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Columnista - 8 diciembre, 2022

Mundial de fútbol demasiado atípico

Mañana viernes 9 de diciembre de 2022, en Doha, la capital de Catar, comienzan los partidos de los cuartos de final del 22° Campeonato Mundial de Fútbol FIFA, categoría profesional masculino, el torneo de deporte con mayor expectativa en el mundo, mucho más superior de la que genera los juegos olímpicos de verano. Sobre este […]

Mañana viernes 9 de diciembre de 2022, en Doha, la capital de Catar, comienzan los partidos de los cuartos de final del 22° Campeonato Mundial de Fútbol FIFA, categoría profesional masculino, el torneo de deporte con mayor expectativa en el mundo, mucho más superior de la que genera los juegos olímpicos de verano.

Sobre este campeonato de fútbol que se está celebrando en Doha, se puede decir que es demasiado atípico, para no catalogarlo como extravagante, en vista del escándalo que provocó la adjudicación de la sede a tan minúsculo país, cuya superficie es de 11 586​ km², casi la mitad que tiene el departamento del Cesar, cuya superficie es de 22.905 km². Y digo minúsculo al compararlo con la sede del 23° Campeonato Mundial de Fútbol FIFA, categoría profesional masculino que en 2026 se celebrará conjuntamente en tres voluminosos países: Canadá, Estados Unidos y México. 

No cabe duda alguna en que la monarquía absoluta de Catar en cabeza de la familia Al Thani les compró la sede a los dirigentes de la FIFA, para complacer, especialmente, el capricho de su actual emir, Tamin bin Hamad Al Thani (amante frenético del fútbol), que obtuvo la supremacía del poder en Catar en 2013 tras la abdicación de su padre Hamad Al Thani, quien en 1995 destronó a su padre el jeque, Jalifa bin Hamad Al Thani. Como se sabe, el subsuelo catarí posee grandes reservas de petróleo y gas natural, cuya explotación ha vuelto a la familia Al Thani una de las más ricas del mundo. 

En consecuencia, no es nada raro que Giovanni Vicenzo Infantino y su cuadrilla de la junta directiva de la FIFA, complazcan todas las solicitudes del emir Tamin bin Hamad Al Thani, igual como los complacieron Joseph Blatter y su séquito cuando le concedieron la sede del Mundial de Fútbol a Catar. Inobjetablemente, tanto la familia catarí en mención como los dirigentes de la FIFA -los anteriores y los actuales- son fieles partidarios de que el fin justifica los medios. Y lo menos irrebatible es que los idólatras del fútbol son muy felices disfrutando los partidos de las selecciones de los países participantes en el magno evento que se realiza cada cuatro años y algunos quieren que sea cada dos años. Ya lo han propuesto y tampoco sería raro que un futuro no lejano lo aprueben, pues en el próximo campeonato mundial de fútbol los países concursantes serán 36.

No olvidemos que la diversión de la humanidad es muy importante y la importancia se multiplica si va acompañada con la ganancia de dinero. “Por la plata baila el mono”, dice el viejo adagio popular. Y “Los que no son monos también”, complementan otros. 

En verano, en Catar el clima -calor- es insoportable, por ende, la celebración de este mundial comenzó en otoño, clima más tolerable; no obstante, los estadios requieren de aire acondicionado, lo cual no fue óbice porque para eso tienen suficiente dinero. Todos los partidos del campeonato se juegan en Doha, ciudad en donde construyeron ocho estadios majestuosos, en los cuales durante el espectáculo no se puede tomar licor, además de otras prohibiciones acogidas por Giovanni Vicenzo Infantino, personaje de aspecto inexpresable con aparente tranquilidad, y se entiende porque cualquiera se tranquiliza teniendo millones de dólares y euros en cuentas bancarias o guardados en la cajas fuertes de sus diferentes domicilios. 

A los cuartos de final llegaron las selecciones de los Países Bajos (Holanda), Argentina, Francia, Inglaterra, Croacia, Marruecos, Brasil y Portugal. La gran sorpresa es Marruecos que contra todo pronóstico eliminó a España a través de goles pateados desde el punto donde se cobran los penales. En este partido, España demostró que no estaba preparada para ser el campeón de tan atípico mundial de fútbol. Pero típico ejemplo, de que con dinero casi todo se puede.

Ojalá el campeón sea Brasil, mi equipo preferido porque brinda espectáculo, dejando que sus contrincantes también jueguen de manera espectacular que, en realidad, es la esencia principal del buen fútbol. Por el cual millones de espectadores compran entradas a los estadios.

Columnista
8 diciembre, 2022

Mundial de fútbol demasiado atípico

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Romero Churio

Mañana viernes 9 de diciembre de 2022, en Doha, la capital de Catar, comienzan los partidos de los cuartos de final del 22° Campeonato Mundial de Fútbol FIFA, categoría profesional masculino, el torneo de deporte con mayor expectativa en el mundo, mucho más superior de la que genera los juegos olímpicos de verano. Sobre este […]


Mañana viernes 9 de diciembre de 2022, en Doha, la capital de Catar, comienzan los partidos de los cuartos de final del 22° Campeonato Mundial de Fútbol FIFA, categoría profesional masculino, el torneo de deporte con mayor expectativa en el mundo, mucho más superior de la que genera los juegos olímpicos de verano.

Sobre este campeonato de fútbol que se está celebrando en Doha, se puede decir que es demasiado atípico, para no catalogarlo como extravagante, en vista del escándalo que provocó la adjudicación de la sede a tan minúsculo país, cuya superficie es de 11 586​ km², casi la mitad que tiene el departamento del Cesar, cuya superficie es de 22.905 km². Y digo minúsculo al compararlo con la sede del 23° Campeonato Mundial de Fútbol FIFA, categoría profesional masculino que en 2026 se celebrará conjuntamente en tres voluminosos países: Canadá, Estados Unidos y México. 

No cabe duda alguna en que la monarquía absoluta de Catar en cabeza de la familia Al Thani les compró la sede a los dirigentes de la FIFA, para complacer, especialmente, el capricho de su actual emir, Tamin bin Hamad Al Thani (amante frenético del fútbol), que obtuvo la supremacía del poder en Catar en 2013 tras la abdicación de su padre Hamad Al Thani, quien en 1995 destronó a su padre el jeque, Jalifa bin Hamad Al Thani. Como se sabe, el subsuelo catarí posee grandes reservas de petróleo y gas natural, cuya explotación ha vuelto a la familia Al Thani una de las más ricas del mundo. 

En consecuencia, no es nada raro que Giovanni Vicenzo Infantino y su cuadrilla de la junta directiva de la FIFA, complazcan todas las solicitudes del emir Tamin bin Hamad Al Thani, igual como los complacieron Joseph Blatter y su séquito cuando le concedieron la sede del Mundial de Fútbol a Catar. Inobjetablemente, tanto la familia catarí en mención como los dirigentes de la FIFA -los anteriores y los actuales- son fieles partidarios de que el fin justifica los medios. Y lo menos irrebatible es que los idólatras del fútbol son muy felices disfrutando los partidos de las selecciones de los países participantes en el magno evento que se realiza cada cuatro años y algunos quieren que sea cada dos años. Ya lo han propuesto y tampoco sería raro que un futuro no lejano lo aprueben, pues en el próximo campeonato mundial de fútbol los países concursantes serán 36.

No olvidemos que la diversión de la humanidad es muy importante y la importancia se multiplica si va acompañada con la ganancia de dinero. “Por la plata baila el mono”, dice el viejo adagio popular. Y “Los que no son monos también”, complementan otros. 

En verano, en Catar el clima -calor- es insoportable, por ende, la celebración de este mundial comenzó en otoño, clima más tolerable; no obstante, los estadios requieren de aire acondicionado, lo cual no fue óbice porque para eso tienen suficiente dinero. Todos los partidos del campeonato se juegan en Doha, ciudad en donde construyeron ocho estadios majestuosos, en los cuales durante el espectáculo no se puede tomar licor, además de otras prohibiciones acogidas por Giovanni Vicenzo Infantino, personaje de aspecto inexpresable con aparente tranquilidad, y se entiende porque cualquiera se tranquiliza teniendo millones de dólares y euros en cuentas bancarias o guardados en la cajas fuertes de sus diferentes domicilios. 

A los cuartos de final llegaron las selecciones de los Países Bajos (Holanda), Argentina, Francia, Inglaterra, Croacia, Marruecos, Brasil y Portugal. La gran sorpresa es Marruecos que contra todo pronóstico eliminó a España a través de goles pateados desde el punto donde se cobran los penales. En este partido, España demostró que no estaba preparada para ser el campeón de tan atípico mundial de fútbol. Pero típico ejemplo, de que con dinero casi todo se puede.

Ojalá el campeón sea Brasil, mi equipo preferido porque brinda espectáculo, dejando que sus contrincantes también jueguen de manera espectacular que, en realidad, es la esencia principal del buen fútbol. Por el cual millones de espectadores compran entradas a los estadios.