El diario EL PILÓN felicita a la nueva Junta Directiva del Círculo de Periodistas de Valledupar, CPV, presidido por el comunicador social Arnol Murillo, que en la pasada asamblea fue elegido por los asociados.

Para este medio de comunicación, con una trayectoria de 25 años y con la representatividad que lo reviste gracias a la aceptación de sus lectores, es importante brindarle al nuevo CPV todo el respaldo posible en la difícil tarea de garantizar el bienestar, la formación y el libre desarrollo del oficio a todo el gremio, así como agradecerle profundamente a la presidencia saliente que hizo una gran tarea, en medio de inmensas dificultades.

Sabemos los retos que enfrentará el CPV en el periodo de dos años que inició el sábado anterior. Sea esta la oportunidad para manifestarle, a nuestro modo de ver, la enorme falta que nos hace la unión. Queremos que se consolide el CPV como ese faro profesional y moral que necesitamos a diario en esta monumental tarea de garantizar el derecho constitucional de estar informados a nuestros lectores, televidentes, oyentes, usuarios de la red, pero también que sea la instancia integradora de los periodistas.

Vale la pena manifestarle a la nueva presidencia nuestro deseo de que, muy sabiamente, con respeto y mucho tacto, se trabaje con la deontología profesional del periodismo en la mano. EL PILÓN se sentiría complacido de que a su sala de redacción llegara la comisión de ética del CPV a entablar un dialogo fraterno para corregir lo que sea necesario corregir, respetando la autonomía de nuestra línea editorial.

Queremos que se garantice a los profesionales, técnicos, y a aquellos certificados por su experiencia, el derecho a informar, y que también, así como se les pueda brindar todo el respaldo ante los actos que violenten el derecho del ejercicio, también se les exija a los periodistas el respeto por la profesión, bajo los cánones establecidos.

Nuestro oficio ha sido retado por nuevas formas de comunicación que nos obligan a ser mejores, más precisos, más humanos, creativos, resilientes. Un CPV cada vez más preparado para guiar a sus periodistas en el camino del cambio es lo que queremos ver, y en ese propósito queremos contribuir.

Además de la violencia que aún se asoma, un fenómeno ha tocado la puerta del periodismo: ciudadanos espontáneos, ejerciendo el derecho de la libertad de expresión consagrado en la Constitución, han querido comunicar no solo a través de redes sociales, democráticas y libres, sino en los medios de comunicación, por medio de géneros periodísticos y muchas veces dando la grata sorpresa de la ecuanimidad, la objetividad y otras normas que nos rigen.

Pero el resultado no siempre es el mejor y ahí es donde un CPV podría entrar a desempeñar una función crucial. De manera que los ciudadanos puedan continuar ejerciendo su derecho constitucional, el que defendemos a diario en nuestras páginas, pero comprenderán que un sinfín de estatutos de este oficio deben prevalecer por respeto al lector, televidente, oyente, usuario, y por supuesto por la suma delicadeza que representa el educar, informar, entretener.

Abrazamos al CPV para que se convierta en nuestro máximo representante ante el país, el promotor de la excelencia académica, manto protector de los colegas que lo necesiten, el respaldo del derecho a informar sin ser amenazado, atacado, vulnerado, y la autoridad moral que tenga el derecho de orientar hacia una labor precisa y veraz.