Visión Universal Por: Luis Mendoza Sierra Terminó la campaña presidencial y no dudo de la angustia de los mockusianos por la suerte de su candidato. Un par de semanas más y nada que hacer: Mockus sería absolutamente vulnerable y estaría derrotado. Sin discurso, débil en propuestas y/o deficiente en su estrategia de difusión, queda en […]
Visión Universal
Por: Luis Mendoza Sierra
Terminó la campaña presidencial y no dudo de la angustia de los mockusianos por la suerte de su candidato. Un par de semanas más y nada que hacer: Mockus sería absolutamente vulnerable y estaría derrotado. Sin discurso, débil en propuestas y/o deficiente en su estrategia de difusión, queda en evidencia que el candidato verde mientras más habla más la embarra.
Surgió, se comentaba entonces, como una esperanza, diría, como alternativa. Se suponía diferente, fresco, en fin, una opción distinta al resto de quienes estaban en el partidor, hasta que la gente, de manera paulatina, como dicen vulgarmente, le midió el aceite. Su discurso insípido, sin norte; planteado a través de jeringonza, confunde, no inspira, más bien, desconcertó.
Pero si hubiera tenido coherencia en el discurso, la habría perdido al exponerlo. Mockus, con su Berol hipnotizó a muchos, pero su muletilla silenciosa, como luenga pausa entre palabra y palabra, casi que entre letra y letra, acompañada de su voz nasal, deja al descubierto a un tartamudo congénito. Cuando habla, sus manos giran como aspas de molino sin viento. Quienes lo escuchamos quedamos con el guajiro nativo en el desierto, impávido, al lado de la aljibe, esperando que una brisa inesperada haga girar al viejo molino para que la gota de agua bendita caiga: beber y recoger para cocer, un pedazo de chivo oreado, ojala sin carbunco.
Hay momentos en que las manos de Mockus giran muy rápido y en otros, lentamente. A veces lo hacen en reversa como devolviéndose al comienzo de lo que está diciendo o arrepintiéndose de haberlo dicho. Ciertamente, deja la sensación de ser un ser humano bueno, sano, bien intencionado. Dicen que inteligente, pero eso no es suficiente. Lo asimilo a un filósofo racionalista, creyendo que la vida es sólo razón, pero lejos del pragmatismo que hoy demanda el país. Definitivamente, distante del hombre que Colombia exige en esta coyuntura.
Les confieso: siento vergüenza expresarlo y, mucho más, escribirlo en nuestro medio. Me cuesta concebir en la Presidencia de la República, a un hombre que peló el culo en un auditorio, porque claro, lo hacemos, pero en la intimidad del sanitario. Los hombres inteligentes, como dicen de él, y las mujeres para hacer equidad de género, tienen capacidad para afrontar con suficiencia, eficiencia, eficacia, sensatez y adecuada determinación, una situación embarazosa. Los inteligentes son seres humanos aptos intelectualmente para responder con una solución a un problema.
En la ocasión de marras, salón de De Greiff, a cambio de una actitud racional y digna de un intelectual, el inefable Antanas consideró adecuado, como decimos los caribes, pelar su culo níveo y profundo. Creo retenerlo, pues preferiría no volver a ver esas imágenes. Para bochorno mayor, con las manos tomó los bordes de sus nalgas e intentó abrir las puertas de sus entrañas para mostrarlas, vía rectal.
Como no lo creo capaz de mostrárselo a Correa, ni muchos menos a Chávez, para que no le pase peor que al tres veces rey vallenato Alfredo Gutiérrez, cuando los venezolanos le dieron una paliza dejándole el trasero como berenjena, tampoco lo considero apto para asumir la conducción de este barco en aguas tan turbulentas.
Los problemas internos como los externos de Colombia, exigen poner la cara antes que el culo. Lo ha hecho Álvaro Uribe, sobre quien tuve muchas reservas en su gobierno, especialmente, por su prepotencia y altanería. Pero hoy, aún en medio de la crítica mordaz que lo fustiga, como al mismo Juan Manuel, por tantos pasajes agrestes del gobierno, no tengo la mínima duda de considerarlo el reformador y recuperador de este país y de esta región.
Mi profundo respeto por quienes se decidan por otras opciones, pero ninguna más adecuada y pertinente con el país y con esta región que la que encarna Juan Manuel Santos. Entre tantas razones porque como exministro de Comercio sabe cómo desarrollar un territorio competitivo. En su calidad de exministro de Defensa y de Hacienda, tiene la experticia para prevenir y reprimir el delito que nos flagela y alcanzar estabilidad económica, pero don Juanma también propende por educación de calidad y pertinente, como por una estrategia orientada a la generación de valor agregado en el sector productivo, para competir ventajosamente en la globalización. Todo para no decir que está inspirado en las cosas buenas de Uribe.
Para nosotros no hay dudas. Parodiando al inmortal Escalona, Juan Manuel es el pollo, Juan Manuel es el gallo.
SABLAZO
Verdadera falta de tacto revela el escenario conflictivo que rodea las relaciones del gobierno seccional y la Asamblea del Cesar. Aseguro, sin conocer el fondo, que ambas partes tiene razón y mucho de prepotencia, pasando de la disuasión, a la guerra. Todavía tienen tiempo de reflexionar. En la solución de conflictos hay avances sólo si los adversarios se despojan de una parte de sus intereses. Lamentablemente, en esta escasez de liderazgo gremial, político y a veces creo que empresarial, quedamos a merced de la sensatez de los contendientes y de la Divina Providencia.
Visión Universal Por: Luis Mendoza Sierra Terminó la campaña presidencial y no dudo de la angustia de los mockusianos por la suerte de su candidato. Un par de semanas más y nada que hacer: Mockus sería absolutamente vulnerable y estaría derrotado. Sin discurso, débil en propuestas y/o deficiente en su estrategia de difusión, queda en […]
Visión Universal
Por: Luis Mendoza Sierra
Terminó la campaña presidencial y no dudo de la angustia de los mockusianos por la suerte de su candidato. Un par de semanas más y nada que hacer: Mockus sería absolutamente vulnerable y estaría derrotado. Sin discurso, débil en propuestas y/o deficiente en su estrategia de difusión, queda en evidencia que el candidato verde mientras más habla más la embarra.
Surgió, se comentaba entonces, como una esperanza, diría, como alternativa. Se suponía diferente, fresco, en fin, una opción distinta al resto de quienes estaban en el partidor, hasta que la gente, de manera paulatina, como dicen vulgarmente, le midió el aceite. Su discurso insípido, sin norte; planteado a través de jeringonza, confunde, no inspira, más bien, desconcertó.
Pero si hubiera tenido coherencia en el discurso, la habría perdido al exponerlo. Mockus, con su Berol hipnotizó a muchos, pero su muletilla silenciosa, como luenga pausa entre palabra y palabra, casi que entre letra y letra, acompañada de su voz nasal, deja al descubierto a un tartamudo congénito. Cuando habla, sus manos giran como aspas de molino sin viento. Quienes lo escuchamos quedamos con el guajiro nativo en el desierto, impávido, al lado de la aljibe, esperando que una brisa inesperada haga girar al viejo molino para que la gota de agua bendita caiga: beber y recoger para cocer, un pedazo de chivo oreado, ojala sin carbunco.
Hay momentos en que las manos de Mockus giran muy rápido y en otros, lentamente. A veces lo hacen en reversa como devolviéndose al comienzo de lo que está diciendo o arrepintiéndose de haberlo dicho. Ciertamente, deja la sensación de ser un ser humano bueno, sano, bien intencionado. Dicen que inteligente, pero eso no es suficiente. Lo asimilo a un filósofo racionalista, creyendo que la vida es sólo razón, pero lejos del pragmatismo que hoy demanda el país. Definitivamente, distante del hombre que Colombia exige en esta coyuntura.
Les confieso: siento vergüenza expresarlo y, mucho más, escribirlo en nuestro medio. Me cuesta concebir en la Presidencia de la República, a un hombre que peló el culo en un auditorio, porque claro, lo hacemos, pero en la intimidad del sanitario. Los hombres inteligentes, como dicen de él, y las mujeres para hacer equidad de género, tienen capacidad para afrontar con suficiencia, eficiencia, eficacia, sensatez y adecuada determinación, una situación embarazosa. Los inteligentes son seres humanos aptos intelectualmente para responder con una solución a un problema.
En la ocasión de marras, salón de De Greiff, a cambio de una actitud racional y digna de un intelectual, el inefable Antanas consideró adecuado, como decimos los caribes, pelar su culo níveo y profundo. Creo retenerlo, pues preferiría no volver a ver esas imágenes. Para bochorno mayor, con las manos tomó los bordes de sus nalgas e intentó abrir las puertas de sus entrañas para mostrarlas, vía rectal.
Como no lo creo capaz de mostrárselo a Correa, ni muchos menos a Chávez, para que no le pase peor que al tres veces rey vallenato Alfredo Gutiérrez, cuando los venezolanos le dieron una paliza dejándole el trasero como berenjena, tampoco lo considero apto para asumir la conducción de este barco en aguas tan turbulentas.
Los problemas internos como los externos de Colombia, exigen poner la cara antes que el culo. Lo ha hecho Álvaro Uribe, sobre quien tuve muchas reservas en su gobierno, especialmente, por su prepotencia y altanería. Pero hoy, aún en medio de la crítica mordaz que lo fustiga, como al mismo Juan Manuel, por tantos pasajes agrestes del gobierno, no tengo la mínima duda de considerarlo el reformador y recuperador de este país y de esta región.
Mi profundo respeto por quienes se decidan por otras opciones, pero ninguna más adecuada y pertinente con el país y con esta región que la que encarna Juan Manuel Santos. Entre tantas razones porque como exministro de Comercio sabe cómo desarrollar un territorio competitivo. En su calidad de exministro de Defensa y de Hacienda, tiene la experticia para prevenir y reprimir el delito que nos flagela y alcanzar estabilidad económica, pero don Juanma también propende por educación de calidad y pertinente, como por una estrategia orientada a la generación de valor agregado en el sector productivo, para competir ventajosamente en la globalización. Todo para no decir que está inspirado en las cosas buenas de Uribe.
Para nosotros no hay dudas. Parodiando al inmortal Escalona, Juan Manuel es el pollo, Juan Manuel es el gallo.
SABLAZO
Verdadera falta de tacto revela el escenario conflictivo que rodea las relaciones del gobierno seccional y la Asamblea del Cesar. Aseguro, sin conocer el fondo, que ambas partes tiene razón y mucho de prepotencia, pasando de la disuasión, a la guerra. Todavía tienen tiempo de reflexionar. En la solución de conflictos hay avances sólo si los adversarios se despojan de una parte de sus intereses. Lamentablemente, en esta escasez de liderazgo gremial, político y a veces creo que empresarial, quedamos a merced de la sensatez de los contendientes y de la Divina Providencia.