Los reportes de accidentes de tránsito desbordan los índices de los días y de los meses anteriores, los guarismos muestran un crecimiento inusitado y muy escalofriante, que dejan a padres y familiares quebrantados por las muertes de sus hijos, muy jóvenes. De algo deberá servir esta columna periodística de llamado de atención y alarma para […]
Los reportes de accidentes de tránsito desbordan los índices de los días y de los meses anteriores, los guarismos muestran un crecimiento inusitado y muy escalofriante, que dejan a padres y familiares quebrantados por las muertes de sus hijos, muy jóvenes.
De algo deberá servir esta columna periodística de llamado de atención y alarma para el Alcalde de Valledupar, la Policía, el Secretario de Tránsito; también para el Gobernador y demás autoridades que tengan que ver con la seguridad para los viajeros dentro y fuera del perímetro urbano de las ciudades y pueblos del Cesar.
Ya es hora que alguien responda por la falta de una política pública de tránsito y transporte, que procuren iniciativas para controlar la accidentalidad, lo que está provocando no solo la muerte de los conductores de motocicletas (especialmente) y vehículos, también del inminente peligro a que se exponen las personas en las calles, en las carreteras y en sus propias casas, al momento de dichos accidentes tan seguidos y tenebrosos.
Las autoridades citadas deben sentarse y analizar con expertos la situación y diseñar, de manera urgente, programas especiales con los conductores de motocicletas (especialmente) y de carros, para prevenir la accidentalidad.
Inclusive, entidades como la Cámara de Comercio de Valledupar y Fenalco deben dejar de ser entidades recaudadoras y burocratizadas, en donde impera una especie de monarquía, en donde su director es reelegido por años, para que se conviertan en entidades de gestión en beneficio de la sociedad cesarense. Deberían no descuidar su misión, humanizando el servicio y alcances, gestionar y ser vigilantes de problemáticas como la grave situación de accidentalidad en la región.
Entonces, no solo serían las autoridades competentes, también deben participar todos los alcaldes y gremios y encontrar soluciones para la sociedad cesarense.
Es lamentable la ola de accidentes, que han registrado los medios de comunicación, como EL PILÓN, estos son varios: Un motociclista embriagado murió el domingo anterior, al chocar su moto contra un árbol, en la carrera 16 con calle 26 de Valledupar. La víctima es Erick Jovanny Aguilar Socarrás, de 21 años de edad, natural de Santa Marta, Magdalena, residente en Valledupar.
En otro hecho, a pocas cuadras, murió Elías Manuel Fragozo Peñaranda, de 18 años de edad, cuando conducía una motocicleta, en el barrio 12 de Octubre. Su moto chocó contra un camión a la una y treinta de la tarde.
Otro motociclista murió cerca de Valledupar. Se trata de Abraham David Guerrero Lucas, quien se accidentó en la vía de San José de Oriente – y La Paz. La Policía afirma que Abraham David Guerrero Lucas, conducía en estado de embriaguez.
La Policía también reportó la muerte de Edwin Rangel Cortes, de 39 años, y Miguel Linares, de 51 años, quienes se movilizaban en una motocicleta, entre San Roque y Bosconia.
Aquí falta por relacionar otros accidentes de días anteriores y también accidentes que solo dejaron heridos, la lista es larguísima.
Alegan mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan que ya basta de estudios. Aquí no se trata de invertir nuevas millonadas de dinero en estudios inoficiosos, ni traer de Corea del Norte a expertos. Aquí lo que se requiere –urgente- es poner en práctica –con rigor- una iniciativa seria y responsable que neutralice la irresponsabilidad de conductores sin licencias, de menores de edad haciendo piques por las calles y de borrachos al volante.
Es decir, que los conductores no se paseen borrachos por las calles y carreteras y que tomen controles de los muchachos haciendo piques, para que la muerte no ronde las ruedas. Hasta la próxima semana.
Tí[email protected]
@tiochiro.
Los reportes de accidentes de tránsito desbordan los índices de los días y de los meses anteriores, los guarismos muestran un crecimiento inusitado y muy escalofriante, que dejan a padres y familiares quebrantados por las muertes de sus hijos, muy jóvenes. De algo deberá servir esta columna periodística de llamado de atención y alarma para […]
Los reportes de accidentes de tránsito desbordan los índices de los días y de los meses anteriores, los guarismos muestran un crecimiento inusitado y muy escalofriante, que dejan a padres y familiares quebrantados por las muertes de sus hijos, muy jóvenes.
De algo deberá servir esta columna periodística de llamado de atención y alarma para el Alcalde de Valledupar, la Policía, el Secretario de Tránsito; también para el Gobernador y demás autoridades que tengan que ver con la seguridad para los viajeros dentro y fuera del perímetro urbano de las ciudades y pueblos del Cesar.
Ya es hora que alguien responda por la falta de una política pública de tránsito y transporte, que procuren iniciativas para controlar la accidentalidad, lo que está provocando no solo la muerte de los conductores de motocicletas (especialmente) y vehículos, también del inminente peligro a que se exponen las personas en las calles, en las carreteras y en sus propias casas, al momento de dichos accidentes tan seguidos y tenebrosos.
Las autoridades citadas deben sentarse y analizar con expertos la situación y diseñar, de manera urgente, programas especiales con los conductores de motocicletas (especialmente) y de carros, para prevenir la accidentalidad.
Inclusive, entidades como la Cámara de Comercio de Valledupar y Fenalco deben dejar de ser entidades recaudadoras y burocratizadas, en donde impera una especie de monarquía, en donde su director es reelegido por años, para que se conviertan en entidades de gestión en beneficio de la sociedad cesarense. Deberían no descuidar su misión, humanizando el servicio y alcances, gestionar y ser vigilantes de problemáticas como la grave situación de accidentalidad en la región.
Entonces, no solo serían las autoridades competentes, también deben participar todos los alcaldes y gremios y encontrar soluciones para la sociedad cesarense.
Es lamentable la ola de accidentes, que han registrado los medios de comunicación, como EL PILÓN, estos son varios: Un motociclista embriagado murió el domingo anterior, al chocar su moto contra un árbol, en la carrera 16 con calle 26 de Valledupar. La víctima es Erick Jovanny Aguilar Socarrás, de 21 años de edad, natural de Santa Marta, Magdalena, residente en Valledupar.
En otro hecho, a pocas cuadras, murió Elías Manuel Fragozo Peñaranda, de 18 años de edad, cuando conducía una motocicleta, en el barrio 12 de Octubre. Su moto chocó contra un camión a la una y treinta de la tarde.
Otro motociclista murió cerca de Valledupar. Se trata de Abraham David Guerrero Lucas, quien se accidentó en la vía de San José de Oriente – y La Paz. La Policía afirma que Abraham David Guerrero Lucas, conducía en estado de embriaguez.
La Policía también reportó la muerte de Edwin Rangel Cortes, de 39 años, y Miguel Linares, de 51 años, quienes se movilizaban en una motocicleta, entre San Roque y Bosconia.
Aquí falta por relacionar otros accidentes de días anteriores y también accidentes que solo dejaron heridos, la lista es larguísima.
Alegan mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan que ya basta de estudios. Aquí no se trata de invertir nuevas millonadas de dinero en estudios inoficiosos, ni traer de Corea del Norte a expertos. Aquí lo que se requiere –urgente- es poner en práctica –con rigor- una iniciativa seria y responsable que neutralice la irresponsabilidad de conductores sin licencias, de menores de edad haciendo piques por las calles y de borrachos al volante.
Es decir, que los conductores no se paseen borrachos por las calles y carreteras y que tomen controles de los muchachos haciendo piques, para que la muerte no ronde las ruedas. Hasta la próxima semana.
Tí[email protected]
@tiochiro.