Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 19 julio, 2020

Ni es pueblo, ni es bello

Esta aseveración de que “ni es pueblo ni es bello” se convirtió en un voz a voz que rondaba en los habitantes de Valledupar, pero, en consecuencia, traté de confirmar que tal descripción del municipio de Pueblo Bello, departamento del Cesar, fuera cierta. Y sí, no estaban equivocados quienes lo afirmaban a una sola voz, […]

Esta aseveración de que “ni es pueblo ni es bello” se convirtió en un voz a voz que rondaba en los habitantes de Valledupar, pero, en consecuencia, traté de confirmar que tal descripción del municipio de Pueblo Bello, departamento del Cesar, fuera cierta. Y sí, no estaban equivocados quienes lo afirmaban a una sola voz, la descripción de pueblo, a un destino sorprendente, se queda humildemente corta con tan evidente realidad, lo mismo se podía decir con el concepto de belleza que resultaba en mi entender un adjetivo muy simple ante la maravilla de fantasías que podíamos apreciar.

Yo trato de entender la intención de quienes fundaron esta maravilla, con un ligero desborde de humildad al insinuar que le describiese con la simple denominación de Pueblo Bello. Ahora en el presente nadie pone en duda que este municipio es más que un pueblo, y que es más que bello.
Un lugar que fue inicialmente poblado como refugio de inmigrantes europeos, entre ellos alemanes desplazados entre la primera y la segunda guerra mundial, seguido a esto, se termina de formar por medio de los desplazamientos de campesinos de la región andina en los años de 1940, luego muy marcada por la violencia que se repite con las décadas de final del siglo XX, y las de inicios del siglo XXI. Hoy el avance y la admiración nacional de sus riquezas culturales, étnicas y naturales le otorgan a su gente la indiscutida capacidad de resiliencia por ser personas capaces de superar el oscuro y tenebroso pasado, y hoy poder compartir con multiplicidad de culturas y conviviendo con las comunidades ancestrales en ambientes de fraternidad, inclusión y aceptación, tolerando sus grandes diferencias y aprendiendo a desarrollar en conjunto. El pueblobellano es el reflejo de una identidad amable, solidaria y colaborativa, hospitalaria y respetuosa con sus ancestros como hermanos mayores en confraternidad.
La impresión de los paisajes se convierte en un derroche de emociones encontradas para quienes deciden dejarse atrapar por los embrujos y los secretos de la inmensa montaña más alta de Colombia, una sierra nevada que ubica a Pueblo Bello como la puerta de entrada a sus historias, su fauna y flora únicas para el mundo. La etnia arhuaca es y será una gran oportunidad para aprender, valorar y respetar sus costumbres y tradiciones, concordantes con las comunidades que les pertenecen en su radio de acción. Todas estas mágicas atracciones los esperan en el maravilloso pueblo del Cesar que ni es pueblo, ni es bello, solo es un destino mágico por el que puedes pasar.

Columnista
19 julio, 2020

Ni es pueblo, ni es bello

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Gustavo Toncel

Esta aseveración de que “ni es pueblo ni es bello” se convirtió en un voz a voz que rondaba en los habitantes de Valledupar, pero, en consecuencia, traté de confirmar que tal descripción del municipio de Pueblo Bello, departamento del Cesar, fuera cierta. Y sí, no estaban equivocados quienes lo afirmaban a una sola voz, […]


Esta aseveración de que “ni es pueblo ni es bello” se convirtió en un voz a voz que rondaba en los habitantes de Valledupar, pero, en consecuencia, traté de confirmar que tal descripción del municipio de Pueblo Bello, departamento del Cesar, fuera cierta. Y sí, no estaban equivocados quienes lo afirmaban a una sola voz, la descripción de pueblo, a un destino sorprendente, se queda humildemente corta con tan evidente realidad, lo mismo se podía decir con el concepto de belleza que resultaba en mi entender un adjetivo muy simple ante la maravilla de fantasías que podíamos apreciar.

Yo trato de entender la intención de quienes fundaron esta maravilla, con un ligero desborde de humildad al insinuar que le describiese con la simple denominación de Pueblo Bello. Ahora en el presente nadie pone en duda que este municipio es más que un pueblo, y que es más que bello.
Un lugar que fue inicialmente poblado como refugio de inmigrantes europeos, entre ellos alemanes desplazados entre la primera y la segunda guerra mundial, seguido a esto, se termina de formar por medio de los desplazamientos de campesinos de la región andina en los años de 1940, luego muy marcada por la violencia que se repite con las décadas de final del siglo XX, y las de inicios del siglo XXI. Hoy el avance y la admiración nacional de sus riquezas culturales, étnicas y naturales le otorgan a su gente la indiscutida capacidad de resiliencia por ser personas capaces de superar el oscuro y tenebroso pasado, y hoy poder compartir con multiplicidad de culturas y conviviendo con las comunidades ancestrales en ambientes de fraternidad, inclusión y aceptación, tolerando sus grandes diferencias y aprendiendo a desarrollar en conjunto. El pueblobellano es el reflejo de una identidad amable, solidaria y colaborativa, hospitalaria y respetuosa con sus ancestros como hermanos mayores en confraternidad.
La impresión de los paisajes se convierte en un derroche de emociones encontradas para quienes deciden dejarse atrapar por los embrujos y los secretos de la inmensa montaña más alta de Colombia, una sierra nevada que ubica a Pueblo Bello como la puerta de entrada a sus historias, su fauna y flora únicas para el mundo. La etnia arhuaca es y será una gran oportunidad para aprender, valorar y respetar sus costumbres y tradiciones, concordantes con las comunidades que les pertenecen en su radio de acción. Todas estas mágicas atracciones los esperan en el maravilloso pueblo del Cesar que ni es pueblo, ni es bello, solo es un destino mágico por el que puedes pasar.