Todos aquellos vallenatos que tenemos algún conocimiento de la historia del Viejo Valledupar, saben que hace muchos años el mercado público de la ciudad fue modelo de los establecimientos de su clase en la Costa, inclusive como lo fueron, -guardadas las proporciones- al momento actual, servicios de acueducto, energía, teléfonos que despertaron el interés de […]
Todos aquellos vallenatos que tenemos algún conocimiento de la historia del Viejo Valledupar, saben que hace muchos años el mercado público de la ciudad fue modelo de los establecimientos de su clase en la Costa, inclusive como lo fueron, -guardadas las proporciones- al momento actual, servicios de acueducto, energía, teléfonos que despertaron el interés de poblaciones cercanas para copiar todo lo bueno que aquí existía. Y aquí también podríamos destacar en ese entonces la organización y limpieza de la zona del Mercado, hoy pútrida y pestilente.
Naturalmente que existe un contraste descomunal entre el orden reinante en las épocas mencionadas y el caos vigente. Es tan alarmante el hecho que el ciudadano desprevenido, no encuentra justificación al retroceso ni a la persistencia de una situación que origina crítica en todos los sectores. Lo que antes llenaba de orgullo a los vallenatos ahora constituye vergüenza.
Se afirma que ha faltado voluntad para evitar el desorden actual. Apreciación mucho más inquietante si se aceptan las tesis de que el desbarajuste actual del mercado ha sido propiciado por los funcionarios a través del tiempo del mismo organismo encargado de velar por la mejor organización de la zona del Mercado. Se viene tolerando desde hace muchos años la indisciplina de los vendedores estacionarios y ambulantes, cuando el problema todavía era manejable, a cambio de reglamentar sus colmenas. Lo cual nunca se logró. Sostenemos que si el día que aparecieron los primeros negocios clandestinos, se les hubiera organizado adecuadamente, tal vez no se habría producido el desdibujamiento de la zona de mercado como desastrosamente siempre ha ocurrido, es el mismo caso del mototaxismo que a las autoridades se les salió de las manos.
El crecimiento de la ciudad y con este el aumento del número de personas dispuestos a sumarse al comercio marginal, contribuyeron a empeorar las crisis. Sin embargo, nunca se ha visto un esfuerzo, coherente y dinámico, a rescatar el orden más elemental en un sector considerado como uno de los pulmones de la ciudad. El mercado hoy es una afrenta pública, ha faltado autoridad para corregir, las condiciones infrahumana en que permanecen centenares de personas, obligadas a trabajar en el sector mencionado y como ya no es fácil organizar un poco el fétido desbarajuste cotidiano propongo: la construcción de un nuevo y moderno mercado en el sector del Antiguo IDEMA y el traslado del mercado a este sitio y construir un hermoso parque donde estuvo el Mercado, que serviría de pulmón al nuevo Estadio.
y como es mi costumbre, trataré otros temitas, estamos a la espera que ojala la Alcaldía oficialice el Pico y Placa para los moto taxistas, como media solución mágica del caótico drama del tránsito de la ciudad y así poder mejor los índices de movilidad de los vallenatos. Y finalmente debemos comenzar a rescatar el Centro de la ciudad. Se deben hacer nuevos diseños de la Calle del Cesar, para recuperar la Carrera 7ª que va desde 5 Esquinas, pasando por los Almacenes Éxito, hasta llegar a la Catedral, esto permitiría darle suficiente espacio al peatón.
Todos aquellos vallenatos que tenemos algún conocimiento de la historia del Viejo Valledupar, saben que hace muchos años el mercado público de la ciudad fue modelo de los establecimientos de su clase en la Costa, inclusive como lo fueron, -guardadas las proporciones- al momento actual, servicios de acueducto, energía, teléfonos que despertaron el interés de […]
Todos aquellos vallenatos que tenemos algún conocimiento de la historia del Viejo Valledupar, saben que hace muchos años el mercado público de la ciudad fue modelo de los establecimientos de su clase en la Costa, inclusive como lo fueron, -guardadas las proporciones- al momento actual, servicios de acueducto, energía, teléfonos que despertaron el interés de poblaciones cercanas para copiar todo lo bueno que aquí existía. Y aquí también podríamos destacar en ese entonces la organización y limpieza de la zona del Mercado, hoy pútrida y pestilente.
Naturalmente que existe un contraste descomunal entre el orden reinante en las épocas mencionadas y el caos vigente. Es tan alarmante el hecho que el ciudadano desprevenido, no encuentra justificación al retroceso ni a la persistencia de una situación que origina crítica en todos los sectores. Lo que antes llenaba de orgullo a los vallenatos ahora constituye vergüenza.
Se afirma que ha faltado voluntad para evitar el desorden actual. Apreciación mucho más inquietante si se aceptan las tesis de que el desbarajuste actual del mercado ha sido propiciado por los funcionarios a través del tiempo del mismo organismo encargado de velar por la mejor organización de la zona del Mercado. Se viene tolerando desde hace muchos años la indisciplina de los vendedores estacionarios y ambulantes, cuando el problema todavía era manejable, a cambio de reglamentar sus colmenas. Lo cual nunca se logró. Sostenemos que si el día que aparecieron los primeros negocios clandestinos, se les hubiera organizado adecuadamente, tal vez no se habría producido el desdibujamiento de la zona de mercado como desastrosamente siempre ha ocurrido, es el mismo caso del mototaxismo que a las autoridades se les salió de las manos.
El crecimiento de la ciudad y con este el aumento del número de personas dispuestos a sumarse al comercio marginal, contribuyeron a empeorar las crisis. Sin embargo, nunca se ha visto un esfuerzo, coherente y dinámico, a rescatar el orden más elemental en un sector considerado como uno de los pulmones de la ciudad. El mercado hoy es una afrenta pública, ha faltado autoridad para corregir, las condiciones infrahumana en que permanecen centenares de personas, obligadas a trabajar en el sector mencionado y como ya no es fácil organizar un poco el fétido desbarajuste cotidiano propongo: la construcción de un nuevo y moderno mercado en el sector del Antiguo IDEMA y el traslado del mercado a este sitio y construir un hermoso parque donde estuvo el Mercado, que serviría de pulmón al nuevo Estadio.
y como es mi costumbre, trataré otros temitas, estamos a la espera que ojala la Alcaldía oficialice el Pico y Placa para los moto taxistas, como media solución mágica del caótico drama del tránsito de la ciudad y así poder mejor los índices de movilidad de los vallenatos. Y finalmente debemos comenzar a rescatar el Centro de la ciudad. Se deben hacer nuevos diseños de la Calle del Cesar, para recuperar la Carrera 7ª que va desde 5 Esquinas, pasando por los Almacenes Éxito, hasta llegar a la Catedral, esto permitiría darle suficiente espacio al peatón.