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Columnista - 18 julio, 2010

Mujeres abusadas

Por: Luis Rafael Nieto Pardo Si bien es cierto ya se ha vuelto costumbre escuchar y leer sobre las historias del diario acontecer en cuanto se refiere a los abusos y maltratos de maridos y amantes celosos contra mujeres indefensas, ataques que incluso culminan en crímenes atroces, estúpidamente cometidos por desadaptados bajo el lema de […]

Por: Luis Rafael Nieto Pardo

Si bien es cierto ya se ha vuelto costumbre escuchar y leer sobre las historias del diario acontecer en cuanto se refiere a los abusos y maltratos de maridos y amantes celosos contra mujeres indefensas, ataques que incluso culminan en crímenes atroces, estúpidamente cometidos por desadaptados bajo el lema de que “Si no eres para mi no serás para nadie”;  otra nueva y siniestra modalidad en contra del sexo débil está tomando ya dimensiones alarmantes, que, si bien es cierto no alcanzan las cifras de los asesinatos de mujeres en las poblaciones como Michoacan, Tenoxiclan y otras regiones mexicanas a manos de narcotraficantes motivados por un móvil tan inicuo y tragicómico, como el de evitar que estas mujeres, la mayoría jóvenes y otras adultas, se convirtieran en “soplonas” luego de participar en sus orgias y bacanales, tal y como ocurría en la época de Pablo Escobar, cuando de vez en cuando no era sorprendente que las autoridades encontraran dos, tres o más cadáveres de hermosas jovencitas asesinadas en la Avenida Las Palmas, de seguro, luego de haber participado en esas “farras”.

Nos referimos a las recientes noticias que están llegando, y que dan cuenta del secuestro y desaparición forzada, o simplemente actos de sometimiento a esclavitud, proscrita hace ya siglos, pero que en pleno siglo XXI, puso en práctica un jefe de la  tristemente llamada “banda de Los Rastrojos”, quien, según la crónica amarillista, se encaprichó con una agraciada odontóloga al Servicio de la Misión Médica Humanitaria en una región del Chocó y aquel grotesco personaje no consideró un problema ordenar el secuestro de la profesional, mantenerla retenida y violarla repetidamente llegando a tal descaro que, incluso, le permitía bajo vigilancia de sus secuaces,  continuar prestando sus servicios profesionales en el Centro de Salud y devolverla al cautiverio para seguir a su servicio en la practica de sus aberraciones sexuales. Por fortuna para ella, miembros de la comunidad, con valor civil, pusieron en conocimiento de las autoridades el macabro episodio y lograron su liberación y el apresamiento del sádico.

Pero resulta que no nos habíamos repuesto de asimilar aquel repugnante acontecimiento, cuando de nuevo se conoce la noticia de un hecho acaecido en el Municipio de Teorama-Caldas, en donde, según la crónica, cuatro mujeres profesionales en diversas áreas, quienes se encontraban desarrollando labores relacionadas con los Derechos Humanos al servicio de una Fundación denominada Progresar, fueron secuestradas por miembros de una columna de facinerosos supuestamente matriculados o pertenecientes a un reducto del ELN, sin que a la fecha se tengan noticias de los insanos propósitos que animen a estos desalmados.
Todos los anteriores acontecimientos han traído a mi memoria aquella amarga experiencia vivida hace varios años por la Bacterióloga RINA BOLAÑOS, agraciada profesional, que en los primeros meses de 2.003, luego de haber permanecido desempleada por varios años y distribuyendo hojas de vida por todos lados, por fin consiguió una oportunidad en la EPS DUSAKAWY, ONG que vela por el bienestar de la población indígena, y precisamente le correspondió participar en una jornada vacunación, registro y otras actividades con la población indígena de la Sierra Nevada y si mal no estoy de recuerdos, al día siguiente o a pocos días de iniciar su labor, fueron asaltados por una cuadrilla de las Farc, y fue precisamente la Dra. Rina la única persona que resultó plagiada por los alzados en armas.
En principio se pensó que quizás aquel acto correspondía una presión o represalia en contra de la ONG por su labor humanitaria o quizás se trataba de un secuestro extorsivo teniendo en cuenta que se trataba de una profesional. Sin embargo, mientras todos hacían cábalas acerca de la suerte de la infortunada dama, allá en el campamento guerrillero, al Comandante del grupo, hombrecito grotesco, de baja estatura y aspecto desaliñado y temperamento agreste, tampoco,  al igual que aquel de Los Rastrojos, consideró un problema convertir a la Dra. Rina en su amante forzada, y sin pensarlo dos veces se dio a la infame tarea de someterla a toda clase de abusos y vejámenes. (Pronto conocerán más detalles en el libro que estoy escribiendo sobre esos hechos).

Sólo quiero anticiparles, que aquel delincuente y terrorista, gracias a la labor titánica e intensa de la fuerza pública, no pudo continuar con el secuestro y Rina fue rescatada, pero días después, y cuando pensaba que ya la pesadilla había terminado, fue capturada y acusada por varios reinsertados, acolitados por algunos sinvergüenzas de un organismo de seguridad, de pertenecer al grupo guerrillero de manera activa, prestándole servicios de atención de primeros auxilios y tener como apodo o alias La Dra, La Cardista,  La enfermera…  Luego de una intensa labor jurídica y como Defensor Público, y con la ayuda y sabiduría de mi Dios bendito, logré su libertad.

[email protected]

Columnista
18 julio, 2010

Mujeres abusadas

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Rafael Nieto Pardo

Por: Luis Rafael Nieto Pardo Si bien es cierto ya se ha vuelto costumbre escuchar y leer sobre las historias del diario acontecer en cuanto se refiere a los abusos y maltratos de maridos y amantes celosos contra mujeres indefensas, ataques que incluso culminan en crímenes atroces, estúpidamente cometidos por desadaptados bajo el lema de […]


Por: Luis Rafael Nieto Pardo

Si bien es cierto ya se ha vuelto costumbre escuchar y leer sobre las historias del diario acontecer en cuanto se refiere a los abusos y maltratos de maridos y amantes celosos contra mujeres indefensas, ataques que incluso culminan en crímenes atroces, estúpidamente cometidos por desadaptados bajo el lema de que “Si no eres para mi no serás para nadie”;  otra nueva y siniestra modalidad en contra del sexo débil está tomando ya dimensiones alarmantes, que, si bien es cierto no alcanzan las cifras de los asesinatos de mujeres en las poblaciones como Michoacan, Tenoxiclan y otras regiones mexicanas a manos de narcotraficantes motivados por un móvil tan inicuo y tragicómico, como el de evitar que estas mujeres, la mayoría jóvenes y otras adultas, se convirtieran en “soplonas” luego de participar en sus orgias y bacanales, tal y como ocurría en la época de Pablo Escobar, cuando de vez en cuando no era sorprendente que las autoridades encontraran dos, tres o más cadáveres de hermosas jovencitas asesinadas en la Avenida Las Palmas, de seguro, luego de haber participado en esas “farras”.

Nos referimos a las recientes noticias que están llegando, y que dan cuenta del secuestro y desaparición forzada, o simplemente actos de sometimiento a esclavitud, proscrita hace ya siglos, pero que en pleno siglo XXI, puso en práctica un jefe de la  tristemente llamada “banda de Los Rastrojos”, quien, según la crónica amarillista, se encaprichó con una agraciada odontóloga al Servicio de la Misión Médica Humanitaria en una región del Chocó y aquel grotesco personaje no consideró un problema ordenar el secuestro de la profesional, mantenerla retenida y violarla repetidamente llegando a tal descaro que, incluso, le permitía bajo vigilancia de sus secuaces,  continuar prestando sus servicios profesionales en el Centro de Salud y devolverla al cautiverio para seguir a su servicio en la practica de sus aberraciones sexuales. Por fortuna para ella, miembros de la comunidad, con valor civil, pusieron en conocimiento de las autoridades el macabro episodio y lograron su liberación y el apresamiento del sádico.

Pero resulta que no nos habíamos repuesto de asimilar aquel repugnante acontecimiento, cuando de nuevo se conoce la noticia de un hecho acaecido en el Municipio de Teorama-Caldas, en donde, según la crónica, cuatro mujeres profesionales en diversas áreas, quienes se encontraban desarrollando labores relacionadas con los Derechos Humanos al servicio de una Fundación denominada Progresar, fueron secuestradas por miembros de una columna de facinerosos supuestamente matriculados o pertenecientes a un reducto del ELN, sin que a la fecha se tengan noticias de los insanos propósitos que animen a estos desalmados.
Todos los anteriores acontecimientos han traído a mi memoria aquella amarga experiencia vivida hace varios años por la Bacterióloga RINA BOLAÑOS, agraciada profesional, que en los primeros meses de 2.003, luego de haber permanecido desempleada por varios años y distribuyendo hojas de vida por todos lados, por fin consiguió una oportunidad en la EPS DUSAKAWY, ONG que vela por el bienestar de la población indígena, y precisamente le correspondió participar en una jornada vacunación, registro y otras actividades con la población indígena de la Sierra Nevada y si mal no estoy de recuerdos, al día siguiente o a pocos días de iniciar su labor, fueron asaltados por una cuadrilla de las Farc, y fue precisamente la Dra. Rina la única persona que resultó plagiada por los alzados en armas.
En principio se pensó que quizás aquel acto correspondía una presión o represalia en contra de la ONG por su labor humanitaria o quizás se trataba de un secuestro extorsivo teniendo en cuenta que se trataba de una profesional. Sin embargo, mientras todos hacían cábalas acerca de la suerte de la infortunada dama, allá en el campamento guerrillero, al Comandante del grupo, hombrecito grotesco, de baja estatura y aspecto desaliñado y temperamento agreste, tampoco,  al igual que aquel de Los Rastrojos, consideró un problema convertir a la Dra. Rina en su amante forzada, y sin pensarlo dos veces se dio a la infame tarea de someterla a toda clase de abusos y vejámenes. (Pronto conocerán más detalles en el libro que estoy escribiendo sobre esos hechos).

Sólo quiero anticiparles, que aquel delincuente y terrorista, gracias a la labor titánica e intensa de la fuerza pública, no pudo continuar con el secuestro y Rina fue rescatada, pero días después, y cuando pensaba que ya la pesadilla había terminado, fue capturada y acusada por varios reinsertados, acolitados por algunos sinvergüenzas de un organismo de seguridad, de pertenecer al grupo guerrillero de manera activa, prestándole servicios de atención de primeros auxilios y tener como apodo o alias La Dra, La Cardista,  La enfermera…  Luego de una intensa labor jurídica y como Defensor Público, y con la ayuda y sabiduría de mi Dios bendito, logré su libertad.

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