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Judicial - 7 octubre, 2013

“Me amenazaron para que entregara la plata” Santiago Villero

Personas adultas a quienes el monaguillo no conoce, lo indujeron a que se apropiara de los dos millones de pesos que su tío Fabel Villero tenía en el closet.

Santiago José, rodeado de su abuela, mamá, tíos y demás familiares, estuvo contento al regresar a su casa. EL PILÓN/Abdel Martínez
Santiago José, rodeado de su abuela, mamá, tíos y demás familiares, estuvo contento al regresar a su casa. EL PILÓN/Abdel Martínez
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Bajo amenazas de muerte, el monaguillo de la Iglesia 'Cristo rey' del barrio Doce de Octubre de Valledupar, debió haber sustraído los 2 millones de pesos y fue  obligado a que los llevara hasta la Terminal de Transportes de la ciudad, donde al parecer lo embarcaron y lo dejaron abandonado en Cartagena.

Así lo expresó el menor que, con la autorización de su familia, aceptó dialogar con EL PILÓN en su residencia del barrio Doce de Octubre, de donde el pasado domingo 29 de septiembre salió con el pretexto de asistir a una convivencia que supuestamente había promovido la Iglesia.

“Ellos me llamaban al celular de mi tío, porque él a veces me lo dejaba. A veces me llamaban y se sonreían diciéndome que mi tío Fabel, tenía guardado un billete en el closet, el cual tenía que cogerlo y entregárselos a ellos, porque de lo contrario lo mataban y que no debía decírselo a nadie. Yo estaba muy asustado y no le dije a nadie lo que estaba sucediendo. Yo me siento bien y estoy muy contento de regresar a mi casa. Estoy muy agradecido con la Policía de Infancia y Adolescencia por haberme rescatado”, explicó brevemente el niño, orientado por los psicólogos que lo atienden.

Santiago fue encontrado por la Policía de Cartagena, en  la noche del pasado lunes en una estación de gasolina a la entrada de esa ciudad. De allí fue llevado a un hogar de paso, de donde salió a caminar las calles y fue convencido por unos pandilleros para que se fuera con ellos. 

¿Cómo fue el operativo?

La meta de la comisión especializada de la Policía de Infancia y Adolescencia, era solo rescatar a Santiago, porque ya tenían ubicado el sector donde los pandilleros lo habían llevado. Era un lugar de la periferia de Cartagena, donde impera la ley del silencio y nadie puede entrar sin el permiso de los jefes de la banda y si les permiten el ingreso, deben pagar una especie de peaje, y tampoco permiten el ingreso de la Policía. 

Sin embargo, esta situación no fue obstáculo para los agentes de la Policía Cesar que, vestidos de civil derrotaran esas barreras y llegaran a la olla de estupefacientes donde estaba Santiago, a quien los pandilleros recogieron en las calles de la Heroica,  le daban 3 mil pesos para que almorzara, y le regalaron ropa con la que se encontraba el día del rescate: una franela amarilla rota, una pantaloneta azul y un par de chanclas que no eran las de su medida.

“Santiago, aquí está el Gaula de la Policía del Cesar para rescatarte y te vamos a llevar para Valledupar, porque esta es una misión que nos encomendaron y hemos cumplido con ella” le manifestó uno de los investigadores una vez ocuparon el cambuche donde estaba refugiado el monaguillo. 

De regreso a Valledupar  

En un vehículo de la Policía Nacional, en el cual viajó la comisión especializada desde Valledupar, regresaron a esta capital a las 9:30 de la noche del pasado sábado, pero llegaron al comando policial, donde fue recibido por el comandante, coronel, Juan Pablo Guerrero, de quien los familiares de Santiago dijeron que su apellido hace alusión a su profesión: 'Guerrero'.
 
Esa noche, comió pollo asado en el casino de oficiales, al que se sumó el padre de la parroquia 'Cristo Rey', quien no dudó en llegar hasta allá, una vez fue informado del regreso del monaguillo, al igual que sus familiares, quienes destacaron la loable labor de la Policía al lograr ubicar y rescatar al menor. Pasada la media noche, los familiares de Santiago, debieron regresar a sus casas sin la presencia de él, porque se quedó durmiendo en una suite del casino de oficiales de la Policía y en la mañana de ayer domingo, hubo un gran encuentro y recibimiento en la Iglesia 'Cristo Rey', donde oficiaron una eucaristía en acción de gracias por el retorno sano y salvo de Santiago José a su tierra. El  sacerdote exaltó las virtudes y cualidades del monaguillo y elevó plegarias por su bienestar y estabilidad al lado de sus familiares.

“En ese sector, el que habla, lo matan”    

Fabel Villero, tío y dueño de los dos millones de pesos no cabía de la felicidad que lo embargaba, porque él también viajó con el personal de la Policía hasta Cartagena. Yo estoy muy feliz, primero agradecido con Dios y segundo, con la Policía de Infancia y Adolescencia, por haber llegado a un lugar donde prácticamente nadie podía llegar. Ellos son unos verdaderos héroes, porque en ese sector el que habla lo matan y si es Policía, más ligero y mire que lo lograron. 

“Estoy agradecida de Dios y la Policía” Mamá

Karina Quintero, progenitora de Santiago, tampoco cabía de su felicidad y dijo que fueron días y noches de mucha preocupación. Yo no sé qué le pudo haber pasado a mi hijo, porque él es un niño hogareño, que muy poco sale de su casa y cuando lo hace, es a jugar con los amigos de la cuadra. Estoy feliz y contenta, porque mi hijo está de nuevo en casa”, aseguró la mamá.

Por Abdel Martínez Pérez /EL PILÓN

[email protected]

Judicial
7 octubre, 2013

“Me amenazaron para que entregara la plata” Santiago Villero

Personas adultas a quienes el monaguillo no conoce, lo indujeron a que se apropiara de los dos millones de pesos que su tío Fabel Villero tenía en el closet.


Santiago José, rodeado de su abuela, mamá, tíos y demás familiares, estuvo contento al regresar a su casa. EL PILÓN/Abdel Martínez
Santiago José, rodeado de su abuela, mamá, tíos y demás familiares, estuvo contento al regresar a su casa. EL PILÓN/Abdel Martínez
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Bajo amenazas de muerte, el monaguillo de la Iglesia 'Cristo rey' del barrio Doce de Octubre de Valledupar, debió haber sustraído los 2 millones de pesos y fue  obligado a que los llevara hasta la Terminal de Transportes de la ciudad, donde al parecer lo embarcaron y lo dejaron abandonado en Cartagena.

Así lo expresó el menor que, con la autorización de su familia, aceptó dialogar con EL PILÓN en su residencia del barrio Doce de Octubre, de donde el pasado domingo 29 de septiembre salió con el pretexto de asistir a una convivencia que supuestamente había promovido la Iglesia.

“Ellos me llamaban al celular de mi tío, porque él a veces me lo dejaba. A veces me llamaban y se sonreían diciéndome que mi tío Fabel, tenía guardado un billete en el closet, el cual tenía que cogerlo y entregárselos a ellos, porque de lo contrario lo mataban y que no debía decírselo a nadie. Yo estaba muy asustado y no le dije a nadie lo que estaba sucediendo. Yo me siento bien y estoy muy contento de regresar a mi casa. Estoy muy agradecido con la Policía de Infancia y Adolescencia por haberme rescatado”, explicó brevemente el niño, orientado por los psicólogos que lo atienden.

Santiago fue encontrado por la Policía de Cartagena, en  la noche del pasado lunes en una estación de gasolina a la entrada de esa ciudad. De allí fue llevado a un hogar de paso, de donde salió a caminar las calles y fue convencido por unos pandilleros para que se fuera con ellos. 

¿Cómo fue el operativo?

La meta de la comisión especializada de la Policía de Infancia y Adolescencia, era solo rescatar a Santiago, porque ya tenían ubicado el sector donde los pandilleros lo habían llevado. Era un lugar de la periferia de Cartagena, donde impera la ley del silencio y nadie puede entrar sin el permiso de los jefes de la banda y si les permiten el ingreso, deben pagar una especie de peaje, y tampoco permiten el ingreso de la Policía. 

Sin embargo, esta situación no fue obstáculo para los agentes de la Policía Cesar que, vestidos de civil derrotaran esas barreras y llegaran a la olla de estupefacientes donde estaba Santiago, a quien los pandilleros recogieron en las calles de la Heroica,  le daban 3 mil pesos para que almorzara, y le regalaron ropa con la que se encontraba el día del rescate: una franela amarilla rota, una pantaloneta azul y un par de chanclas que no eran las de su medida.

“Santiago, aquí está el Gaula de la Policía del Cesar para rescatarte y te vamos a llevar para Valledupar, porque esta es una misión que nos encomendaron y hemos cumplido con ella” le manifestó uno de los investigadores una vez ocuparon el cambuche donde estaba refugiado el monaguillo. 

De regreso a Valledupar  

En un vehículo de la Policía Nacional, en el cual viajó la comisión especializada desde Valledupar, regresaron a esta capital a las 9:30 de la noche del pasado sábado, pero llegaron al comando policial, donde fue recibido por el comandante, coronel, Juan Pablo Guerrero, de quien los familiares de Santiago dijeron que su apellido hace alusión a su profesión: 'Guerrero'.
 
Esa noche, comió pollo asado en el casino de oficiales, al que se sumó el padre de la parroquia 'Cristo Rey', quien no dudó en llegar hasta allá, una vez fue informado del regreso del monaguillo, al igual que sus familiares, quienes destacaron la loable labor de la Policía al lograr ubicar y rescatar al menor. Pasada la media noche, los familiares de Santiago, debieron regresar a sus casas sin la presencia de él, porque se quedó durmiendo en una suite del casino de oficiales de la Policía y en la mañana de ayer domingo, hubo un gran encuentro y recibimiento en la Iglesia 'Cristo Rey', donde oficiaron una eucaristía en acción de gracias por el retorno sano y salvo de Santiago José a su tierra. El  sacerdote exaltó las virtudes y cualidades del monaguillo y elevó plegarias por su bienestar y estabilidad al lado de sus familiares.

“En ese sector, el que habla, lo matan”    

Fabel Villero, tío y dueño de los dos millones de pesos no cabía de la felicidad que lo embargaba, porque él también viajó con el personal de la Policía hasta Cartagena. Yo estoy muy feliz, primero agradecido con Dios y segundo, con la Policía de Infancia y Adolescencia, por haber llegado a un lugar donde prácticamente nadie podía llegar. Ellos son unos verdaderos héroes, porque en ese sector el que habla lo matan y si es Policía, más ligero y mire que lo lograron. 

“Estoy agradecida de Dios y la Policía” Mamá

Karina Quintero, progenitora de Santiago, tampoco cabía de su felicidad y dijo que fueron días y noches de mucha preocupación. Yo no sé qué le pudo haber pasado a mi hijo, porque él es un niño hogareño, que muy poco sale de su casa y cuando lo hace, es a jugar con los amigos de la cuadra. Estoy feliz y contenta, porque mi hijo está de nuevo en casa”, aseguró la mamá.

Por Abdel Martínez Pérez /EL PILÓN

[email protected]