Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 11 julio, 2012

METANOIA* (segunda parte)

Desde mí cocina Por Silvia Betancourt Alliegro “La primera cualidad de un jefe es la de ser reconocido como tal. Todo jefe discutido es un jefe débil”. André Maurois Ante la avalancha de información que avala el proceder de toda la gente de extrema derecha que está dentro y fuera de la administración actual, tendremos […]

Desde mí cocina

Por Silvia Betancourt Alliegro

“La primera cualidad de un jefe es la de ser reconocido como tal. Todo jefe discutido es un jefe débil”.

André Maurois

Ante la avalancha de información que avala el proceder de toda la gente de extrema derecha que está dentro y fuera de la administración actual, tendremos que atrincherarnos en el conocimiento.
Y continúa Maurois: “El jefe elegido debería tener una autoridad indiscutida sobre aquellos que le eligieron. Pero ocurre frecuentemente que las cualidades que le han hecho ser elegido (elocuencia, afabilidad) no sean cualidades de jefe, y que la experiencia revele la mediocridad o la impotencia del elegido.
“En un país profundamente dividido, puede ocurrir además que el jefe elegido no represente más que un poco de la mitad de los electores. Si la otra mitad siente por él una repulsión que se asemeje al odio, la situación que se crea es peligrosa para el Estado.
“Y cuando el jefe tiene que ser llevado a la reelección con intervalos de tiempo determinados, tendrá que averiguar cómo podrá hacerse obedecer por hombres a los que tendrá que pedir mañana el voto”.

Los ciudadanos colombianos estamos siendo acoquinados por la locuacidad malsana de los servidores que elegimos para que nos administren el territorio y todas sus riquezas, y que equivocados o no, se lanzan diatribas desde el nuevo púlpito que es la televisión, sólo para ocultar sus pecados mortales con los cuales nos salpican a todos, estemos en lo que estemos; ya no conversamos desprevenidos con nuestros compatriotas, en cada uno de ellos creemos ver complicidad con el enemigo común: el político de profesión que está de turno.
El mismo autor nos transcribe una frase de Charles de Gaulle: “Nada realza tanto la autoridad como el silencio. Hablar es diluir el pensamiento, desperdiciar el ardor, en una palabra: es dispersarse, cuando lo que exige la acción es que nos concentremos. Entre el silencio y el orden hay algo así como una correspondencia necesaria”.

“Como todo lo que viene del jefe es contagioso, el jefe puede provocar la calma y la atención con sólo callarse. El carácter está por encima de la inteligencia, pero la inteligencia es indispensable. La inteligencia del jefe debe ser acogedora y servirse del cerebro de los otros, hay que saber escuchar mucho y hablar poco”.

Todo hombre soporta las censuras cuando su carácter y su espíritu están fuera de toda duda, no se sale de la ropa haciendo flotar exabruptos que lo equiparan a sus contrincantes.
Tal vez, para entender mejor nuestra penosa existencia, tengamos que escuchar con detenimiento la letra de algunas canciones de Hernando Marín, o de Rubén Blades; y escoger frases emitidas desde los tangos, por ahora se me ocurre una: “y en el mismo lodo todos revolcados”.

Creo que nos favorecería en gran medida un cambio de mentalidad, y para ello tendríamos que sustraernos a la alharaca que entorpece nuestra visión del mundo y las cosas que contiene, dejar de ver noticieros, estudiar los trinos de Álvaro Uribe Vélez, sin darle RT; pues ante tanta mugre, desgracia, sangre y dolor, presentados a todo color, con libretos diseñados por los dueños del poder que pagan la publicidad, el espíritu se encoge, la bondad se atrinchera en la indiferencia, muere el espíritu tribal; tal vez debamos leer – no ver lo que otros nos inyecten- sobre el devenir de la historia, así el dictamen será nuestro.

*La palabra que define el concepto de Metanoia es aprendizaje, ya que este supone un desplazamiento o tránsito mental desde una situación actual, a una situación superadora, al cambio constante del nivel de pensamiento, escapando de viejos paradigmas o modelos que estructuran nuestra forma de pensar y comprender el mundo.

[email protected]

Columnista
11 julio, 2012

METANOIA* (segunda parte)

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Silvia Betancourt Alliegro

Desde mí cocina Por Silvia Betancourt Alliegro “La primera cualidad de un jefe es la de ser reconocido como tal. Todo jefe discutido es un jefe débil”. André Maurois Ante la avalancha de información que avala el proceder de toda la gente de extrema derecha que está dentro y fuera de la administración actual, tendremos […]


Desde mí cocina

Por Silvia Betancourt Alliegro

“La primera cualidad de un jefe es la de ser reconocido como tal. Todo jefe discutido es un jefe débil”.

André Maurois

Ante la avalancha de información que avala el proceder de toda la gente de extrema derecha que está dentro y fuera de la administración actual, tendremos que atrincherarnos en el conocimiento.
Y continúa Maurois: “El jefe elegido debería tener una autoridad indiscutida sobre aquellos que le eligieron. Pero ocurre frecuentemente que las cualidades que le han hecho ser elegido (elocuencia, afabilidad) no sean cualidades de jefe, y que la experiencia revele la mediocridad o la impotencia del elegido.
“En un país profundamente dividido, puede ocurrir además que el jefe elegido no represente más que un poco de la mitad de los electores. Si la otra mitad siente por él una repulsión que se asemeje al odio, la situación que se crea es peligrosa para el Estado.
“Y cuando el jefe tiene que ser llevado a la reelección con intervalos de tiempo determinados, tendrá que averiguar cómo podrá hacerse obedecer por hombres a los que tendrá que pedir mañana el voto”.

Los ciudadanos colombianos estamos siendo acoquinados por la locuacidad malsana de los servidores que elegimos para que nos administren el territorio y todas sus riquezas, y que equivocados o no, se lanzan diatribas desde el nuevo púlpito que es la televisión, sólo para ocultar sus pecados mortales con los cuales nos salpican a todos, estemos en lo que estemos; ya no conversamos desprevenidos con nuestros compatriotas, en cada uno de ellos creemos ver complicidad con el enemigo común: el político de profesión que está de turno.
El mismo autor nos transcribe una frase de Charles de Gaulle: “Nada realza tanto la autoridad como el silencio. Hablar es diluir el pensamiento, desperdiciar el ardor, en una palabra: es dispersarse, cuando lo que exige la acción es que nos concentremos. Entre el silencio y el orden hay algo así como una correspondencia necesaria”.

“Como todo lo que viene del jefe es contagioso, el jefe puede provocar la calma y la atención con sólo callarse. El carácter está por encima de la inteligencia, pero la inteligencia es indispensable. La inteligencia del jefe debe ser acogedora y servirse del cerebro de los otros, hay que saber escuchar mucho y hablar poco”.

Todo hombre soporta las censuras cuando su carácter y su espíritu están fuera de toda duda, no se sale de la ropa haciendo flotar exabruptos que lo equiparan a sus contrincantes.
Tal vez, para entender mejor nuestra penosa existencia, tengamos que escuchar con detenimiento la letra de algunas canciones de Hernando Marín, o de Rubén Blades; y escoger frases emitidas desde los tangos, por ahora se me ocurre una: “y en el mismo lodo todos revolcados”.

Creo que nos favorecería en gran medida un cambio de mentalidad, y para ello tendríamos que sustraernos a la alharaca que entorpece nuestra visión del mundo y las cosas que contiene, dejar de ver noticieros, estudiar los trinos de Álvaro Uribe Vélez, sin darle RT; pues ante tanta mugre, desgracia, sangre y dolor, presentados a todo color, con libretos diseñados por los dueños del poder que pagan la publicidad, el espíritu se encoge, la bondad se atrinchera en la indiferencia, muere el espíritu tribal; tal vez debamos leer – no ver lo que otros nos inyecten- sobre el devenir de la historia, así el dictamen será nuestro.

*La palabra que define el concepto de Metanoia es aprendizaje, ya que este supone un desplazamiento o tránsito mental desde una situación actual, a una situación superadora, al cambio constante del nivel de pensamiento, escapando de viejos paradigmas o modelos que estructuran nuestra forma de pensar y comprender el mundo.

[email protected]