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Editorial - 17 marzo, 2016

Miremos el río Cesar

“El río Cesar recorre 280 kilómetros entre la Sierra Nevada de Santa Marta y su desembocadura en el río Magdalena. En total son once municipios (San Juan del Cesar, Villanueva, Urumita y La Jagua del Pilar en La Guajira; y Valledupar, San Diego, La Paz, El Paso, Astrea, Chiriguaná y Chimichagua en el Cesar). El […]

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“El río Cesar recorre 280 kilómetros entre la Sierra Nevada de Santa Marta y su desembocadura en el río Magdalena. En total son once municipios (San Juan del Cesar, Villanueva, Urumita y La Jagua del Pilar en La Guajira; y Valledupar, San Diego, La Paz, El Paso, Astrea, Chiriguaná y Chimichagua en el Cesar). El río pasa principalmente por zonas rurales y corregimientos. Las actividades principales de sus habitantes son la agricultura, la ganadería, la minería (en El Paso y Chiriguaná), la explotación de material de arrastre y la pesca (con mayor intensidad en Chimichagua). Cada una de estas afecta negativamente al río. Sin embargo, la fuente de contaminación más frecuente es el vertimiento de aguas residuales en el río sin la debida remoción de su carga contaminante”.

Esta es la definición que hizo en el 2013 Karelys Guzmán Finol, en Documentos sobre Economía Regional del Banco de la República. Esta es una fotografía fija, nada ha cambiado en el río Cesar, por el contrario todo ha empeorado, cada día está más contaminado, al punto que se está comparando con el agonizante río Bogotá, ejemplo de la contaminación en su máxima expresión.

EL PILÓN hoy en el marco del primer foro nacional por la recuperación del río Cesar, en el que participan diferentes entidades y organizaciones sociales, anunciaremos nuestra campaña 2016 ‘Miremos el río Cesar’, una estrategia que hace parte de nuestra responsabilidad empresarial como medio de comunicación líder de la región.

Para esta Casa Editorial es importante contribuir con el desarrollo de nuestra región y ese ánimo nos impulsa a liderar iniciativas que conduzcan a la búsqueda de soluciones que contribuyan al mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes del territorio. Por esta razón la empresa Comunicaciones Integrales S.A., con sus productos líderes diario EL PILÓN y www.elpilon.com.co realizará la campaña ‘Miremos al río Cesar’, con la que trataremos de mostrar las fortalezas, dificultades y escenarios de recuperación de este importante cauce.

Nuestros periodistas mostrarán la realidad del río, sus fortalezas, sus problemas, y analizaremos con expertos sus soluciones, pero también les daremos voz a los habitantes del río, a las personas que por décadas han vivido de él y con él, y por lo tanto lo están viendo morir.

La carga contaminante que acaba al Cesar es un problema urgente que deben resolver las administraciones municipales de su jurisdicción, mientras que la autoridad ambiental regula y apoya. Es necesario revisar las concesiones que autorizan la extracción de material de arrastre, entre otros temas. Se nos muere el Cesar y solo la suma de esfuerzos lo puede salvar de la catástrofe.

Queremos que el río Cesar vuelva a inspirar a los autores de música vallenata, que los abuelos de las futuras generaciones puedan contarles a sus nietos que este río “navegaba una piragua”. Todos miremos al río Cesar.

Editorial
17 marzo, 2016

Miremos el río Cesar

“El río Cesar recorre 280 kilómetros entre la Sierra Nevada de Santa Marta y su desembocadura en el río Magdalena. En total son once municipios (San Juan del Cesar, Villanueva, Urumita y La Jagua del Pilar en La Guajira; y Valledupar, San Diego, La Paz, El Paso, Astrea, Chiriguaná y Chimichagua en el Cesar). El […]


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“El río Cesar recorre 280 kilómetros entre la Sierra Nevada de Santa Marta y su desembocadura en el río Magdalena. En total son once municipios (San Juan del Cesar, Villanueva, Urumita y La Jagua del Pilar en La Guajira; y Valledupar, San Diego, La Paz, El Paso, Astrea, Chiriguaná y Chimichagua en el Cesar). El río pasa principalmente por zonas rurales y corregimientos. Las actividades principales de sus habitantes son la agricultura, la ganadería, la minería (en El Paso y Chiriguaná), la explotación de material de arrastre y la pesca (con mayor intensidad en Chimichagua). Cada una de estas afecta negativamente al río. Sin embargo, la fuente de contaminación más frecuente es el vertimiento de aguas residuales en el río sin la debida remoción de su carga contaminante”.

Esta es la definición que hizo en el 2013 Karelys Guzmán Finol, en Documentos sobre Economía Regional del Banco de la República. Esta es una fotografía fija, nada ha cambiado en el río Cesar, por el contrario todo ha empeorado, cada día está más contaminado, al punto que se está comparando con el agonizante río Bogotá, ejemplo de la contaminación en su máxima expresión.

EL PILÓN hoy en el marco del primer foro nacional por la recuperación del río Cesar, en el que participan diferentes entidades y organizaciones sociales, anunciaremos nuestra campaña 2016 ‘Miremos el río Cesar’, una estrategia que hace parte de nuestra responsabilidad empresarial como medio de comunicación líder de la región.

Para esta Casa Editorial es importante contribuir con el desarrollo de nuestra región y ese ánimo nos impulsa a liderar iniciativas que conduzcan a la búsqueda de soluciones que contribuyan al mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes del territorio. Por esta razón la empresa Comunicaciones Integrales S.A., con sus productos líderes diario EL PILÓN y www.elpilon.com.co realizará la campaña ‘Miremos al río Cesar’, con la que trataremos de mostrar las fortalezas, dificultades y escenarios de recuperación de este importante cauce.

Nuestros periodistas mostrarán la realidad del río, sus fortalezas, sus problemas, y analizaremos con expertos sus soluciones, pero también les daremos voz a los habitantes del río, a las personas que por décadas han vivido de él y con él, y por lo tanto lo están viendo morir.

La carga contaminante que acaba al Cesar es un problema urgente que deben resolver las administraciones municipales de su jurisdicción, mientras que la autoridad ambiental regula y apoya. Es necesario revisar las concesiones que autorizan la extracción de material de arrastre, entre otros temas. Se nos muere el Cesar y solo la suma de esfuerzos lo puede salvar de la catástrofe.

Queremos que el río Cesar vuelva a inspirar a los autores de música vallenata, que los abuelos de las futuras generaciones puedan contarles a sus nietos que este río “navegaba una piragua”. Todos miremos al río Cesar.