle un gran daño al Cesar.
Si usted votó por un congresista de actitud, juicioso y de perrenque tenga presente que ese personaje vale oro; si usted votó por un bueno para nada, no le pierda tiempo. Su voto vale, ni lo pierda, ni lo regale, ni lo venda. Dice el dicho: el tiempo perdido, hasta los perros lo lloran. Cuatro años de un paquete chileno no ayudan a un departamento.
Soy consciente de que el trabajo parlamentario no es fácil y no creo que todo sea malo, reconozco que algunos tienen gestión, pero más de un congresista en el país no sirve. No bote su voto.
Por: Quintín Quintero Baute
Es claro que un congresista no la tiene fácil, es un trabajo complejo y que muchas veces no permite satisfacer al elector, pero también es claro que así como existen congresistas buenos, también encontramos unos pésimos.
En las elecciones de Congreso de la República para el periodo 2022-2026, el porcentaje de participación de la ciudadanía a nivel nacional alcanzó un 48%, con una abstención del 52%.
Tratándose del departamento del Cesar, donde el Censo Electoral para el año 2022 era de 868.429 votantes habilitados, se obtuvieron 420.544 votos para el Senado de la República y 414.871 para la Cámara de Representantes; quiere decir que la participación para Senado fue del 48,4% y para Cámara de Representantes del 47,7%.
Se viene la época preelectoral para las elecciones a Congreso de la República 2026-2030 y ya empieza el sonajero de los aspirantes al Senado de la República y a la Cámara de Representantes. No sobra reflexionar como ciudadanía cesarense en la forma como cada uno votó en la oportunidad anterior. Mucho más, si el candidato por el que usted votó logró obtener una curul.
Piense si usted acertó en la elección anterior; no solo me refiero a si su candidato ganó, me refiero a si hizo un buen trabajo como legislador y dirigente regional; haya sido aliado del gobierno, oposición o se haya declarado independiente.
Si acertó, no dude en volver a votar por el congresista que ha hecho bien su trabajo, pero si por el contrario se equivocó, no vuelva y la embarre, no le haga ese daño a su departamento y al país. Uno tiene derecho a embarrarla una vez, pero si lo hace dos veces ya es necedad y estúpidez. El mal congresista es malo y ni si lo maquillan logra mejorar.
Es claro que un congresista no la tiene fácil, es un trabajo complejo y que muchas veces no permite satisfacer al elector, pero también es claro que así como existen congresistas buenos, también encontramos unos pésimos.
Con el mal congresista es mejor ni a la esquina; pero, si a usted le parece que un congresista de su departamento es bueno, vuelva y vote por él, no lo dude. Un senador que valga la pena y un representante a la Cámara que haya dado la talla merecen ser reelegidos.
Si a usted le parece que José Alfredo Gnecco o Didier Lobo Chinchilla lo hicieron bien, sin duda vuelva y marqueles el número y el partido político. Incluso a la senadora Imelda Daza Cotes, quien obtuvo una de las curules otorgadas mediante el acuerdo de paz.
Si votó por Ape Cuello Baute, o por Pipe Quintero Ovalle; o si le rayó la cara a Eliécer Salazar López; o por el contrario votó por Libardo Cruz Casado, avance y vuelva y reelijalos a la Cámara de Representantes, si está a gusto con la gestión individual de alguno de ellos. Incluso, al representante a la Cámara Jorge Tovar Vélez, elegido por el Cesar, el Magdalena y La Guajira dentro de las circunscripciones transitorias especiales de Paz.
Si por el contrario duda, ni los mire. No sea un pendejo más; no se convierta en un descriteriado, que vote por cuanto mal congresista se se le atraviese. Si usted votó por un mal congresista, déjelo pasar, eso sí no vuelva y le vote. Darle cuatro años con su voto a alguien que no da la talla es hacerle un gran daño al Cesar.
Si usted votó por un congresista de actitud, juicioso y de perrenque tenga presente que ese personaje vale oro; si usted votó por un bueno para nada, no le pierda tiempo. Su voto vale, ni lo pierda, ni lo regale, ni lo venda. Dice el dicho: el tiempo perdido, hasta los perros lo lloran. Cuatro años de un paquete chileno no ayudan a un departamento.
Soy consciente de que el trabajo parlamentario no es fácil y no creo que todo sea malo, reconozco que algunos tienen gestión, pero más de un congresista en el país no sirve. No bote su voto.
Por: Quintín Quintero Baute