Mi papá fue un hombre jarocho, enamorado y servicial, antes, en y después del matrimonio y en ese son somos 14 hermanos, ni medios ni que carajo sino hermanos simplemente, eso era usual en esta región y no se ocultaba como los cachacos que lo hacían pero no de frente y los hermanos jamás se […]
Mi papá fue un hombre jarocho, enamorado y servicial, antes, en y después del matrimonio y en ese son somos 14 hermanos, ni medios ni que carajo sino hermanos simplemente, eso era usual en esta región y no se ocultaba como los cachacos que lo hacían pero no de frente y los hermanos jamás se conocían y sí lo hacían era ya mayores y a veces en forma accidental; muerta mi mamá, se recogió, pero de vez en cuando se alborotaba como los toros y rompía cualquier cerca, aunque fuera de 6 hilos de alambre de púa o eléctrica con alto voltaje, a pesar de que tenía 80 eneros encima.
Un día a eso de las 3 de la tarde me llamó mi hermana mayor Doris de Villanueva, muy preocupada y llorando, porque eso sí, llorona si es, me dijo: Jose mi papá salió esta mañana arreglado y perfumado y no aparece por ninguna parte, él vino ayer dizque a hacer unas diligencias, pero no dijo que eran; espérame que en una hora estoy allá y arranqué, también preocupado, pues fue en esa época tenebrosa que salir a las calles en Villanueva era un peligro.
Llegué directamente donde su amigo de confianza, conserje y compañero de diabluras, Pepe Orcasita y sin rodeos le pregunté donde estaba mi papá y antes de contestarme me sonrió de oreja a oreja, lo que me tranquilizó y confirmó lo que yo pensaba, que estaba detrás de alguna hembra; Pepe me dijo: anda a la 72 en El Cafetal, llamada así por la importancia que adquirió al pavimentarla y comparándola con la calle del mismo nombre en Barranquilla, y pregúntale a su compadre Chicho Guerra que él sabe o te orienta sobre su paradero.
Me fui para el único que queda vivo de sus compañeros y buen amigo tanto de él como de nosotros, Don Narciso Guerra, hombre querido y respetado del pueblo, dotado de unos férreos principios morales, quien cuando me vio me dijo, “ya sé a que vienes, sí aquí estuvo mi compadre Chema y me faltó el respeto diciéndome que le arrendara una mula para ir a visitar a Metil en la sierra, y yo gentilmente le cedí la mía, bien apereada, se puso las espuelas, lo único que me preguntó que si la mula no era pajarera (que se espanta con cualquier cosa) y al decirle que no, sin ayuda de nadie, como un pelao, pero con 86 encima, ágilmente se montó y arrancó fullero y debe de estar allá, donde Metil, con quien había tenido dos hijas Niselda y Sol, hoy ejemplares ama de casa la primera y la segunda también competente enfermera, quienes me han dado unos sobrinos maravillosos que por espacio no los relaciono; Metil fue una hermosa mujer y estaba viuda y bien conservada y allá se estuvo 3 días gozando de su grata compañía y al regresar llegó con la frente envejigada del sol, pero feliz.
Metil me contó que lo había atendido a cuerpo de rey, muy bien, le preparó como a él le gustaba y ella lo sabía, un exquisito sancocho con capullo de malanga y hojitas de culantro y aguacate hasta que le supo a paico, agua de panela como a él le gustaba desabría, le cedió su troja con un colchón de hojas secas de plátano que son muy calientes y un desayuno con guardatinaja, que cazamos, pero, me dijo sonriendo también quería cazarme a mí, pero nada, después de 40 años quería que lo despachara, se puso guapo de mentira, pero se conformó; Chema como ella le decía, sí es fresco y pechugón, pero de aquello nada.
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No quisiera meterme en el estercolero por no decirlo con M del caos vehicular en esta ciudad, porque su Director y la familia de él son también mis familiares, pero ello me da el derecho de manifestarle que si no consigue el apoyo decidido de la Policía Nacional y del señor Alcalde, va a pasar como el anterior Director que nadie sabe su nombre, porque pasó ignorado y lo mejor sería, para que no se queme, que presente su renuncia. Aclaro, esto lo hago por su bien, pero yo sé que se van a resentir.
Mi papá fue un hombre jarocho, enamorado y servicial, antes, en y después del matrimonio y en ese son somos 14 hermanos, ni medios ni que carajo sino hermanos simplemente, eso era usual en esta región y no se ocultaba como los cachacos que lo hacían pero no de frente y los hermanos jamás se […]
Mi papá fue un hombre jarocho, enamorado y servicial, antes, en y después del matrimonio y en ese son somos 14 hermanos, ni medios ni que carajo sino hermanos simplemente, eso era usual en esta región y no se ocultaba como los cachacos que lo hacían pero no de frente y los hermanos jamás se conocían y sí lo hacían era ya mayores y a veces en forma accidental; muerta mi mamá, se recogió, pero de vez en cuando se alborotaba como los toros y rompía cualquier cerca, aunque fuera de 6 hilos de alambre de púa o eléctrica con alto voltaje, a pesar de que tenía 80 eneros encima.
Un día a eso de las 3 de la tarde me llamó mi hermana mayor Doris de Villanueva, muy preocupada y llorando, porque eso sí, llorona si es, me dijo: Jose mi papá salió esta mañana arreglado y perfumado y no aparece por ninguna parte, él vino ayer dizque a hacer unas diligencias, pero no dijo que eran; espérame que en una hora estoy allá y arranqué, también preocupado, pues fue en esa época tenebrosa que salir a las calles en Villanueva era un peligro.
Llegué directamente donde su amigo de confianza, conserje y compañero de diabluras, Pepe Orcasita y sin rodeos le pregunté donde estaba mi papá y antes de contestarme me sonrió de oreja a oreja, lo que me tranquilizó y confirmó lo que yo pensaba, que estaba detrás de alguna hembra; Pepe me dijo: anda a la 72 en El Cafetal, llamada así por la importancia que adquirió al pavimentarla y comparándola con la calle del mismo nombre en Barranquilla, y pregúntale a su compadre Chicho Guerra que él sabe o te orienta sobre su paradero.
Me fui para el único que queda vivo de sus compañeros y buen amigo tanto de él como de nosotros, Don Narciso Guerra, hombre querido y respetado del pueblo, dotado de unos férreos principios morales, quien cuando me vio me dijo, “ya sé a que vienes, sí aquí estuvo mi compadre Chema y me faltó el respeto diciéndome que le arrendara una mula para ir a visitar a Metil en la sierra, y yo gentilmente le cedí la mía, bien apereada, se puso las espuelas, lo único que me preguntó que si la mula no era pajarera (que se espanta con cualquier cosa) y al decirle que no, sin ayuda de nadie, como un pelao, pero con 86 encima, ágilmente se montó y arrancó fullero y debe de estar allá, donde Metil, con quien había tenido dos hijas Niselda y Sol, hoy ejemplares ama de casa la primera y la segunda también competente enfermera, quienes me han dado unos sobrinos maravillosos que por espacio no los relaciono; Metil fue una hermosa mujer y estaba viuda y bien conservada y allá se estuvo 3 días gozando de su grata compañía y al regresar llegó con la frente envejigada del sol, pero feliz.
Metil me contó que lo había atendido a cuerpo de rey, muy bien, le preparó como a él le gustaba y ella lo sabía, un exquisito sancocho con capullo de malanga y hojitas de culantro y aguacate hasta que le supo a paico, agua de panela como a él le gustaba desabría, le cedió su troja con un colchón de hojas secas de plátano que son muy calientes y un desayuno con guardatinaja, que cazamos, pero, me dijo sonriendo también quería cazarme a mí, pero nada, después de 40 años quería que lo despachara, se puso guapo de mentira, pero se conformó; Chema como ella le decía, sí es fresco y pechugón, pero de aquello nada.
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No quisiera meterme en el estercolero por no decirlo con M del caos vehicular en esta ciudad, porque su Director y la familia de él son también mis familiares, pero ello me da el derecho de manifestarle que si no consigue el apoyo decidido de la Policía Nacional y del señor Alcalde, va a pasar como el anterior Director que nadie sabe su nombre, porque pasó ignorado y lo mejor sería, para que no se queme, que presente su renuncia. Aclaro, esto lo hago por su bien, pero yo sé que se van a resentir.