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Editorial - 7 noviembre, 2018

Madruguémosle a la pólvora

Se acerca la época más bonita del año, Navidad, en la que tradicionalmente las familias se unen y el comercio dispara sus ventas, se dinamiza la economía al igual que la armonía en los hogares. Nos atrevemos a decir que es la época más bonita a pesar de las tragedias que suelen presentarse por cuenta […]

Se acerca la época más bonita del año, Navidad, en la que tradicionalmente las familias se unen y el comercio dispara sus ventas, se dinamiza la economía al igual que la armonía en los hogares. Nos atrevemos a decir que es la época más bonita a pesar de las tragedias que suelen presentarse por cuenta del consumo desmedido de licor, la intolerancia y el uso irregular de la pólvora, este último considerado como un Grinch que el año pasado afectó a 45 personas.

Esperamos que este año los deseos de una felices fiestas no se trunquen por el uso de pólvora. Históricamente desde noviembre empiezan los negociantes de pólvora a producir estos artefactos para abastecer el mercado ilegal de pólvora que termina mutilando a niños, jóvenes o adultos. Los grupos de edad con mayor proporción de casos son el de 15 a 19 y el de 10 a 14 años con 17,9 % y 17,3 %, respectivamente.

Los casos de lesiones por pólvora notificados al Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública, Sivigila, registran que los artefactos produjeron las lesiones fueron: tote (28,8 %), volador (14,7 %), cohete (12,8 %), volcán (5,0), juegos pirotécnicos para exhibición y eventos (3,6 %) luces de bengala (2,8 %), pito (1,6 %), globo (0,2), otros (24,6 %) y sin dato 6,0 %. De los artefactos mencionados los totes, cohetes y voladores son los que producen la mayor proporción de amputaciones, daño ocular y daño auditivo.

Fue triste el panorama del año anterior en el departamento del Cesar, ocupó el onceavo lugar entre 37 entidades territoriales departamentales y distritales en quemados por pólvora.

Tuvo 45 casos, de los cuales hubo 26 adultos y 19 menores de edad; una cifra inconcebible porque en Colombia, desde el año 2001 con la expedición de la ley 670 (reglamentada por el Decreto 4481 de 2006), se dictaron las medidas para reducir la ocurrencia de lesiones por pólvora, especialmente en niños. La mencionada ley prohíbe la venta de pólvora a menores de edad y personas en estado de embriaguez, que evidentemente no se está cumpliendo a cabalidad, establece las previsiones de protección al niño por el manejo de artículos o fuegos pirotécnicos y decreta que los alcaldes municipales y distritales pueden permitir en el uso y la distribución de artículos pirotécnicos o fuegos artificiales siempre que cumplan con condiciones de seguridad determinadas técnicamente.

Por lo anterior, recalcamos que hay que madrugarle a las campañas de prevención. No esperemos el primer caso de la temporada para empezar a concientizar a la ciudadanía, ya tenemos suficientes ejemplos con los lesionados de las festividades anteriores.

Las autoridades deben ubicar las fábricas clandestinas, los expendios e intensificar los controles viales para cerrar las rutas de abastecimiento y así estas sean unas verdaderas felices fiestas. A la ciudadanía la exhortamos a la prudencia, al respeto a las normas y que permitan que la pólvora solo sea manejada por expertos autorizados.

Hay que tener en cuenta que las personas que se lesionan con mayor frecuencia son quienes manipulan la pólvora o los observadores; la imprudencia de uno puede costarle a otro.
Tampoco se pueden descuidar con las instalaciones eléctricas, que al sobrecargarse con las luces navideñas pueden arruinar la fiesta. Los incendios por cortocircuito aumentan en la época decembrina y fin de año. Más vale prevenir que curar.

Editorial
7 noviembre, 2018

Madruguémosle a la pólvora

Se acerca la época más bonita del año, Navidad, en la que tradicionalmente las familias se unen y el comercio dispara sus ventas, se dinamiza la economía al igual que la armonía en los hogares. Nos atrevemos a decir que es la época más bonita a pesar de las tragedias que suelen presentarse por cuenta […]


Se acerca la época más bonita del año, Navidad, en la que tradicionalmente las familias se unen y el comercio dispara sus ventas, se dinamiza la economía al igual que la armonía en los hogares. Nos atrevemos a decir que es la época más bonita a pesar de las tragedias que suelen presentarse por cuenta del consumo desmedido de licor, la intolerancia y el uso irregular de la pólvora, este último considerado como un Grinch que el año pasado afectó a 45 personas.

Esperamos que este año los deseos de una felices fiestas no se trunquen por el uso de pólvora. Históricamente desde noviembre empiezan los negociantes de pólvora a producir estos artefactos para abastecer el mercado ilegal de pólvora que termina mutilando a niños, jóvenes o adultos. Los grupos de edad con mayor proporción de casos son el de 15 a 19 y el de 10 a 14 años con 17,9 % y 17,3 %, respectivamente.

Los casos de lesiones por pólvora notificados al Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública, Sivigila, registran que los artefactos produjeron las lesiones fueron: tote (28,8 %), volador (14,7 %), cohete (12,8 %), volcán (5,0), juegos pirotécnicos para exhibición y eventos (3,6 %) luces de bengala (2,8 %), pito (1,6 %), globo (0,2), otros (24,6 %) y sin dato 6,0 %. De los artefactos mencionados los totes, cohetes y voladores son los que producen la mayor proporción de amputaciones, daño ocular y daño auditivo.

Fue triste el panorama del año anterior en el departamento del Cesar, ocupó el onceavo lugar entre 37 entidades territoriales departamentales y distritales en quemados por pólvora.

Tuvo 45 casos, de los cuales hubo 26 adultos y 19 menores de edad; una cifra inconcebible porque en Colombia, desde el año 2001 con la expedición de la ley 670 (reglamentada por el Decreto 4481 de 2006), se dictaron las medidas para reducir la ocurrencia de lesiones por pólvora, especialmente en niños. La mencionada ley prohíbe la venta de pólvora a menores de edad y personas en estado de embriaguez, que evidentemente no se está cumpliendo a cabalidad, establece las previsiones de protección al niño por el manejo de artículos o fuegos pirotécnicos y decreta que los alcaldes municipales y distritales pueden permitir en el uso y la distribución de artículos pirotécnicos o fuegos artificiales siempre que cumplan con condiciones de seguridad determinadas técnicamente.

Por lo anterior, recalcamos que hay que madrugarle a las campañas de prevención. No esperemos el primer caso de la temporada para empezar a concientizar a la ciudadanía, ya tenemos suficientes ejemplos con los lesionados de las festividades anteriores.

Las autoridades deben ubicar las fábricas clandestinas, los expendios e intensificar los controles viales para cerrar las rutas de abastecimiento y así estas sean unas verdaderas felices fiestas. A la ciudadanía la exhortamos a la prudencia, al respeto a las normas y que permitan que la pólvora solo sea manejada por expertos autorizados.

Hay que tener en cuenta que las personas que se lesionan con mayor frecuencia son quienes manipulan la pólvora o los observadores; la imprudencia de uno puede costarle a otro.
Tampoco se pueden descuidar con las instalaciones eléctricas, que al sobrecargarse con las luces navideñas pueden arruinar la fiesta. Los incendios por cortocircuito aumentan en la época decembrina y fin de año. Más vale prevenir que curar.