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Columnista - 4 octubre, 2016

Movilidad activa ¿una prioridad?

En días pasados fuimos invitados por la Alcaldía Municipal a un interesante panel sobre los proyectos que pretende realizar la actual administración sobre el tema de movilidad. Nuestro interés se centró en que por fin abrían espacios para la participación ciudadana, aspecto que muy a pesar de programarse, nunca se cumplió y una vez más […]

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En días pasados fuimos invitados por la Alcaldía Municipal a un interesante panel sobre los proyectos que pretende realizar la actual administración sobre el tema de movilidad. Nuestro interés se centró en que por fin abrían espacios para la participación ciudadana, aspecto que muy a pesar de programarse, nunca se cumplió y una vez más pierde la ciudad de escuchar y debatir diversos puntos de vista.

Se escucharon algunas palabras cargadas de folclorismo y otras acertadamente concretas y técnicas, debo resaltar con algo de rubor y pena, que no escuché de su principal promotor una excusa por la tardanza de una hora en el inicio de la actividad, creo que lo cortés no quita lo valiente y ante tanta personalidad convocada es lo esperado.

Lo importante de resaltar es el diagnóstico mostrado por Findeter, que muestra a la administración el estado actual de la movilidad, aspecto muy importante para determinar prioridades y analizar y enfocar las inversiones. Por otra parte, considero puntual lo expresado por el panelista de The World Bank, respecto a vincular a las comunidades afectadas con proyectos urbanos para así garantizar proyectos de éxito y generar sentido de pertenencia.

Una desafortunada y decreciente participación de la movilidad activa según los expertos entre el 7 y 9 %, con una movilidad motorizada del 44 % en los motociclistas, de los cuales tenemos la certeza que un gran porcentaje corresponde al moto laxismo, son el reflejo de la pobre participación en un sistema de transporte urbano obsoleto, desarticulado, mal planeado y decadente. No es posible que la ciudad la sigan planeando los transportistas que definen que rutas quieren y por donde; el gobierno debe garantizar un sistema eficiente, preferiblemente con sistemas de energías limpias, con confort para sus ocupantes, con seguridad y cubrimiento que le permita atraer usuarios e invertir ese gran porcentaje volcado en sistemas altamente inseguros, peligrosos, del tercer mundo y muy contaminantes. No es legal ni afortunado pensar y manifestar, como lo expresaron, que debemos ser permisivos con aquellos que lo promueven, es deber legal del mandatario erradicarlo.

Finalmente, debo resaltar que nuestro gobierno debe ser cuidadoso en la escogencia y desarrollo de proyectos de movilidad activa, para que cumplan su objeto y permitan a futuro un efectivo crecimiento y que errores del pasado (calle 17 y carrera 9) jamás se repitan; nuevamente me pregunto: ¿Cuánto de tan bajo resultado (7 %) es el uso real y actual de cada vía? ¿Vale la pena dilapidar recursos públicos en proyectos que un bajo porcentaje usa? Esperemos que los importantes y nuevos asesores no sean los mismos encantadores de serpientes que conllevaron a afear nuestra ciudad y que, si se colaron, prevalezca en el gobierno la participación ciudadana y fundamentalmente el buen criterio.

Por Carlos Fernando Castro Burbano

 

Columnista
4 octubre, 2016

Movilidad activa ¿una prioridad?

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El Pilón

En días pasados fuimos invitados por la Alcaldía Municipal a un interesante panel sobre los proyectos que pretende realizar la actual administración sobre el tema de movilidad. Nuestro interés se centró en que por fin abrían espacios para la participación ciudadana, aspecto que muy a pesar de programarse, nunca se cumplió y una vez más […]


En días pasados fuimos invitados por la Alcaldía Municipal a un interesante panel sobre los proyectos que pretende realizar la actual administración sobre el tema de movilidad. Nuestro interés se centró en que por fin abrían espacios para la participación ciudadana, aspecto que muy a pesar de programarse, nunca se cumplió y una vez más pierde la ciudad de escuchar y debatir diversos puntos de vista.

Se escucharon algunas palabras cargadas de folclorismo y otras acertadamente concretas y técnicas, debo resaltar con algo de rubor y pena, que no escuché de su principal promotor una excusa por la tardanza de una hora en el inicio de la actividad, creo que lo cortés no quita lo valiente y ante tanta personalidad convocada es lo esperado.

Lo importante de resaltar es el diagnóstico mostrado por Findeter, que muestra a la administración el estado actual de la movilidad, aspecto muy importante para determinar prioridades y analizar y enfocar las inversiones. Por otra parte, considero puntual lo expresado por el panelista de The World Bank, respecto a vincular a las comunidades afectadas con proyectos urbanos para así garantizar proyectos de éxito y generar sentido de pertenencia.

Una desafortunada y decreciente participación de la movilidad activa según los expertos entre el 7 y 9 %, con una movilidad motorizada del 44 % en los motociclistas, de los cuales tenemos la certeza que un gran porcentaje corresponde al moto laxismo, son el reflejo de la pobre participación en un sistema de transporte urbano obsoleto, desarticulado, mal planeado y decadente. No es posible que la ciudad la sigan planeando los transportistas que definen que rutas quieren y por donde; el gobierno debe garantizar un sistema eficiente, preferiblemente con sistemas de energías limpias, con confort para sus ocupantes, con seguridad y cubrimiento que le permita atraer usuarios e invertir ese gran porcentaje volcado en sistemas altamente inseguros, peligrosos, del tercer mundo y muy contaminantes. No es legal ni afortunado pensar y manifestar, como lo expresaron, que debemos ser permisivos con aquellos que lo promueven, es deber legal del mandatario erradicarlo.

Finalmente, debo resaltar que nuestro gobierno debe ser cuidadoso en la escogencia y desarrollo de proyectos de movilidad activa, para que cumplan su objeto y permitan a futuro un efectivo crecimiento y que errores del pasado (calle 17 y carrera 9) jamás se repitan; nuevamente me pregunto: ¿Cuánto de tan bajo resultado (7 %) es el uso real y actual de cada vía? ¿Vale la pena dilapidar recursos públicos en proyectos que un bajo porcentaje usa? Esperemos que los importantes y nuevos asesores no sean los mismos encantadores de serpientes que conllevaron a afear nuestra ciudad y que, si se colaron, prevalezca en el gobierno la participación ciudadana y fundamentalmente el buen criterio.

Por Carlos Fernando Castro Burbano