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Columnista - 30 noviembre, 2020

Maradona y el deporte regional

Maradona no fue mejor que Pelé, ni Pelé fue mejor que Maradona. Los que hemos jugado fútbol y entendemos la filosofía de la estética de la habilidad, de la gambeta y de la disciplina táctica, disfrutamos del talento que destellan algunos jugadores. Pelé fue el rey del fútbol en los años 1956 a 1974, y […]

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Maradona no fue mejor que Pelé, ni Pelé fue mejor que Maradona. Los que hemos jugado fútbol y entendemos la filosofía de la estética de la habilidad, de la gambeta y de la disciplina táctica, disfrutamos del talento que destellan algunos jugadores. Pelé fue el rey del fútbol en los años 1956 a 1974, y Maradona el David de las genialidades con el balón en los años 1976 a 1990. Cada uno con su talento y estilo fueron genios y son leyendas del fútbol.  

Diego Armando Maradona el poeta de la zurda mágica, aparentemente frágil, pequeño de estatura física 1.65, pero gigante en su calidad, en sus movimientos y en sus gambetas. Es dable afirmar que la grandeza de un hombre no se mide de los pies a la cabeza, se mide de sus pies al cielo. A Maradona en los saltos a veces Dios le hacia sus manos invisibles y por eso pudo meter un gol con la mano sin que el árbitro lo notara.

Maradona hizo del fútbol una fiesta permanente, incansable, veloz, líder, gladiador hasta más allá del final. Un malabarista y acróbata con el balón, su cuerpo parecía elástico para hacer chalacas, rabonas, medias boleas, palomitas; por momentos era un hilo de viento para meterse a gran velocidad entre dos o más rivales y salir airoso con la pelota. El segundo gol que le hizo a Inglaterra en el mundial de 1986, considerado el mejor gol de todos los mundiales, fue una jugada de velocidad, destreza y dominio del balón, casi desde la mitad de la cancha dejó regado a cinco jugadores y hasta el arquero.

Sus imperfecciones humanas: las debilidades de la fama y la tentación a las drogas que mancharon su vida, pero no mancharon al balón. Tuvo la humildad de la grandeza de reconocer sus errores y decirle a la juventud del mundo: “no al consumo de drogas ni alcohol. El alcohol es el puente para llegar a la drogadicción”.

La noticia de su muerte, la historia de sus orígenes y sus hazañas en las canchas, van a refrendar en muchos niños y jóvenes la motivación por soñar con ser futbolista. Es importante que las autoridades nacionales y locales brinden las condiciones básicas de adecuación en los espacios deportivos de los colegios y los parques para fomentar de manera masiva las prácticas del deporte. Es una alternativa de vida y esperanza para alejar a la juventud del alcohol y de las drogas.  

En el caso de Valledupar, una propuesta para el director de Instituto de Deportes Municipal: En los parques de los barrios de la ciudad y de los corregimientos se deben adecuar escenarios deportivos para que además de fútbol se practiquen otras disciplinas: baloncesto, voleibol y atletismo (incluidos lanzamientos de disco, jabalina y bala).  Es necesario revisar los encerramientos de las canchas sintéticas, porque el encerramiento a veces excluye a jóvenes y mayores que desean practicar y no están en ‘Escuela de futbol’. El deporte es salud, vence el estrés y fortalece el sistema inmunológico. Hay que optar por un mecanismo para que las canchas cumplan con sus objetivos de escenarios incluyentes.     

Un ejemplo. En Mariangola en 1962 fue construido el colegio público de primaria y desde entonces la plaza principal es el espacio de las clases de Educación Física y Deportes; pero desde el 2018 que la Alcaldía construyó la cancha sintética y su respectivo encerramiento, los niños en las clases no pueden practicar en la cancha que era del colegio y tienen que jugar fútbol en la cancha de baloncesto.   

Columnista
30 noviembre, 2020

Maradona y el deporte regional

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Atuesta Mindiola

Maradona no fue mejor que Pelé, ni Pelé fue mejor que Maradona. Los que hemos jugado fútbol y entendemos la filosofía de la estética de la habilidad, de la gambeta y de la disciplina táctica, disfrutamos del talento que destellan algunos jugadores. Pelé fue el rey del fútbol en los años 1956 a 1974, y […]


Maradona no fue mejor que Pelé, ni Pelé fue mejor que Maradona. Los que hemos jugado fútbol y entendemos la filosofía de la estética de la habilidad, de la gambeta y de la disciplina táctica, disfrutamos del talento que destellan algunos jugadores. Pelé fue el rey del fútbol en los años 1956 a 1974, y Maradona el David de las genialidades con el balón en los años 1976 a 1990. Cada uno con su talento y estilo fueron genios y son leyendas del fútbol.  

Diego Armando Maradona el poeta de la zurda mágica, aparentemente frágil, pequeño de estatura física 1.65, pero gigante en su calidad, en sus movimientos y en sus gambetas. Es dable afirmar que la grandeza de un hombre no se mide de los pies a la cabeza, se mide de sus pies al cielo. A Maradona en los saltos a veces Dios le hacia sus manos invisibles y por eso pudo meter un gol con la mano sin que el árbitro lo notara.

Maradona hizo del fútbol una fiesta permanente, incansable, veloz, líder, gladiador hasta más allá del final. Un malabarista y acróbata con el balón, su cuerpo parecía elástico para hacer chalacas, rabonas, medias boleas, palomitas; por momentos era un hilo de viento para meterse a gran velocidad entre dos o más rivales y salir airoso con la pelota. El segundo gol que le hizo a Inglaterra en el mundial de 1986, considerado el mejor gol de todos los mundiales, fue una jugada de velocidad, destreza y dominio del balón, casi desde la mitad de la cancha dejó regado a cinco jugadores y hasta el arquero.

Sus imperfecciones humanas: las debilidades de la fama y la tentación a las drogas que mancharon su vida, pero no mancharon al balón. Tuvo la humildad de la grandeza de reconocer sus errores y decirle a la juventud del mundo: “no al consumo de drogas ni alcohol. El alcohol es el puente para llegar a la drogadicción”.

La noticia de su muerte, la historia de sus orígenes y sus hazañas en las canchas, van a refrendar en muchos niños y jóvenes la motivación por soñar con ser futbolista. Es importante que las autoridades nacionales y locales brinden las condiciones básicas de adecuación en los espacios deportivos de los colegios y los parques para fomentar de manera masiva las prácticas del deporte. Es una alternativa de vida y esperanza para alejar a la juventud del alcohol y de las drogas.  

En el caso de Valledupar, una propuesta para el director de Instituto de Deportes Municipal: En los parques de los barrios de la ciudad y de los corregimientos se deben adecuar escenarios deportivos para que además de fútbol se practiquen otras disciplinas: baloncesto, voleibol y atletismo (incluidos lanzamientos de disco, jabalina y bala).  Es necesario revisar los encerramientos de las canchas sintéticas, porque el encerramiento a veces excluye a jóvenes y mayores que desean practicar y no están en ‘Escuela de futbol’. El deporte es salud, vence el estrés y fortalece el sistema inmunológico. Hay que optar por un mecanismo para que las canchas cumplan con sus objetivos de escenarios incluyentes.     

Un ejemplo. En Mariangola en 1962 fue construido el colegio público de primaria y desde entonces la plaza principal es el espacio de las clases de Educación Física y Deportes; pero desde el 2018 que la Alcaldía construyó la cancha sintética y su respectivo encerramiento, los niños en las clases no pueden practicar en la cancha que era del colegio y tienen que jugar fútbol en la cancha de baloncesto.