Como se recordará, el Gobierno Nacional decidió suspender el alza del precio de la gasolina en diciembre de este año, para restarle presión al alza del IPC y así contribuir a alcanzar su meta de una inflación de un solo dígito para el 2022.
Amylkar D. Acosta M
Como se recordará, el Gobierno Nacional decidió suspender el alza del precio de la gasolina en diciembre de este año, para restarle presión al alza del IPC y así contribuir a alcanzar su meta de una inflación de un solo dígito para el 2022. Tanto más en cuanto que entre los ítems que más han venido presionando al alza se cuentan los precios regulados, como lo son las tarifas de energía y el aumento del precio de la gasolina. En efecto, el mayor incremento en los últimos 12 meses se ha dado en el rubro de transporte, registrando el 16.54 %, jalonado por el reajuste del 47.19 % del precio de la gasolina.
Como es bien sabido, la inflación se situó en el 10.15 % para el mes de noviembre, 2.38 puntos porcentuales menos con respecto al mismo mes de 2022, cuando se registró un incremento de 12.53 %. Ello, después de haber alcanzado un máximo histórico de 13.34 %, la cifra más alta desde el año de la recesión económica de 1999. Aunque la inflación es menor, ha venido bajando lentamente, a un menor ritmo que en el resto del mundo.
Con el aumento autorizado para enero de $600 el galón, fijando como precio de referencia mediante Resolución del Ministerio de Minas y Energía en $15.164, el Gobierno logra equiparar el precio interno de gasolina con el precio internacional, que era su propósito. Y se cierra de esta manera el ciclo de alzas recurrentes que se iniciaron en octubre de 2022, aupada en su momento por el exministro de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Ocampo, y mantenida sin solución de continuidad por su sucesor Ricardo Bonilla. El Gobierno Nacional, después de este paso en la dirección correcta que acaba de dar, puede exclamar misión cumplida (¡!), así sea parcialmente.
De acuerdo con la proyección del Comité independiente de la Regla fiscal, de mantenerse las alzas del precio de la gasolina hasta el mes de diciembre, el déficit del Fondo de estabilización de los precios de los combustibles habría cerrado el año en $18.5 billones, pero al aplazarse la última alza autorizada hasta el mes de enero, dicho déficit alcanzó los $20 billones, equivalente al monto recaudado de la reforma tributaria del año anterior, por cuenta del congelamiento del precio del diésel y del subsidio del cual sigue siendo objeto. El valor promedio internacional del diésel está alrededor de los $18.630; es decir que para nivelar el precio interno con el precio internacional es menester subir su precio en $9.565 el galón.
En este sentido el Gobierno Nacional ha sido muy coherente, así sea a medias, mientras no se toque el precio del diésel, en el propósito de desactivar la bomba de tiempo, heredada del anterior Gobierno, del enorme déficit del FEPC, para garantizar la sostenibilidad fiscal y su meta del déficit de 4.3 %, respetando y cumpliendo la Regla fiscal, al tiempo que, se busca desincentivar el consumo de los combustibles de origen fósil, en el propósito de descarbonizar la economía, compromiso este contraído con la firma por parte de Colombia del Acuerdo de París (2015).
Santa Marta, enero 20 de 2024
Como se recordará, el Gobierno Nacional decidió suspender el alza del precio de la gasolina en diciembre de este año, para restarle presión al alza del IPC y así contribuir a alcanzar su meta de una inflación de un solo dígito para el 2022.
Amylkar D. Acosta M
Como se recordará, el Gobierno Nacional decidió suspender el alza del precio de la gasolina en diciembre de este año, para restarle presión al alza del IPC y así contribuir a alcanzar su meta de una inflación de un solo dígito para el 2022. Tanto más en cuanto que entre los ítems que más han venido presionando al alza se cuentan los precios regulados, como lo son las tarifas de energía y el aumento del precio de la gasolina. En efecto, el mayor incremento en los últimos 12 meses se ha dado en el rubro de transporte, registrando el 16.54 %, jalonado por el reajuste del 47.19 % del precio de la gasolina.
Como es bien sabido, la inflación se situó en el 10.15 % para el mes de noviembre, 2.38 puntos porcentuales menos con respecto al mismo mes de 2022, cuando se registró un incremento de 12.53 %. Ello, después de haber alcanzado un máximo histórico de 13.34 %, la cifra más alta desde el año de la recesión económica de 1999. Aunque la inflación es menor, ha venido bajando lentamente, a un menor ritmo que en el resto del mundo.
Con el aumento autorizado para enero de $600 el galón, fijando como precio de referencia mediante Resolución del Ministerio de Minas y Energía en $15.164, el Gobierno logra equiparar el precio interno de gasolina con el precio internacional, que era su propósito. Y se cierra de esta manera el ciclo de alzas recurrentes que se iniciaron en octubre de 2022, aupada en su momento por el exministro de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Ocampo, y mantenida sin solución de continuidad por su sucesor Ricardo Bonilla. El Gobierno Nacional, después de este paso en la dirección correcta que acaba de dar, puede exclamar misión cumplida (¡!), así sea parcialmente.
De acuerdo con la proyección del Comité independiente de la Regla fiscal, de mantenerse las alzas del precio de la gasolina hasta el mes de diciembre, el déficit del Fondo de estabilización de los precios de los combustibles habría cerrado el año en $18.5 billones, pero al aplazarse la última alza autorizada hasta el mes de enero, dicho déficit alcanzó los $20 billones, equivalente al monto recaudado de la reforma tributaria del año anterior, por cuenta del congelamiento del precio del diésel y del subsidio del cual sigue siendo objeto. El valor promedio internacional del diésel está alrededor de los $18.630; es decir que para nivelar el precio interno con el precio internacional es menester subir su precio en $9.565 el galón.
En este sentido el Gobierno Nacional ha sido muy coherente, así sea a medias, mientras no se toque el precio del diésel, en el propósito de desactivar la bomba de tiempo, heredada del anterior Gobierno, del enorme déficit del FEPC, para garantizar la sostenibilidad fiscal y su meta del déficit de 4.3 %, respetando y cumpliendo la Regla fiscal, al tiempo que, se busca desincentivar el consumo de los combustibles de origen fósil, en el propósito de descarbonizar la economía, compromiso este contraído con la firma por parte de Colombia del Acuerdo de París (2015).
Santa Marta, enero 20 de 2024