Los jóvenes somos presente y futuro de nuestro país. Lastimosamente, en la actualidad existen ciertos factores que están impidiendo una buena dinámica socioeconómica en la juventud.
Los jóvenes somos presente y futuro de nuestro país. Lastimosamente, en la actualidad existen ciertos factores que están impidiendo una buena dinámica socioeconómica en la juventud. Desempleo, embarazo a temprana edad, renuencia a la formación técnica, tecnóloga y profesional, deserción y repitencia escolar, drogadicción, ilegalidad y, en ocasiones, la ineficiencia de las instituciones públicas, son algunos de los componentes que no permiten obtener balances saludables en mediciones hechas a esta población; en Valledupar poseemos cifras inquietantes al respecto (PNUD), por ejemplo, en 2017 en la ciudad habían 30.000 (el 23%) jóvenes (hombres y mujeres) que no estaban ni estudiando, ni trabajando, ni capacitándose.
No podemos permitir que la desocupación juvenil siga incrementándose, resulta preocupante que las tasas de desempleo arrojadas por esta población sean más elevadas que las que presenta Valledupar a nivel general, de por sí muy deficientes.
El fin de semana tuve la oportunidad de visitar con amigos el corregimiento de Badillo ubicado al norte de Valledupar, allí conversamos con jóvenes sobre oportunidades de formación laboral y empleabilidad, especialmente me llamó la atención un comentario que me hizo uno de ellos con voz de frustración. “Nuestra vida aquí en el pueblo se resume en tres cosas: andar por las calles, consumir alcohol y tener relaciones sexuales”, él egresó hace dos años del SENA y aún no ha conseguido su primer empleo, como el caso suyo son varios en su corregimiento.
En Valledupar debemos hacer todo lo posible para ir materializando las metas trazadas en la Política Pública de Juventud 2030 (PPJ 2030) aprobada por el Concejo Municipal mediante Acuerdo No. 008 del 15 de septiembre de 2017. Sin duda, un buen primer paso, pero el verdadero reto está en lo que sigue, concretarla, ya que a pesar de estar proyectada a largo plazo, debe ir arrojando saldos positivos.
Apeguémonos a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) adoptados por el Programa de las Naciones Unidad (PNUD), específicamente al fin de la pobreza; salud y bienestar; educación de calidad; igualdad de género; reducción de las desigualdades; trabajo decente y crecimiento económico, allí hay mucho por hacer.
Fortalezcamos el trabajo en equipo entre el Gobierno Nacional, entes territoriales, cajas de compensación, universidades y el sector privado en pro de darle un nuevo rumbo a la población juvenil en materia de oportunidades de formación para el trabajo y la creación de más empleo a través de alianzas estratégicas y organizadas.
Estamos en medio de una relación de corresponsabilidad entre la institucionalidad, el sector privado y la juventud, de los cuales requerimos todo el compromiso posible.
Se valoran los esfuerzos que se han hecho hasta el momento pero no han sido suficientes. Los procesos de generación de oportunidades no tienen una cobertura territorial integral. Hoy necesitamos más oportunidades para los jóvenes vallenatos.
Los jóvenes somos presente y futuro de nuestro país. Lastimosamente, en la actualidad existen ciertos factores que están impidiendo una buena dinámica socioeconómica en la juventud.
Los jóvenes somos presente y futuro de nuestro país. Lastimosamente, en la actualidad existen ciertos factores que están impidiendo una buena dinámica socioeconómica en la juventud. Desempleo, embarazo a temprana edad, renuencia a la formación técnica, tecnóloga y profesional, deserción y repitencia escolar, drogadicción, ilegalidad y, en ocasiones, la ineficiencia de las instituciones públicas, son algunos de los componentes que no permiten obtener balances saludables en mediciones hechas a esta población; en Valledupar poseemos cifras inquietantes al respecto (PNUD), por ejemplo, en 2017 en la ciudad habían 30.000 (el 23%) jóvenes (hombres y mujeres) que no estaban ni estudiando, ni trabajando, ni capacitándose.
No podemos permitir que la desocupación juvenil siga incrementándose, resulta preocupante que las tasas de desempleo arrojadas por esta población sean más elevadas que las que presenta Valledupar a nivel general, de por sí muy deficientes.
El fin de semana tuve la oportunidad de visitar con amigos el corregimiento de Badillo ubicado al norte de Valledupar, allí conversamos con jóvenes sobre oportunidades de formación laboral y empleabilidad, especialmente me llamó la atención un comentario que me hizo uno de ellos con voz de frustración. “Nuestra vida aquí en el pueblo se resume en tres cosas: andar por las calles, consumir alcohol y tener relaciones sexuales”, él egresó hace dos años del SENA y aún no ha conseguido su primer empleo, como el caso suyo son varios en su corregimiento.
En Valledupar debemos hacer todo lo posible para ir materializando las metas trazadas en la Política Pública de Juventud 2030 (PPJ 2030) aprobada por el Concejo Municipal mediante Acuerdo No. 008 del 15 de septiembre de 2017. Sin duda, un buen primer paso, pero el verdadero reto está en lo que sigue, concretarla, ya que a pesar de estar proyectada a largo plazo, debe ir arrojando saldos positivos.
Apeguémonos a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) adoptados por el Programa de las Naciones Unidad (PNUD), específicamente al fin de la pobreza; salud y bienestar; educación de calidad; igualdad de género; reducción de las desigualdades; trabajo decente y crecimiento económico, allí hay mucho por hacer.
Fortalezcamos el trabajo en equipo entre el Gobierno Nacional, entes territoriales, cajas de compensación, universidades y el sector privado en pro de darle un nuevo rumbo a la población juvenil en materia de oportunidades de formación para el trabajo y la creación de más empleo a través de alianzas estratégicas y organizadas.
Estamos en medio de una relación de corresponsabilidad entre la institucionalidad, el sector privado y la juventud, de los cuales requerimos todo el compromiso posible.
Se valoran los esfuerzos que se han hecho hasta el momento pero no han sido suficientes. Los procesos de generación de oportunidades no tienen una cobertura territorial integral. Hoy necesitamos más oportunidades para los jóvenes vallenatos.