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Columnista - 27 septiembre, 2010

Nada mejor siendo tan absurdo

Visión Universal Por: Luis Mendoza Sierra Los recientes resultados del Doing Business sobre las facilidades para hacer negocios en ciudades colombianas, que ponen a Valledupar en posición destacadísima como territorio casi óptimo para este propósito, me desconcertaron, ya lo había dicho, y me causaron algo de hilaridad irónica, frente a quienes los destacaban como la […]

Visión Universal

Por: Luis Mendoza Sierra
Los recientes resultados del Doing Business sobre las facilidades para hacer negocios en ciudades colombianas, que ponen a Valledupar en posición destacadísima como territorio casi óptimo para este propósito, me desconcertaron, ya lo había dicho, y me causaron algo de hilaridad irónica, frente a quienes los destacaban como la gran noticia del año.
Recordemos que el Doing Business es un ejercicio del Banco Mundial, que a través de un estudio, en casos como el que nos ocupa, establece un ranking de acuerdo con las facilidades de los países o ciudades para hacer negocios. El estudio al que  me refiero incluyó 21 ciudades. Valledupar ocupó el quinto lugar del escalafón, y como si fuera poco, dejó a Bogotá en la casilla 12, en la 16 a Medellín, en la 17 a Barranquilla y, nada más ni nada menos que a Cali en la posición 20.
Sorprendido, dije: nada mejor siendo tan absurdo. Analicé los resultados y encontré, junto a las razones del estudio, otras que explican algo sencillamente sorprendente, pero desconcertante. Valledupar es una ciudad apropiada y rápida para hacer negocios, porque sencillamente son pocos los que los hacen, y porque en las ciudades intermedias es mucho más fácil y rápido gestionar y hacerlos.
Ciertamente, líderes gremiales como la Cámara de Comercio, han simplificado procedimientos. Una muestra de ello es que mientras en ciudades como Tunja, un empresario tiene que agotar la medio pendejadita de 15 requisitos para crear una empresa, en Valledupar, no son sino tres.
El Doing Businnes que ranqueó tan bien a nuestra ciudad, incluyó indicadores sobre trámites de apertura de empresas, obtención de permisos de construcción, registro de propiedad, pago de impuestos, comercio transfronterizo y cumplimiento de contratos. La campeona fue Manizales, luego Ibagué y Pereira, y enseguida, prívense,  Sincelejo y Valledupar.
Confieso que seré feliz y estaré orgulloso el día en que el Doing Business concluya que Valledupar es una ciudad complicada para hacer negocios. Que resulta casi imposible hacer negocios  por la enorme demanda de empresarios e inversionistas peleándose los espacios y las posibilidades de localizar sus empresas aquí.
Me infartaré el día en que no me tope con empresarios abatidos por los bajos resultados de sus negocios, por la enorme inseguridad de Valledupar, por la crisis generada por la inmovilidad. El día en que no tenga que echarles el cuento de que esto mejorará y que adecuado es esperar.
Quisiera saber hasta dónde, el Alcalde y su equipo, el Gobernador y el suyo, los pocos gremios que nos quedan, y la dirigencia de la sociedad civil, porque todos somos responsables,  tenemos consciencia de lo que está ocurriendo. De lo contrario, seguiremos viviendo el día a día, y entonces la rutina diaria nos rapta la posibilidad de pensar y planear a largo plazo, y ejecutando los planes.
Si no logramos planear de manera estratégica, pero, aún, si no ejecutamos ordenada y prioritariamente lo que planeamos, y nos quedamos con los pedazos de pavimento y de andenes y tapando huecos. Si no logramos una alianza entre la empresa privada y el sector público. Si la academia no le mete la mano al asunto, formando talento humano e investigando en línea directa con  nuestra dinámica productiva. Sino resolvemos los asuntos de fondo de esta ciudad, jamás alcanzaremos el desarrollo, y nunca en la vida será Valledupar una ciudad modelo sino de desorden, pesimismo, inseguridad y abandono.
¡Que Dios y Joseph Chías, se apiaden de nosotros!

SABLAZO

Me sorprendieron los Ivanes. Iván Villazón es un artista de gran talla. Es de los clásicos más admirado, claro junto con Poncho, Diomedes y El Jilguero. Nada tengo que agregar de Iván Zuleta, mi ahijado, hijo de un compadre de cabullita, cuya ceremonia veo enredada. Su dinastía es un nuestro orgullo y su estilo es como su casta: grande e inolvidable.
Dando Lidia es un gran disco. Quienes como yo, aman el vallenato, y nos atrevemos a opinar y comentarlo, conocemos la manera ascendente como Iván Villazón pega sus discos. Arranca lenta y pausadamente, y luego se encarama sin que lo baje sino su próxima producción.
¡Felicitaciones muchachos!

Columnista
27 septiembre, 2010

Nada mejor siendo tan absurdo

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Mendoza S.

Visión Universal Por: Luis Mendoza Sierra Los recientes resultados del Doing Business sobre las facilidades para hacer negocios en ciudades colombianas, que ponen a Valledupar en posición destacadísima como territorio casi óptimo para este propósito, me desconcertaron, ya lo había dicho, y me causaron algo de hilaridad irónica, frente a quienes los destacaban como la […]


Visión Universal

Por: Luis Mendoza Sierra
Los recientes resultados del Doing Business sobre las facilidades para hacer negocios en ciudades colombianas, que ponen a Valledupar en posición destacadísima como territorio casi óptimo para este propósito, me desconcertaron, ya lo había dicho, y me causaron algo de hilaridad irónica, frente a quienes los destacaban como la gran noticia del año.
Recordemos que el Doing Business es un ejercicio del Banco Mundial, que a través de un estudio, en casos como el que nos ocupa, establece un ranking de acuerdo con las facilidades de los países o ciudades para hacer negocios. El estudio al que  me refiero incluyó 21 ciudades. Valledupar ocupó el quinto lugar del escalafón, y como si fuera poco, dejó a Bogotá en la casilla 12, en la 16 a Medellín, en la 17 a Barranquilla y, nada más ni nada menos que a Cali en la posición 20.
Sorprendido, dije: nada mejor siendo tan absurdo. Analicé los resultados y encontré, junto a las razones del estudio, otras que explican algo sencillamente sorprendente, pero desconcertante. Valledupar es una ciudad apropiada y rápida para hacer negocios, porque sencillamente son pocos los que los hacen, y porque en las ciudades intermedias es mucho más fácil y rápido gestionar y hacerlos.
Ciertamente, líderes gremiales como la Cámara de Comercio, han simplificado procedimientos. Una muestra de ello es que mientras en ciudades como Tunja, un empresario tiene que agotar la medio pendejadita de 15 requisitos para crear una empresa, en Valledupar, no son sino tres.
El Doing Businnes que ranqueó tan bien a nuestra ciudad, incluyó indicadores sobre trámites de apertura de empresas, obtención de permisos de construcción, registro de propiedad, pago de impuestos, comercio transfronterizo y cumplimiento de contratos. La campeona fue Manizales, luego Ibagué y Pereira, y enseguida, prívense,  Sincelejo y Valledupar.
Confieso que seré feliz y estaré orgulloso el día en que el Doing Business concluya que Valledupar es una ciudad complicada para hacer negocios. Que resulta casi imposible hacer negocios  por la enorme demanda de empresarios e inversionistas peleándose los espacios y las posibilidades de localizar sus empresas aquí.
Me infartaré el día en que no me tope con empresarios abatidos por los bajos resultados de sus negocios, por la enorme inseguridad de Valledupar, por la crisis generada por la inmovilidad. El día en que no tenga que echarles el cuento de que esto mejorará y que adecuado es esperar.
Quisiera saber hasta dónde, el Alcalde y su equipo, el Gobernador y el suyo, los pocos gremios que nos quedan, y la dirigencia de la sociedad civil, porque todos somos responsables,  tenemos consciencia de lo que está ocurriendo. De lo contrario, seguiremos viviendo el día a día, y entonces la rutina diaria nos rapta la posibilidad de pensar y planear a largo plazo, y ejecutando los planes.
Si no logramos planear de manera estratégica, pero, aún, si no ejecutamos ordenada y prioritariamente lo que planeamos, y nos quedamos con los pedazos de pavimento y de andenes y tapando huecos. Si no logramos una alianza entre la empresa privada y el sector público. Si la academia no le mete la mano al asunto, formando talento humano e investigando en línea directa con  nuestra dinámica productiva. Sino resolvemos los asuntos de fondo de esta ciudad, jamás alcanzaremos el desarrollo, y nunca en la vida será Valledupar una ciudad modelo sino de desorden, pesimismo, inseguridad y abandono.
¡Que Dios y Joseph Chías, se apiaden de nosotros!

SABLAZO

Me sorprendieron los Ivanes. Iván Villazón es un artista de gran talla. Es de los clásicos más admirado, claro junto con Poncho, Diomedes y El Jilguero. Nada tengo que agregar de Iván Zuleta, mi ahijado, hijo de un compadre de cabullita, cuya ceremonia veo enredada. Su dinastía es un nuestro orgullo y su estilo es como su casta: grande e inolvidable.
Dando Lidia es un gran disco. Quienes como yo, aman el vallenato, y nos atrevemos a opinar y comentarlo, conocemos la manera ascendente como Iván Villazón pega sus discos. Arranca lenta y pausadamente, y luego se encarama sin que lo baje sino su próxima producción.
¡Felicitaciones muchachos!