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Columnista - 10 febrero, 2023

Menos delitos, claro, menos criminalidad

Nuestro estatuto penal está repleto de conductas que no merecen ser reconocidas como delitos y esta es una de las grandes causas de los problemas que afronta nuestro sistema judicial y nuestro sistema penitenciario.

Nuestro estatuto penal está repleto de conductas que no merecen ser reconocidas como delitos y esta es una de las grandes causas de los problemas que afronta nuestro sistema judicial y nuestro sistema penitenciario, tantas medidas se han experimentado y no ha sido posible llegar a una alternativa para que el aparato judicial en materia penal avance con mayor rapidez sin que el ciudadano vea aplazada sus audiencias una y otra vez.

Constantemente nos quejamos de un fenómeno denominado “vencimiento de términos” situación que se presenta cuando el sistema judicial falla en actuar de manera oportuna y ello implica respetar garantías al procesado y esto no se resuelve nombrando más fiscales ni más jueces generando mayor gasto público, ante esto no se puede postergar la depuración del código penal; los fiscales terminan enloquecidos con tantas audiencias muchas fijadas desde los centros de servicios de los juzgados penales de manera simultánea lo que obliga a funcionarios de la fiscalía escoger a cual asistirán, acá encontramos una de las causas de esos “vencimientos de términos” del que tanto nos quejamos.

Por otro lado, es una medida que contribuye a la descongestión judicial, lógico, si se eliminan algunos delitos ya los despachos judiciales reducirían el número de procesos que deben atender y ello permitirá avanzar en aquellos que aún son de la competencia de la jurisdicción penal y ofrecer pronta respuesta a la sociedad que ruega a gritos justicia oportuna.

En cuanto a la congestión penitenciaria, esta es promovida por la cantidad de medidas de aseguramiento que lleva al absurdo de saturar inspecciones de policía, celdas de CTI y otros sitios que cumplen una función transitoria entre la captura y la decisión del juez que define lugar de reclusión que de ninguna manera lo son estos que acabo de mencionar, por ello es inadmisible que una persona permanezca semanas o meses en una celda en la inspección de la cuarta por ejemplo. Pero con expulsar del código penal las cárceles también lograrían descongestionarse para no tener que mantener allí a personas por conductas que ya no sean consideradas hechos punibles.

El presidente tiene toda la razón al anunciar esta medida que ha sido motivo de malvados y superficiales comentarios por parte de la oposición que no ha encontrado la manera de ejercer un contrapeso serio ni mucho menos respetable al actual gobierno. Este es un debate que exige una gran reflexión que desde hace mucho tiempo se está planteando desde la academia en las facultades de derecho, pero la academia es contrario a Polo Polo, Cabal, Paloma, Miguel Uribe; a estos no se les puede pedir mucho.

Jamás el presidente Petro ha pedido eliminar delitos graves como el secuestro, homicidio ó dejar de castigar el hurto, pero en el código penal si existen conductas que deben desaparecer como defraudación de fluidos, inasistencia alimentaria, incesto; aquellos cuya pena consiste en multa como el impedimento y perturbación de ceremonia religiosa o la violación a la libertad del trabajo se deben trasladar a otras autoridades, lo mismo que el irrespeto a cadáveres, incluso la injuria y calumnia deberían tener un tratamiento distinto al penal, la emisión y transferencia ilegal de cheque debe ser parte de este grupo; también aquellos llamados delitos contra la vida, la integridad física y emocional de los animales, acá se deben contemplar otras formas de protección para los animales y otras maneras de sancionar a quienes los agreden; pero no podemos darle a todo una solución a la luz del derecho penal porque nos genera otros graves problemas.

Por Carlos Andrés Añez Maestre

Columnista
10 febrero, 2023

Menos delitos, claro, menos criminalidad

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Carlos Andrés Añez Maestre

Nuestro estatuto penal está repleto de conductas que no merecen ser reconocidas como delitos y esta es una de las grandes causas de los problemas que afronta nuestro sistema judicial y nuestro sistema penitenciario.


Nuestro estatuto penal está repleto de conductas que no merecen ser reconocidas como delitos y esta es una de las grandes causas de los problemas que afronta nuestro sistema judicial y nuestro sistema penitenciario, tantas medidas se han experimentado y no ha sido posible llegar a una alternativa para que el aparato judicial en materia penal avance con mayor rapidez sin que el ciudadano vea aplazada sus audiencias una y otra vez.

Constantemente nos quejamos de un fenómeno denominado “vencimiento de términos” situación que se presenta cuando el sistema judicial falla en actuar de manera oportuna y ello implica respetar garantías al procesado y esto no se resuelve nombrando más fiscales ni más jueces generando mayor gasto público, ante esto no se puede postergar la depuración del código penal; los fiscales terminan enloquecidos con tantas audiencias muchas fijadas desde los centros de servicios de los juzgados penales de manera simultánea lo que obliga a funcionarios de la fiscalía escoger a cual asistirán, acá encontramos una de las causas de esos “vencimientos de términos” del que tanto nos quejamos.

Por otro lado, es una medida que contribuye a la descongestión judicial, lógico, si se eliminan algunos delitos ya los despachos judiciales reducirían el número de procesos que deben atender y ello permitirá avanzar en aquellos que aún son de la competencia de la jurisdicción penal y ofrecer pronta respuesta a la sociedad que ruega a gritos justicia oportuna.

En cuanto a la congestión penitenciaria, esta es promovida por la cantidad de medidas de aseguramiento que lleva al absurdo de saturar inspecciones de policía, celdas de CTI y otros sitios que cumplen una función transitoria entre la captura y la decisión del juez que define lugar de reclusión que de ninguna manera lo son estos que acabo de mencionar, por ello es inadmisible que una persona permanezca semanas o meses en una celda en la inspección de la cuarta por ejemplo. Pero con expulsar del código penal las cárceles también lograrían descongestionarse para no tener que mantener allí a personas por conductas que ya no sean consideradas hechos punibles.

El presidente tiene toda la razón al anunciar esta medida que ha sido motivo de malvados y superficiales comentarios por parte de la oposición que no ha encontrado la manera de ejercer un contrapeso serio ni mucho menos respetable al actual gobierno. Este es un debate que exige una gran reflexión que desde hace mucho tiempo se está planteando desde la academia en las facultades de derecho, pero la academia es contrario a Polo Polo, Cabal, Paloma, Miguel Uribe; a estos no se les puede pedir mucho.

Jamás el presidente Petro ha pedido eliminar delitos graves como el secuestro, homicidio ó dejar de castigar el hurto, pero en el código penal si existen conductas que deben desaparecer como defraudación de fluidos, inasistencia alimentaria, incesto; aquellos cuya pena consiste en multa como el impedimento y perturbación de ceremonia religiosa o la violación a la libertad del trabajo se deben trasladar a otras autoridades, lo mismo que el irrespeto a cadáveres, incluso la injuria y calumnia deberían tener un tratamiento distinto al penal, la emisión y transferencia ilegal de cheque debe ser parte de este grupo; también aquellos llamados delitos contra la vida, la integridad física y emocional de los animales, acá se deben contemplar otras formas de protección para los animales y otras maneras de sancionar a quienes los agreden; pero no podemos darle a todo una solución a la luz del derecho penal porque nos genera otros graves problemas.

Por Carlos Andrés Añez Maestre