Muchas preguntas quedan sueltas sobre las especulaciones y misterios que rondan a la Empresa de Servicios Públicos de Valledupar, Emdupar.
Muchas preguntas quedan sueltas sobre las especulaciones y misterios que rondan a la Empresa de Servicios Públicos de Valledupar, Emdupar. La primera inquietud que se le viene a la mente a los vallenatos es ¿por qué las amenazas al gerente interventor? ¿qué hay en el trasfondo de todo esto?
Realmente no se entiende el porqué de las amenazas si lo que se conocía, por lo menos eso fue lo que dijeron públicamente, que el proceso de intervención a la empresa por parte de la Superintendencia Nacional de Servicios Públicos fue algo que surgió tras unas jornadas de concertación entre los distintos sectores involucrados, incluidos los sindicatos y miembros de la junta directiva en cabeza del alcalde Mello Castro.
Tal parece que la situación es de altos ribetes, al punto que el gerente interventor a solo una semana de su posesión en el cargo se vio obligado a renunciar, entregar detalles y algunas explicaciones sobre su difícil situación personal, para luego concluir que había recibido amenazas en contra de su vida.
Pero de verdad preocupa el hermetismo en el plano político y de nuestra clase dirigente frente a un tema tan delicado que debió ser motivo para realizar un consejo de seguridad o convocar una rueda de prensa, porque se trata de una empresa pública fundamental para el bienestar colectivo, la entidad otrora orgullo de los vallenatos y considerada la más grande y representativa de la capital cesarense, cuyo funcionamiento interesa a todos y es de vital importancia para el desarrollo de esta ciudad.
La opinión pública merece saber qué pasa o que en lo más mínimo se le diga que la institucionalidad va a tomar medidas trascendentales que permitan generar un poco de tranquilidad en las comunidades, que se siente que la empresa tiene defensores de oficio para evitar que acciones con rotulo mafioso pretendan definir o determinar su rumbo administrativo, en este caso da la sensación de que existen intereses oscuros que a toda costa intentar torpedear la intervención del Gobierno nacional.
Llama la atención que ningún representante de la clase dirigente de Valledupar se ha pronunciado al respecto, ¿dónde están los concejales, diputados, congresistas, ediles, lideres comunitarios, representantes de los diferentes gremios, autoridades de seguridad y los líderes de opinión, entre otros?
El futuro de la empresa Emdupar nos compromete a todos y por ende aquello que afecte su naturaleza organizacional es asunto nuestro y debemos estar dispuestos, si es el caso, hasta para movilizarnos y alzar la voz, aquí sí serían necesarias y justas las marchas.
Ya todos los análisis y diagnósticos han indicado con insistencia que la mejor alternativa para salvar la empresa era permitir la intervención del Gobierno nacional porque en el nivel local era inviable, versión corroborada por el mismo mandatario de los vallenatos. Entonces: ¿Quiénes y por qué se oponen ahora? ¿a quiénes afectan de manera directa el hecho de que Emdupar pase a manos de la Superservicios? Por ahí deberían comenzar las investigaciones.
Muchas preguntas quedan sueltas sobre las especulaciones y misterios que rondan a la Empresa de Servicios Públicos de Valledupar, Emdupar.
Muchas preguntas quedan sueltas sobre las especulaciones y misterios que rondan a la Empresa de Servicios Públicos de Valledupar, Emdupar. La primera inquietud que se le viene a la mente a los vallenatos es ¿por qué las amenazas al gerente interventor? ¿qué hay en el trasfondo de todo esto?
Realmente no se entiende el porqué de las amenazas si lo que se conocía, por lo menos eso fue lo que dijeron públicamente, que el proceso de intervención a la empresa por parte de la Superintendencia Nacional de Servicios Públicos fue algo que surgió tras unas jornadas de concertación entre los distintos sectores involucrados, incluidos los sindicatos y miembros de la junta directiva en cabeza del alcalde Mello Castro.
Tal parece que la situación es de altos ribetes, al punto que el gerente interventor a solo una semana de su posesión en el cargo se vio obligado a renunciar, entregar detalles y algunas explicaciones sobre su difícil situación personal, para luego concluir que había recibido amenazas en contra de su vida.
Pero de verdad preocupa el hermetismo en el plano político y de nuestra clase dirigente frente a un tema tan delicado que debió ser motivo para realizar un consejo de seguridad o convocar una rueda de prensa, porque se trata de una empresa pública fundamental para el bienestar colectivo, la entidad otrora orgullo de los vallenatos y considerada la más grande y representativa de la capital cesarense, cuyo funcionamiento interesa a todos y es de vital importancia para el desarrollo de esta ciudad.
La opinión pública merece saber qué pasa o que en lo más mínimo se le diga que la institucionalidad va a tomar medidas trascendentales que permitan generar un poco de tranquilidad en las comunidades, que se siente que la empresa tiene defensores de oficio para evitar que acciones con rotulo mafioso pretendan definir o determinar su rumbo administrativo, en este caso da la sensación de que existen intereses oscuros que a toda costa intentar torpedear la intervención del Gobierno nacional.
Llama la atención que ningún representante de la clase dirigente de Valledupar se ha pronunciado al respecto, ¿dónde están los concejales, diputados, congresistas, ediles, lideres comunitarios, representantes de los diferentes gremios, autoridades de seguridad y los líderes de opinión, entre otros?
El futuro de la empresa Emdupar nos compromete a todos y por ende aquello que afecte su naturaleza organizacional es asunto nuestro y debemos estar dispuestos, si es el caso, hasta para movilizarnos y alzar la voz, aquí sí serían necesarias y justas las marchas.
Ya todos los análisis y diagnósticos han indicado con insistencia que la mejor alternativa para salvar la empresa era permitir la intervención del Gobierno nacional porque en el nivel local era inviable, versión corroborada por el mismo mandatario de los vallenatos. Entonces: ¿Quiénes y por qué se oponen ahora? ¿a quiénes afectan de manera directa el hecho de que Emdupar pase a manos de la Superservicios? Por ahí deberían comenzar las investigaciones.