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Columnista - 14 noviembre, 2018

Marx, y el marxismo (III)

Karl Marx, acompañado por Engels, es considerado como el autor más connotado del pensamiento político-filosófico-revolucionario, a partir del siglo XVIII. El dió un giro copernicano a la dialéctica de Hegel, dejando atrás todo rastro de la filosofía idealista de este último autor. De la misma manera, supera el socialismo utópico romántico de Saint- Simón y […]

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Karl Marx, acompañado por Engels, es considerado como el autor más connotado del pensamiento político-filosófico-revolucionario, a partir del siglo XVIII.
El dió un giro copernicano a la dialéctica de Hegel, dejando atrás todo rastro de la filosofía idealista de este último autor.

De la misma manera, supera el socialismo utópico romántico de Saint- Simón y sus seguidores y los principios de la economía clásica, sin embargo, con una notable excepción, cuya cuestión la apropia, la teoría económica del valor de la mercancía, respecto de la cual se identifica con el pensador liberal inglés John Stuart Mill, esto es, que el valor de la mercancía es igual a la cantidad de tiempo invertido por el operario para producirla.

Concepto que, posteriormente, vino a ser corregido por el liberalismo económico renovado, conforme al cual el valor de la mercancía depende de la estimación que ella le merezca a un comprador, teoría llamada de la Utilidad Marginal.

Marx, considera que en la dialéctica de Hegel hay algo que no encaja y que por lo tanto es insuficiente. A este Algo Marx lo llama, el proletariado y los chicos ingleses, agostados a temprana edad por los trabajos inhumanos en la primera revolución industrial, comenzada en Inglaterra, a partir de 1.769, fecha en la cual se patentó la primera máquina de vapor, y continuada en la segunda revolución industrial a lo largo del siglo XIX hacia adelante.

Afirma que el concepto de libertad se juega con el de la de la propiedad privada, anotando que el hombre proletario no es libre, porque carece de dicha propiedad, que su único bien es su fuerza de trabajo que obligadamente vende al capitalista, por lo tanto, su existencia está enajenada.

El materialismo radical de Marx conduce a su turno a su parigual visión histórica. Según tal visión en la sociedad hay dos clases antagónicas, propietarios y proletarios, enajenados, cuya historia es una lucha de clases en la cual ésta última está llamada a salvar a la humanidad, de sus alienaciones, y se instituirá a través de la revolución violenta, en el paraíso comunista sin clases.

Tales alienaciones las aborda en sucesivos capítulos que denomina: a) crítica de la alienación religiosa, b) crítica de la alienación filosófica, c) crítica de la alienación política. d) crítica de la alienación social, y e) crítica de la alienación económica.
Continuará…
Valledupar, 14/11/2018

Rodrigo Lopez Barros[email protected]

Columnista
14 noviembre, 2018

Marx, y el marxismo (III)

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Rodrigo López Barros

Karl Marx, acompañado por Engels, es considerado como el autor más connotado del pensamiento político-filosófico-revolucionario, a partir del siglo XVIII. El dió un giro copernicano a la dialéctica de Hegel, dejando atrás todo rastro de la filosofía idealista de este último autor. De la misma manera, supera el socialismo utópico romántico de Saint- Simón y […]


Karl Marx, acompañado por Engels, es considerado como el autor más connotado del pensamiento político-filosófico-revolucionario, a partir del siglo XVIII.
El dió un giro copernicano a la dialéctica de Hegel, dejando atrás todo rastro de la filosofía idealista de este último autor.

De la misma manera, supera el socialismo utópico romántico de Saint- Simón y sus seguidores y los principios de la economía clásica, sin embargo, con una notable excepción, cuya cuestión la apropia, la teoría económica del valor de la mercancía, respecto de la cual se identifica con el pensador liberal inglés John Stuart Mill, esto es, que el valor de la mercancía es igual a la cantidad de tiempo invertido por el operario para producirla.

Concepto que, posteriormente, vino a ser corregido por el liberalismo económico renovado, conforme al cual el valor de la mercancía depende de la estimación que ella le merezca a un comprador, teoría llamada de la Utilidad Marginal.

Marx, considera que en la dialéctica de Hegel hay algo que no encaja y que por lo tanto es insuficiente. A este Algo Marx lo llama, el proletariado y los chicos ingleses, agostados a temprana edad por los trabajos inhumanos en la primera revolución industrial, comenzada en Inglaterra, a partir de 1.769, fecha en la cual se patentó la primera máquina de vapor, y continuada en la segunda revolución industrial a lo largo del siglo XIX hacia adelante.

Afirma que el concepto de libertad se juega con el de la de la propiedad privada, anotando que el hombre proletario no es libre, porque carece de dicha propiedad, que su único bien es su fuerza de trabajo que obligadamente vende al capitalista, por lo tanto, su existencia está enajenada.

El materialismo radical de Marx conduce a su turno a su parigual visión histórica. Según tal visión en la sociedad hay dos clases antagónicas, propietarios y proletarios, enajenados, cuya historia es una lucha de clases en la cual ésta última está llamada a salvar a la humanidad, de sus alienaciones, y se instituirá a través de la revolución violenta, en el paraíso comunista sin clases.

Tales alienaciones las aborda en sucesivos capítulos que denomina: a) crítica de la alienación religiosa, b) crítica de la alienación filosófica, c) crítica de la alienación política. d) crítica de la alienación social, y e) crítica de la alienación económica.
Continuará…
Valledupar, 14/11/2018

Rodrigo Lopez Barros[email protected]