El anestesiólogo sintió un malestar general, se trasladó al baño porque le dieron nauseas y lo sorprendió un infarto fulminante. Sus colegas trataron de reanimarlo, pero ya era demasiado tarde.
Un infarto fulminante sorprendió a un reconocido médico anestesiólogo durante una cirugía en uno de los quirofanos de la Clínica de Alta Complejidad del Caribe, en Valledupar, donde esperaba la evolución de la anestesia que había aplicado a un paciente.
Se trata de José Ángel Caro Padilla, de 33 años de edad, natural del municipio de Chiriguaná, residente en la urbanización Los Rosales dos, ubicada en el norte de Valledupar. El destacado galeno fue encontrado por uno de sus compañeros del quirófano sin signos vitales en el interior del baño, luego que analizaran su demora y no respondía al llamado. Una vez el galeno abrió la puerta, encontró a Caro Padilla en el suelo, lo que originó la alerta de los demás compañeros de trabajo, quienes trataron de reanimarlo, pero no respondió.
Había nacido en Chiriguaná hacía 33 años, terminó el bachillerato en el colegio El Carmelo y se graduó como médico en la Universidad Metropolitana de Barranquilla; en ese mismo claustro universitario se especializó como anestesiólogo. Laboró inicialmente en Tuluá, Valle, y Valledupar, a esta ciudad venía cada 15 días y hace pocos meses se radicó definitivamente en la capital cesarense. Vivía en unión libre con la auditora en salud, Jennifer Silva, de cuya unión quedaron dos hijas de 11 y 12 años, respectivamente. El médico era el mayor de tres hermanos. Sus familiares lo consideraron como muy servicial y lamentaron su inesperada partida.
Por Abdel Martínez Pérez / EL PILÓN
[email protected]
El anestesiólogo sintió un malestar general, se trasladó al baño porque le dieron nauseas y lo sorprendió un infarto fulminante. Sus colegas trataron de reanimarlo, pero ya era demasiado tarde.
Un infarto fulminante sorprendió a un reconocido médico anestesiólogo durante una cirugía en uno de los quirofanos de la Clínica de Alta Complejidad del Caribe, en Valledupar, donde esperaba la evolución de la anestesia que había aplicado a un paciente.
Se trata de José Ángel Caro Padilla, de 33 años de edad, natural del municipio de Chiriguaná, residente en la urbanización Los Rosales dos, ubicada en el norte de Valledupar. El destacado galeno fue encontrado por uno de sus compañeros del quirófano sin signos vitales en el interior del baño, luego que analizaran su demora y no respondía al llamado. Una vez el galeno abrió la puerta, encontró a Caro Padilla en el suelo, lo que originó la alerta de los demás compañeros de trabajo, quienes trataron de reanimarlo, pero no respondió.
Había nacido en Chiriguaná hacía 33 años, terminó el bachillerato en el colegio El Carmelo y se graduó como médico en la Universidad Metropolitana de Barranquilla; en ese mismo claustro universitario se especializó como anestesiólogo. Laboró inicialmente en Tuluá, Valle, y Valledupar, a esta ciudad venía cada 15 días y hace pocos meses se radicó definitivamente en la capital cesarense. Vivía en unión libre con la auditora en salud, Jennifer Silva, de cuya unión quedaron dos hijas de 11 y 12 años, respectivamente. El médico era el mayor de tres hermanos. Sus familiares lo consideraron como muy servicial y lamentaron su inesperada partida.
Por Abdel Martínez Pérez / EL PILÓN
[email protected]