Algunas de las deficiencias que se señalan de manera constante al sistema educativo colombiano, son, entre otras, la falta de lectura comprensiva, pensamiento crítico y reflexivo, y el desconocimiento de la historia del mundo y del país, entre nuestros estudiantes. En varios estudios internacionales, en los cuales Colombia ha participado voluntariamente para que su sistema […]
Algunas de las deficiencias que se señalan de manera constante al sistema educativo colombiano, son, entre otras, la falta de lectura comprensiva, pensamiento crítico y reflexivo, y el desconocimiento de la historia del mundo y del país, entre nuestros estudiantes. En varios estudios internacionales, en los cuales Colombia ha participado voluntariamente para que su sistema sea evaluado, se han señalado, además, las deficiencias en matemáticas, ciencias y – de nuevo- en lenguaje.
El país tiene una tarea pendiente para hacer unas reformas a su sistema educativo y mejorar su calidad, intrínsecamente, pero también por su competitividad frente a otros sistemas de países de América Latina, pero, y esto es lo más importante, frente a Europa, Estados Unidos y varios países asiáticos, como Japón y Corea, entre otros.
Desde la educación primaria, pero principalmente en el bachillerato, se necesita estimular la lectura, principalmente la lectura comprensiva y crítica, como también el aprendizaje y reflexión sobre los problemas sociales y políticos del país. Esto implica volver a la cátedra de historia y geografía de manera específica y no difusa en el área de Sociales. Desde la misma Constitución de 1991 se estableció la obligación de la enseñanza de nuevo de la cívica y la cultura democrática, entre nuestra juventud; con el fin de fomentar la tolerancia y cultivar la cultura de la participación en política.
Y ese es uno de los logros democráticos de la Constitución de 1991 la libertad de cátedra, investigación, pensamiento y expresión, como también la autonomía universitaria.
En ese contexto, no se entiende como un representante a la Cámara por Bogotá, directivo del Centro Democrático, proponga restringir la libertad de cátedra con el vago argumento de que los profesores afiliados a Fecode están “ideologizando” a los niños y jóvenes. Hay que decirle al ilustre parlamentario que, si así fuera, su Jefe, el expresidente y actual Senador de la República, Álvaro Uribe Vélez, quien estudió en la Universidad de Antioquia, sería un destacado exponente de las ideas marxistas. Uribe siempre fue un defensor de las ideas liberales allí. Por eso, el propio Álvaro Uribe le dijo a ese representante que retirara semejante esperpento.
Por el contrario, el proyecto que se debería presentar es uno que reglamente el artículo de la Constitución Política de Colombia que obliga a la divulgación y socialización, y por ahí derecho, a propiciar una mejor educación de nuestros niños y jóvenes en las ideas políticas y económicas básicas. Y además se les estimule una sana participación en el debate democrático, pacífico y tolerante de sus ideas. Lo que necesitamos es una cátedra más libre aun y que fomente más la discusión y la participación en la problemática social y económica que tenemos, que no dista de ser muy diferente de la misma que afecta a otros países de América Latina y el mundo. Bienvenido el análisis y el debate.
En el fondo el problema no es que existan conflictos sociales, sino que estos se solucionen por las vías institucionales y democráticas, como debe ser. Hay que estar atento a este tipo de proyectos en nuestro Honorable Congreso de la República, que, gústenos a no, sigue siendo el templo de nuestra democracia.
Algunas de las deficiencias que se señalan de manera constante al sistema educativo colombiano, son, entre otras, la falta de lectura comprensiva, pensamiento crítico y reflexivo, y el desconocimiento de la historia del mundo y del país, entre nuestros estudiantes. En varios estudios internacionales, en los cuales Colombia ha participado voluntariamente para que su sistema […]
Algunas de las deficiencias que se señalan de manera constante al sistema educativo colombiano, son, entre otras, la falta de lectura comprensiva, pensamiento crítico y reflexivo, y el desconocimiento de la historia del mundo y del país, entre nuestros estudiantes. En varios estudios internacionales, en los cuales Colombia ha participado voluntariamente para que su sistema sea evaluado, se han señalado, además, las deficiencias en matemáticas, ciencias y – de nuevo- en lenguaje.
El país tiene una tarea pendiente para hacer unas reformas a su sistema educativo y mejorar su calidad, intrínsecamente, pero también por su competitividad frente a otros sistemas de países de América Latina, pero, y esto es lo más importante, frente a Europa, Estados Unidos y varios países asiáticos, como Japón y Corea, entre otros.
Desde la educación primaria, pero principalmente en el bachillerato, se necesita estimular la lectura, principalmente la lectura comprensiva y crítica, como también el aprendizaje y reflexión sobre los problemas sociales y políticos del país. Esto implica volver a la cátedra de historia y geografía de manera específica y no difusa en el área de Sociales. Desde la misma Constitución de 1991 se estableció la obligación de la enseñanza de nuevo de la cívica y la cultura democrática, entre nuestra juventud; con el fin de fomentar la tolerancia y cultivar la cultura de la participación en política.
Y ese es uno de los logros democráticos de la Constitución de 1991 la libertad de cátedra, investigación, pensamiento y expresión, como también la autonomía universitaria.
En ese contexto, no se entiende como un representante a la Cámara por Bogotá, directivo del Centro Democrático, proponga restringir la libertad de cátedra con el vago argumento de que los profesores afiliados a Fecode están “ideologizando” a los niños y jóvenes. Hay que decirle al ilustre parlamentario que, si así fuera, su Jefe, el expresidente y actual Senador de la República, Álvaro Uribe Vélez, quien estudió en la Universidad de Antioquia, sería un destacado exponente de las ideas marxistas. Uribe siempre fue un defensor de las ideas liberales allí. Por eso, el propio Álvaro Uribe le dijo a ese representante que retirara semejante esperpento.
Por el contrario, el proyecto que se debería presentar es uno que reglamente el artículo de la Constitución Política de Colombia que obliga a la divulgación y socialización, y por ahí derecho, a propiciar una mejor educación de nuestros niños y jóvenes en las ideas políticas y económicas básicas. Y además se les estimule una sana participación en el debate democrático, pacífico y tolerante de sus ideas. Lo que necesitamos es una cátedra más libre aun y que fomente más la discusión y la participación en la problemática social y económica que tenemos, que no dista de ser muy diferente de la misma que afecta a otros países de América Latina y el mundo. Bienvenido el análisis y el debate.
En el fondo el problema no es que existan conflictos sociales, sino que estos se solucionen por las vías institucionales y democráticas, como debe ser. Hay que estar atento a este tipo de proyectos en nuestro Honorable Congreso de la República, que, gústenos a no, sigue siendo el templo de nuestra democracia.