El campeonato mundial de futbol del Brasil, en realidad, será un breve alivio entre tantas adversidades, tanto allá como aquí y en otras latitudes. Es tan grande la importancia de este certamen, que durante su celebración, para los medios de comunicación, otros sucesos importantes se convierten en noticias de segundas y terceras categorías. Las anotaciones […]
El campeonato mundial de futbol del Brasil, en realidad, será un breve alivio entre tantas adversidades, tanto allá como aquí y en otras latitudes. Es tan grande la importancia de este certamen, que durante su celebración, para los medios de comunicación, otros sucesos importantes se convierten en noticias de segundas y terceras categorías.
Las anotaciones de los goles en los partidos jugados, serán mostradas múltiples veces con lujo de detalles para deleite de la multitudinaria afición. Lo mismo acontecerá con las expulsiones y lesiones de los jugadores, con mayor relevancia si los afectados son los futbolistas catalogados como los mejores del mundo.
Obviamente, a todos los contendientes se les desea la mejor de las suertes, para que tan magno acontecimiento se desarrolle con el lucimiento de las máximas figuras del balompié que, para verlos actuar, muchos aficionados se gastan sus ahorros, o venden parte de su patrimonio, o se endeudan para trasladarse a las sedes donde se juegan los partidos de tan maravillosa competencia mundial que, lamentablemente, a veces, los fanáticos por la pérdida de sus equipos comenten vandalismo. Ojalá que, ahora en Brasil, donde se ha desatado una ola de protestas, tales actos sociales no la ensombrezcan.
Salvaguarda a Petro
Para nada le sirvió a los politiqueros el viaje de sus representantes a Washington, capital de Estados Unidos y sede de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), entre otros, el exalcalde Jaime Castro y el procurador Alejandro Ordoñez.
Horas después que el Consejo de Estado confirmara la destitución e inhabilidad del alcalde Petro, la CIDH que se había mantenido expectante, en espera de que las cortes de justicia colombianas fueran respetuosas de los derechos y libertades de la gente. Pero en Colombia es como pedirle peras al olmo.
En una de mis columnas anteriores manifesté que el Procurador se la había puesto bien difícil al presidente JM Santos, que en última instancia, por mandato constitucional, es a quien le corresponde destituir al alcalde de Bogotá.
Después de la decisión final del Consejo de Estado, el Fiscal General, Eduardo Montealegre, resalta que se debe acatar; sin embargo, advierte que si la CIDH decreta medidas cautelares a favor de Petro, la sentencia del procurador contra el alcalde de la capital quedaría inválida. En efecto, la CIDH suspende el veredicto del Procurador mientras se le haga un análisis de fondo.
De veras la CIDH está facilitando la decisión de JM Santos, a quien también lo ha favorecido el reciente resultado electoral, en el cual el expresidente Uribe esperaba obtener entre 7 y 9 millones de voto y apenas logró dos millones.
El campeonato mundial de futbol del Brasil, en realidad, será un breve alivio entre tantas adversidades, tanto allá como aquí y en otras latitudes. Es tan grande la importancia de este certamen, que durante su celebración, para los medios de comunicación, otros sucesos importantes se convierten en noticias de segundas y terceras categorías. Las anotaciones […]
El campeonato mundial de futbol del Brasil, en realidad, será un breve alivio entre tantas adversidades, tanto allá como aquí y en otras latitudes. Es tan grande la importancia de este certamen, que durante su celebración, para los medios de comunicación, otros sucesos importantes se convierten en noticias de segundas y terceras categorías.
Las anotaciones de los goles en los partidos jugados, serán mostradas múltiples veces con lujo de detalles para deleite de la multitudinaria afición. Lo mismo acontecerá con las expulsiones y lesiones de los jugadores, con mayor relevancia si los afectados son los futbolistas catalogados como los mejores del mundo.
Obviamente, a todos los contendientes se les desea la mejor de las suertes, para que tan magno acontecimiento se desarrolle con el lucimiento de las máximas figuras del balompié que, para verlos actuar, muchos aficionados se gastan sus ahorros, o venden parte de su patrimonio, o se endeudan para trasladarse a las sedes donde se juegan los partidos de tan maravillosa competencia mundial que, lamentablemente, a veces, los fanáticos por la pérdida de sus equipos comenten vandalismo. Ojalá que, ahora en Brasil, donde se ha desatado una ola de protestas, tales actos sociales no la ensombrezcan.
Salvaguarda a Petro
Para nada le sirvió a los politiqueros el viaje de sus representantes a Washington, capital de Estados Unidos y sede de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), entre otros, el exalcalde Jaime Castro y el procurador Alejandro Ordoñez.
Horas después que el Consejo de Estado confirmara la destitución e inhabilidad del alcalde Petro, la CIDH que se había mantenido expectante, en espera de que las cortes de justicia colombianas fueran respetuosas de los derechos y libertades de la gente. Pero en Colombia es como pedirle peras al olmo.
En una de mis columnas anteriores manifesté que el Procurador se la había puesto bien difícil al presidente JM Santos, que en última instancia, por mandato constitucional, es a quien le corresponde destituir al alcalde de Bogotá.
Después de la decisión final del Consejo de Estado, el Fiscal General, Eduardo Montealegre, resalta que se debe acatar; sin embargo, advierte que si la CIDH decreta medidas cautelares a favor de Petro, la sentencia del procurador contra el alcalde de la capital quedaría inválida. En efecto, la CIDH suspende el veredicto del Procurador mientras se le haga un análisis de fondo.
De veras la CIDH está facilitando la decisión de JM Santos, a quien también lo ha favorecido el reciente resultado electoral, en el cual el expresidente Uribe esperaba obtener entre 7 y 9 millones de voto y apenas logró dos millones.