La falta de pericia, de conciencia y de responsabilidad son las mayores causas de los accidentes de motos. La educación es la única solución clave. No sólo en Valledupar ha aumentado el incremento de las motocicletas, sino que también han aumentado los niveles de accidentalidad, y los motociclistas se han convertido en los actores más […]
La falta de pericia, de conciencia y de responsabilidad son las mayores causas de los accidentes de motos. La educación es la única solución clave. No sólo en Valledupar ha aumentado el incremento de las motocicletas, sino que también han aumentado los niveles de accidentalidad, y los motociclistas se han convertido en los actores más vulnerables de las vías.
El mayor porcentaje de víctimas fatales que han cobrado los siniestros de tránsito son los usuarios de motos. Las estadísticas resultan preocupantes cuando las cifras que reportan indican que el mayor porcentaje de lesionados por accidentes y peatones muertos son arrollados por estos vehículos. Lo que nos está demostrando es que la moto no es sólo el vehículo vulnerable, sino el que tiene las consecuencias más letales.
No dudo en afirmar que las motos crecieron debido a que son económicas y versátiles, pero esto viene acompañado de una falta de formación sobre cómo conducirlas y de una latente falta de conciencia sobre su riesgo. La gente cree que quien maneja una cicla ya puede manejar moto y moverla, lo que no significa que sepa conducirla.
Para mí, hay una fuerte ausencia de política pública que ajuste las medidas para otorgar una licencia, las condiciones de venta de las motos y una falta de cultura ciudadana respecto al tema.
Los accidentes ocurren porque la mayoría de conductores son imprudentes, agresivos e intolerantes y además las vías no están hechas para ellos.
En Valledupar, por lo menos 1 o 2 mototaxistas mueren a diario, y las vidas que se están perdiendo son las de jóvenes de 15 a 20 años y hombres de 20 a 34 años de edad. Pienso que para trabajar en la reducción de esta accidentalidad se debe entender que es una responsabilidad compartida y que es necesario aducir en diversos aspectos.
Finalmente, hay que apuntar a racionalizar su uso, restringiendo la velocidad, incorporando cultura ciudadana y cursos de seguridad vial, implementar una filosofía de cero tolerancia, con control y castigo. Porque no le apostamos a restringir la circulación o crear motocarriles, como medidas para reducir la accidentalidad. Para los mototaxistas, la solución no está en restringir, y piden más iniciativas para poder moverse de manera segura, y ser educados junto con los otros actores de las vías. Ahí les dejo esas inquietudes.
Y como es mi costumbre, trataré otros temitas: Sigo insistiendo en un espacio para todos. Todos los días paso por la Calle del Cesar, sigue igual o peor de vendedores ambulantes. Pocos temas exacerban a los vallenatos como la invasión de calzadas y andenes o la suciedad de sus calles. Valledupar, señor director de Espacio Público, debe empezar a rescatar el sentido de sus bienes colectivos, que no pertenecen a un particular ni a un segmento de la sociedad, sino a todos los que gozan tanto del derecho a utilizarlos debidamente como del deber de garantizar su protección. Y ese es el mensaje, señor director de Espacio Público, que debe quedar claro.
Cuatro temas importantes se han venido tratando: el de Coomeva, entidad irresponsable que juega con la salud de los vallenatos, respaldo la protesta. El segundo tema es la construcción de viviendas y caramancheles a orillas del río Guatapurí, zona Hurtado después del puente, margen derecha, denuncia presentada por el abogado y periodista Carlos Quintero Romero. Esto lo respaldo y espero que las autoridades tomen atenta nota de esta situación.
El tercer tema es que ojalá que con la llegada del Ministro de Justicia se concrete la reubicación de la Cárcel Judicial del barrio Dangond. Ya nos han engañado mucho; el cuarto tema: el separador de la carrera 4ª desde el barrio Sicarare hasta la calle 12.
Nota: Aprovecho para recordarle a los mototaxistas la donación de órganos cuando mueran en accidente.
Por Alberto Herazo Palmera
La falta de pericia, de conciencia y de responsabilidad son las mayores causas de los accidentes de motos. La educación es la única solución clave. No sólo en Valledupar ha aumentado el incremento de las motocicletas, sino que también han aumentado los niveles de accidentalidad, y los motociclistas se han convertido en los actores más […]
La falta de pericia, de conciencia y de responsabilidad son las mayores causas de los accidentes de motos. La educación es la única solución clave. No sólo en Valledupar ha aumentado el incremento de las motocicletas, sino que también han aumentado los niveles de accidentalidad, y los motociclistas se han convertido en los actores más vulnerables de las vías.
El mayor porcentaje de víctimas fatales que han cobrado los siniestros de tránsito son los usuarios de motos. Las estadísticas resultan preocupantes cuando las cifras que reportan indican que el mayor porcentaje de lesionados por accidentes y peatones muertos son arrollados por estos vehículos. Lo que nos está demostrando es que la moto no es sólo el vehículo vulnerable, sino el que tiene las consecuencias más letales.
No dudo en afirmar que las motos crecieron debido a que son económicas y versátiles, pero esto viene acompañado de una falta de formación sobre cómo conducirlas y de una latente falta de conciencia sobre su riesgo. La gente cree que quien maneja una cicla ya puede manejar moto y moverla, lo que no significa que sepa conducirla.
Para mí, hay una fuerte ausencia de política pública que ajuste las medidas para otorgar una licencia, las condiciones de venta de las motos y una falta de cultura ciudadana respecto al tema.
Los accidentes ocurren porque la mayoría de conductores son imprudentes, agresivos e intolerantes y además las vías no están hechas para ellos.
En Valledupar, por lo menos 1 o 2 mototaxistas mueren a diario, y las vidas que se están perdiendo son las de jóvenes de 15 a 20 años y hombres de 20 a 34 años de edad. Pienso que para trabajar en la reducción de esta accidentalidad se debe entender que es una responsabilidad compartida y que es necesario aducir en diversos aspectos.
Finalmente, hay que apuntar a racionalizar su uso, restringiendo la velocidad, incorporando cultura ciudadana y cursos de seguridad vial, implementar una filosofía de cero tolerancia, con control y castigo. Porque no le apostamos a restringir la circulación o crear motocarriles, como medidas para reducir la accidentalidad. Para los mototaxistas, la solución no está en restringir, y piden más iniciativas para poder moverse de manera segura, y ser educados junto con los otros actores de las vías. Ahí les dejo esas inquietudes.
Y como es mi costumbre, trataré otros temitas: Sigo insistiendo en un espacio para todos. Todos los días paso por la Calle del Cesar, sigue igual o peor de vendedores ambulantes. Pocos temas exacerban a los vallenatos como la invasión de calzadas y andenes o la suciedad de sus calles. Valledupar, señor director de Espacio Público, debe empezar a rescatar el sentido de sus bienes colectivos, que no pertenecen a un particular ni a un segmento de la sociedad, sino a todos los que gozan tanto del derecho a utilizarlos debidamente como del deber de garantizar su protección. Y ese es el mensaje, señor director de Espacio Público, que debe quedar claro.
Cuatro temas importantes se han venido tratando: el de Coomeva, entidad irresponsable que juega con la salud de los vallenatos, respaldo la protesta. El segundo tema es la construcción de viviendas y caramancheles a orillas del río Guatapurí, zona Hurtado después del puente, margen derecha, denuncia presentada por el abogado y periodista Carlos Quintero Romero. Esto lo respaldo y espero que las autoridades tomen atenta nota de esta situación.
El tercer tema es que ojalá que con la llegada del Ministro de Justicia se concrete la reubicación de la Cárcel Judicial del barrio Dangond. Ya nos han engañado mucho; el cuarto tema: el separador de la carrera 4ª desde el barrio Sicarare hasta la calle 12.
Nota: Aprovecho para recordarle a los mototaxistas la donación de órganos cuando mueran en accidente.
Por Alberto Herazo Palmera