El creciente interés de los consumidores por su alimentación y salud en los últimos años ha generado un dinamismo enorme en la industria de alimentos y nutraceúticos en todo el mundo. El mercado en esta economía se mueve muy rápido, por eso el público debe estar también consciente de la publicidad y etiquetado para digerir […]
El creciente interés de los consumidores por su alimentación y salud en los últimos años ha generado un dinamismo enorme en la industria de alimentos y nutraceúticos en todo el mundo. El mercado en esta economía se mueve muy rápido, por eso el público debe estar también consciente de la publicidad y etiquetado para digerir bien la información de los productos que se venden con una publicidad agresiva.
Los términos fitness, natural, fortificado, funcional están cada vez más inmiscuido y sobrevalorado en las etiquetas y anuncios de los productos de la canasta familiar. Es claro que el desarrollo científico ha generado mucha información para que la industria de alimentos aproveche y desarrolle mejores productos en su portafolio. Sin embargo, muchas veces la industria solo busca aumentar sus ventas sin considerar o brindar verdaderamente productos que beneficien a sus consumidores, siendo más notable en países como Colombia donde muchas industrias de alimentos no cuentan con departamentos de investigación y desarrollo, y muchas veces terminan multadas por la superintendencia de industria y comercio por publicidad engañosa.
Colombia estaba en mora con la regulación del etiquetado de alimentos procesados, gracias a la nueva ley conocida como “ley de comida chatarra” se advertirá en la parte frontal del etiquetado los alimentos y bebidas el exceso de sodio, grasas y/o azúcares para que el consumidor esté más informado. A pesar de todo el lobby realizado para frenar esta ley, la industria se adaptará ya que siempre será más rápido el comercio que las regulaciones.
Un claro ejemplo de ello es el sistema de etiquetado Nutriscore adaptado en algunos países de Europa, que establece colores y letras a los alimentos procesados de acuerdo a su calidad nutricional y relacionados a qué tan saludables pueden ser; de esta manera productos con alto contenido de grasas o azúcares por ejemplo, han sido adaptados añadiendo ingredientes que favorecen una buena puntuación en el Nutriscore logrando mejorar la puntuación del producto final.
En la comunidad científica se publica prácticamente todo lo que se hace; así hoy día encontramos suficiente información con estudios multidisciplinarios. Sin embargo, existen disparidades en los tiempos con disciplinas como la nutrición y medicina que necesitan más tiempo para demostrar evidencia sobre estudios clínicos. Mientras eso sucede, la industria aprovecha los resultados prometedores en ensayos in vitro y/o in vivo en el mejor de los casos, para justificar el etiquetado y publicidad en sus productos novedosos con apariencia saludable.
La mayor parte de las noticias en los grandes medios de comunicación relacionadas con nutrición no se basan en evidencias científicas rigurosas, ya sea por desconocimiento o porque muchas veces es publicidad pagada o los resultados son patrocinados por compañías de alimentos sin la declaración de conflicto de intereses.
Por tal razón, les queda a los consumidores una ardua tarea para discernir sobre los productos que pueden ser mejores para su salud, aún más difícil cuando la comunidad científica, especialmente en el campo de la nutrición algunas veces no hay consensos entre ellos y cuando algunas compañías financian investigaciones con el único propósito de favorecer sus intereses comerciales.
El creciente interés de los consumidores por su alimentación y salud en los últimos años ha generado un dinamismo enorme en la industria de alimentos y nutraceúticos en todo el mundo. El mercado en esta economía se mueve muy rápido, por eso el público debe estar también consciente de la publicidad y etiquetado para digerir […]
El creciente interés de los consumidores por su alimentación y salud en los últimos años ha generado un dinamismo enorme en la industria de alimentos y nutraceúticos en todo el mundo. El mercado en esta economía se mueve muy rápido, por eso el público debe estar también consciente de la publicidad y etiquetado para digerir bien la información de los productos que se venden con una publicidad agresiva.
Los términos fitness, natural, fortificado, funcional están cada vez más inmiscuido y sobrevalorado en las etiquetas y anuncios de los productos de la canasta familiar. Es claro que el desarrollo científico ha generado mucha información para que la industria de alimentos aproveche y desarrolle mejores productos en su portafolio. Sin embargo, muchas veces la industria solo busca aumentar sus ventas sin considerar o brindar verdaderamente productos que beneficien a sus consumidores, siendo más notable en países como Colombia donde muchas industrias de alimentos no cuentan con departamentos de investigación y desarrollo, y muchas veces terminan multadas por la superintendencia de industria y comercio por publicidad engañosa.
Colombia estaba en mora con la regulación del etiquetado de alimentos procesados, gracias a la nueva ley conocida como “ley de comida chatarra” se advertirá en la parte frontal del etiquetado los alimentos y bebidas el exceso de sodio, grasas y/o azúcares para que el consumidor esté más informado. A pesar de todo el lobby realizado para frenar esta ley, la industria se adaptará ya que siempre será más rápido el comercio que las regulaciones.
Un claro ejemplo de ello es el sistema de etiquetado Nutriscore adaptado en algunos países de Europa, que establece colores y letras a los alimentos procesados de acuerdo a su calidad nutricional y relacionados a qué tan saludables pueden ser; de esta manera productos con alto contenido de grasas o azúcares por ejemplo, han sido adaptados añadiendo ingredientes que favorecen una buena puntuación en el Nutriscore logrando mejorar la puntuación del producto final.
En la comunidad científica se publica prácticamente todo lo que se hace; así hoy día encontramos suficiente información con estudios multidisciplinarios. Sin embargo, existen disparidades en los tiempos con disciplinas como la nutrición y medicina que necesitan más tiempo para demostrar evidencia sobre estudios clínicos. Mientras eso sucede, la industria aprovecha los resultados prometedores en ensayos in vitro y/o in vivo en el mejor de los casos, para justificar el etiquetado y publicidad en sus productos novedosos con apariencia saludable.
La mayor parte de las noticias en los grandes medios de comunicación relacionadas con nutrición no se basan en evidencias científicas rigurosas, ya sea por desconocimiento o porque muchas veces es publicidad pagada o los resultados son patrocinados por compañías de alimentos sin la declaración de conflicto de intereses.
Por tal razón, les queda a los consumidores una ardua tarea para discernir sobre los productos que pueden ser mejores para su salud, aún más difícil cuando la comunidad científica, especialmente en el campo de la nutrición algunas veces no hay consensos entre ellos y cuando algunas compañías financian investigaciones con el único propósito de favorecer sus intereses comerciales.