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Columnista - 9 marzo, 2021

Maldito el hombre que cree en las redes

Jeremías 17: 5-10 nos dice: “Maldito el hombre que confía en el otro hombre”. Sugiere esta cita bíblica que ningún hombre o mujer es digno de confianza, solo Dios es digno de confianza, pero con esta expansión de las redes consultadas por niños, jóvenes y adultos, incluso de avanzada edad, confiamos en cualquier documento que […]

Jeremías 17: 5-10 nos dice: “Maldito el hombre que confía en el otro hombre”. Sugiere esta cita bíblica que ningún hombre o mujer es digno de confianza, solo Dios es digno de confianza, pero con esta expansión de las redes consultadas por niños, jóvenes y adultos, incluso de avanzada edad, confiamos en cualquier documento que circula en las distintas plataformas sin límite de acceso. Basta con tener un dispositivo y listo, creemos en cualquier basura que envían ociosos impunes.

Semanas atrás cuando se conoció la noticia del fallecimiento del ministro Carlos Holmes Trujillo, un video fue difundido dolosamente, la grabación era de una parranda vallenata, cantaba Otto Serge, famoso por éxitos como ‘Señora’, ‘El mochuelo’, ‘Esposa mía’, etc. Allí muchos con whisky en mano disfrutaban de la apacible tarde, cuando aparece el ministro de Defensa y abraza al cantante, luego un señor canoso gentilmente se levanta y saluda al alto funcionario y le ofrece sentarse para continuar apreciando de un delicioso vallenato.

El canoso que aparece en el video es mi padre y perdí la cuenta de las veces que me lo enviaron por WhatsApp preguntando la fecha de esa fiesta; también recibí imágenes de conversaciones en las que afirmaban que ese fue el momento en que el ministro había adquirido el covid-19, pero en las cuentas de Otto Serge están los registros del momento de esa grabación, fue en el festival vallenato del 2019 y aclarado todo.

Incluso los más formados también caen en las trampas de las redes sociales. En mi lectura dominical de periódicos, en un medio regional observé en la columna titulada ‘Con sentimiento’, del exrector de la Universidad del Norte de Barranquilla, señor Jesús Ferro Bayona, la expresión de pesar por el lamentable deceso del mejor cantante que ha parido el vallenato, Jorge Oñate.

 Allí de manera inocente se refería a un verso de Poncho Zuleta, expresando: “Ya murió Diomedes Díaz y ahora sigue Jorge Oñate, chanza que el mismo Oñate, ahí presente, recibió menos festivo pero con paciencia”. Pero no, el jilguero no estaba presente, son dos videos distintos, editados por alguien que le pareció gracioso jugar con eso, pero como chiste es muy malo.

Es fácil consumir todo lo que nos llega al celular, solo descargamos y listo, se convierte en algo creíble y lo difundimos sin detenernos a cuestionar o analizar; así ocurrió con la vacuna China contra el covid-19, muchos extremistas empezaron advertir que la aplicación de la vacuna producía consecuencias mortales y era mejor no aceptarla.

Esta sociedad enferma se apoya en las herramientas que ofrece la tecnología para transmitir las mentiras, el odio, el fanatismo y la vulgaridad; es por eso que cada cosa que usted reciba o lea en su smartphone sométalo a una reflexión previa y evalúe si es necesario o conveniente enviarlo y confirme si es cierto o no para evitar desinformar.

Por: Carlos Andrés Añez Maestre.

Columnista
9 marzo, 2021

Maldito el hombre que cree en las redes

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Carlos Andrés Añez Maestre

Jeremías 17: 5-10 nos dice: “Maldito el hombre que confía en el otro hombre”. Sugiere esta cita bíblica que ningún hombre o mujer es digno de confianza, solo Dios es digno de confianza, pero con esta expansión de las redes consultadas por niños, jóvenes y adultos, incluso de avanzada edad, confiamos en cualquier documento que […]


Jeremías 17: 5-10 nos dice: “Maldito el hombre que confía en el otro hombre”. Sugiere esta cita bíblica que ningún hombre o mujer es digno de confianza, solo Dios es digno de confianza, pero con esta expansión de las redes consultadas por niños, jóvenes y adultos, incluso de avanzada edad, confiamos en cualquier documento que circula en las distintas plataformas sin límite de acceso. Basta con tener un dispositivo y listo, creemos en cualquier basura que envían ociosos impunes.

Semanas atrás cuando se conoció la noticia del fallecimiento del ministro Carlos Holmes Trujillo, un video fue difundido dolosamente, la grabación era de una parranda vallenata, cantaba Otto Serge, famoso por éxitos como ‘Señora’, ‘El mochuelo’, ‘Esposa mía’, etc. Allí muchos con whisky en mano disfrutaban de la apacible tarde, cuando aparece el ministro de Defensa y abraza al cantante, luego un señor canoso gentilmente se levanta y saluda al alto funcionario y le ofrece sentarse para continuar apreciando de un delicioso vallenato.

El canoso que aparece en el video es mi padre y perdí la cuenta de las veces que me lo enviaron por WhatsApp preguntando la fecha de esa fiesta; también recibí imágenes de conversaciones en las que afirmaban que ese fue el momento en que el ministro había adquirido el covid-19, pero en las cuentas de Otto Serge están los registros del momento de esa grabación, fue en el festival vallenato del 2019 y aclarado todo.

Incluso los más formados también caen en las trampas de las redes sociales. En mi lectura dominical de periódicos, en un medio regional observé en la columna titulada ‘Con sentimiento’, del exrector de la Universidad del Norte de Barranquilla, señor Jesús Ferro Bayona, la expresión de pesar por el lamentable deceso del mejor cantante que ha parido el vallenato, Jorge Oñate.

 Allí de manera inocente se refería a un verso de Poncho Zuleta, expresando: “Ya murió Diomedes Díaz y ahora sigue Jorge Oñate, chanza que el mismo Oñate, ahí presente, recibió menos festivo pero con paciencia”. Pero no, el jilguero no estaba presente, son dos videos distintos, editados por alguien que le pareció gracioso jugar con eso, pero como chiste es muy malo.

Es fácil consumir todo lo que nos llega al celular, solo descargamos y listo, se convierte en algo creíble y lo difundimos sin detenernos a cuestionar o analizar; así ocurrió con la vacuna China contra el covid-19, muchos extremistas empezaron advertir que la aplicación de la vacuna producía consecuencias mortales y era mejor no aceptarla.

Esta sociedad enferma se apoya en las herramientas que ofrece la tecnología para transmitir las mentiras, el odio, el fanatismo y la vulgaridad; es por eso que cada cosa que usted reciba o lea en su smartphone sométalo a una reflexión previa y evalúe si es necesario o conveniente enviarlo y confirme si es cierto o no para evitar desinformar.

Por: Carlos Andrés Añez Maestre.