Cada año se celebra el Día de las Madres para reconocer el esfuerzo y la entrega de las mujeres que, además de la crianza de los hijos, cumplen de diferentes roles en la sociedad. EL PILÓN hoy presenta a cuatro madres de diferentes perfiles, pero que coinciden en el amor incondicional por sus hijos.
Son muchas las personas que dicen que “madre solo hay una”, por la afinidad y el infinito amor que sienten hacia la mujer que les dio la vida, pero ciertamente aunque mamá es una sola, a cada una de las que se desempaña en esta faceta se les puede encontrar con diferentes características y situaciones.
Cada madre ha tenido que enfrentar circunstancias distintas y de acuerdo con su desarrollo como mujer son muchos los caminos que cada una puede seguir.
En eso también radica lo especial que son para sus hijos y sus familias en general, puesto que hay muchos ejemplos cargados de rasgos particulares que definen a cada mujer en cualquiera de sus roles, pero sobre todo en el que se celebra este fin de semana, el de dar apoyo, brindar compañía, respaldar y sacar adelante a los que más quiere, en ser luz y norte, en comprender y defender, el rol para que ninguna se prepara, pero que asumen con valentía, el ser madre.
Un inconveniente médico en un proceso que recibía Fernando José Farfán Flórez, ha tenido efectos profundos de los cuales el pequeño aún no se recupera totalmente. Desde entonces, su madre Kellys Flórez Arias ha volcado su vida enteramente a brindarle las atenciones que el pequeño necesita.
Kellys es madre de otros dos niños, Daniel, de 15 años, y Sara Sofía de 8. Antes de que sucediera el imprevisto de su hijo, laboraba como médico para una EPS. Sin embargo, a partir del fallo médico que ha llevado a su hijo a perder la movilidad y el habla, esta mujer de 45 años se ha convertido en las manos, los pies y los ojos del infante. Lo hace todo por él, desde bañarlo hasta darle cada una de sus comidas y se implica fervorosamente en cada una de las terapias que debe recibir para que logre una recuperación paulatina.
Este cambio lo ha vivido tanto ella como su familia, ya que el padre Luis Fernando ha pasado a ser el único proveedor en el hogar y sus hijos han visto que todas las atenciones están puestas en su hermano. De hecho, Daniel y Sara también se han implicado en el proceso de Fernando José, al que ayudan con algunos ejercicios y acompañan en determinados momentos en los que Kellys no puede estar.
Ella, en algunos momentos, siente desesperanza y frustración, pero se ha aferrado a su confianza en Dios en quien tiene puestas todas sus esperanzas para superar este difícil momento que atraviesan, pero reconoce que se ha tratado de una experiencia edificante que le ha ayuda a ser mejor ser humano y también a apoyar a otras madres que como ella se esfuerzan diariamente por el bienestar de sus pequeños.
Algo que define a las madres es su pasión y entrega tanto por sus hijos como por los retos que se han trazado en su vida con metas personales y profesionales que persiguen de manera permanente.
Esto ha hecho Eliana Díaz, una ingeniera de minas, de 38 años, que desde hace 12 trabaja en una empresa del sector minero, dando rienda suelta al amor que siente por su profesión y su realización a nivel laboral.
Sin embargo, no ha dejado de lado la formación de una familia, que considera su prioridad y junto con su esposo tiene dos hijas; Sara de 4 años y Helena de 3 meses.
En este sentido, sus padres han sido un apoyo incondicional para la crianza de las pequeñas, ya que son sus abuelos quienes las acompañan en los días que si mamá debe trasladarse fuera para cumplir con sus labores.
A pesar de no tener todo el tiempo que quisiera para dedicárselo a las menores, reconoce que siempre que puede les demuestra la autoridad y evita ser tan complaciente para poder disciplinar sobre todo a la mayor.
Desde que estudió su carrera sabía que el rol que iba a tener suponía que se dividiera entre la pasión por su trabajo y el amor por su familia, que trata de equilibrar, pero no niega que el instinto maternal siempre gana. Algo que le ayuda en gran medida es que además de sus descansos, en la mitad de su rotación de trabajo tiene una tarde para visitar a las pequeñas.
De hecho, se ha abstenido de profundizar algún estudio en minería porque supondría estar más tiempo en su trabajo y ahora respeta su espacio para compartir incluso en la distancia con sus hijas.
Una matrona de las de antes, las que han criado generaciones basadas en la fe, la responsabilidad, honestidad y el servicio al otro. Así es Lilia Mercedes Rincones, quien hoy tiene 84 años, 4 hijos, 12 nietos y 10 bisnietos.
Oriunda de Fonseca, La Guajira, desde muy joven se dedicó a trabajar comercializando productos que compraba en Maicao para después vender en su tierra natal. En ese entonces recibió el apoyo permanente de su mamá Rafaela y sus hermanos Jaime y Camilo, quienes suplieron en gran medida la falta de un padre en el hogar con relación a la crianza de sus hijos Rafael, Edmundo, Sonia y María Marlene.
Contó con la tranquilidad de tener hijos muy maduros a temprana edad con los que no debió excederse en cuanto a las restricciones y llamados de atención.
Se ha encargado de enseñarles todo durante toda su vida, con una sonrisa característica y plantada en un solo lugar, puesto que como ella misma asegura “no manda recados”. Hoy disfruta de ver a cada uno de sus hijos realizados y enseña con el mismo amor a los más pequeños de su familia.
Guerrera y de retos, así es Issis Yimel Mendoza, quien a sus 32 años y siendo madre soltera de un menor de 11, siente pasión por el arbitraje de fútbol al cual se dedica hace algún tiempo.
Aunque podría resultar un gusto particular para una mujer, ella se encarga de romper estereotipos de la misma manera que hace frente a las responsabilidades que tiene en su rol de madre y cabeza de hogar. El modo en el que ve su labor en el campo de juego, para lo cual asegura se debe tener paciencia, pero también el carácter a fin de sortear situaciones difíciles en cualquier rectángulo, bien puede ser un lema aplicado a su vida diaria, en la que hace frente con determinación a cada reto que surge en el camino.
Asegura que su esfuerzo diario tendrá su recompensa en un abrir y cerrar de ojos, ya que sueña con estar en la élite del arbitraje mundial, donde admira a Pitana y Wilmer Roldán, reconocido árbitro nacido en Colombia.
En el Día de las Madres, Issi tiene su propio mensaje universal, no se desliga del sentimiento de mujer, pero sobre todo de un reto que simplifica el anhelo de llegar mientras tanto y como primer paso al pedestal del arbitraje colombiano.
Cada año se celebra el Día de las Madres para reconocer el esfuerzo y la entrega de las mujeres que, además de la crianza de los hijos, cumplen de diferentes roles en la sociedad. EL PILÓN hoy presenta a cuatro madres de diferentes perfiles, pero que coinciden en el amor incondicional por sus hijos.
Son muchas las personas que dicen que “madre solo hay una”, por la afinidad y el infinito amor que sienten hacia la mujer que les dio la vida, pero ciertamente aunque mamá es una sola, a cada una de las que se desempaña en esta faceta se les puede encontrar con diferentes características y situaciones.
Cada madre ha tenido que enfrentar circunstancias distintas y de acuerdo con su desarrollo como mujer son muchos los caminos que cada una puede seguir.
En eso también radica lo especial que son para sus hijos y sus familias en general, puesto que hay muchos ejemplos cargados de rasgos particulares que definen a cada mujer en cualquiera de sus roles, pero sobre todo en el que se celebra este fin de semana, el de dar apoyo, brindar compañía, respaldar y sacar adelante a los que más quiere, en ser luz y norte, en comprender y defender, el rol para que ninguna se prepara, pero que asumen con valentía, el ser madre.
Un inconveniente médico en un proceso que recibía Fernando José Farfán Flórez, ha tenido efectos profundos de los cuales el pequeño aún no se recupera totalmente. Desde entonces, su madre Kellys Flórez Arias ha volcado su vida enteramente a brindarle las atenciones que el pequeño necesita.
Kellys es madre de otros dos niños, Daniel, de 15 años, y Sara Sofía de 8. Antes de que sucediera el imprevisto de su hijo, laboraba como médico para una EPS. Sin embargo, a partir del fallo médico que ha llevado a su hijo a perder la movilidad y el habla, esta mujer de 45 años se ha convertido en las manos, los pies y los ojos del infante. Lo hace todo por él, desde bañarlo hasta darle cada una de sus comidas y se implica fervorosamente en cada una de las terapias que debe recibir para que logre una recuperación paulatina.
Este cambio lo ha vivido tanto ella como su familia, ya que el padre Luis Fernando ha pasado a ser el único proveedor en el hogar y sus hijos han visto que todas las atenciones están puestas en su hermano. De hecho, Daniel y Sara también se han implicado en el proceso de Fernando José, al que ayudan con algunos ejercicios y acompañan en determinados momentos en los que Kellys no puede estar.
Ella, en algunos momentos, siente desesperanza y frustración, pero se ha aferrado a su confianza en Dios en quien tiene puestas todas sus esperanzas para superar este difícil momento que atraviesan, pero reconoce que se ha tratado de una experiencia edificante que le ha ayuda a ser mejor ser humano y también a apoyar a otras madres que como ella se esfuerzan diariamente por el bienestar de sus pequeños.
Algo que define a las madres es su pasión y entrega tanto por sus hijos como por los retos que se han trazado en su vida con metas personales y profesionales que persiguen de manera permanente.
Esto ha hecho Eliana Díaz, una ingeniera de minas, de 38 años, que desde hace 12 trabaja en una empresa del sector minero, dando rienda suelta al amor que siente por su profesión y su realización a nivel laboral.
Sin embargo, no ha dejado de lado la formación de una familia, que considera su prioridad y junto con su esposo tiene dos hijas; Sara de 4 años y Helena de 3 meses.
En este sentido, sus padres han sido un apoyo incondicional para la crianza de las pequeñas, ya que son sus abuelos quienes las acompañan en los días que si mamá debe trasladarse fuera para cumplir con sus labores.
A pesar de no tener todo el tiempo que quisiera para dedicárselo a las menores, reconoce que siempre que puede les demuestra la autoridad y evita ser tan complaciente para poder disciplinar sobre todo a la mayor.
Desde que estudió su carrera sabía que el rol que iba a tener suponía que se dividiera entre la pasión por su trabajo y el amor por su familia, que trata de equilibrar, pero no niega que el instinto maternal siempre gana. Algo que le ayuda en gran medida es que además de sus descansos, en la mitad de su rotación de trabajo tiene una tarde para visitar a las pequeñas.
De hecho, se ha abstenido de profundizar algún estudio en minería porque supondría estar más tiempo en su trabajo y ahora respeta su espacio para compartir incluso en la distancia con sus hijas.
Una matrona de las de antes, las que han criado generaciones basadas en la fe, la responsabilidad, honestidad y el servicio al otro. Así es Lilia Mercedes Rincones, quien hoy tiene 84 años, 4 hijos, 12 nietos y 10 bisnietos.
Oriunda de Fonseca, La Guajira, desde muy joven se dedicó a trabajar comercializando productos que compraba en Maicao para después vender en su tierra natal. En ese entonces recibió el apoyo permanente de su mamá Rafaela y sus hermanos Jaime y Camilo, quienes suplieron en gran medida la falta de un padre en el hogar con relación a la crianza de sus hijos Rafael, Edmundo, Sonia y María Marlene.
Contó con la tranquilidad de tener hijos muy maduros a temprana edad con los que no debió excederse en cuanto a las restricciones y llamados de atención.
Se ha encargado de enseñarles todo durante toda su vida, con una sonrisa característica y plantada en un solo lugar, puesto que como ella misma asegura “no manda recados”. Hoy disfruta de ver a cada uno de sus hijos realizados y enseña con el mismo amor a los más pequeños de su familia.
Guerrera y de retos, así es Issis Yimel Mendoza, quien a sus 32 años y siendo madre soltera de un menor de 11, siente pasión por el arbitraje de fútbol al cual se dedica hace algún tiempo.
Aunque podría resultar un gusto particular para una mujer, ella se encarga de romper estereotipos de la misma manera que hace frente a las responsabilidades que tiene en su rol de madre y cabeza de hogar. El modo en el que ve su labor en el campo de juego, para lo cual asegura se debe tener paciencia, pero también el carácter a fin de sortear situaciones difíciles en cualquier rectángulo, bien puede ser un lema aplicado a su vida diaria, en la que hace frente con determinación a cada reto que surge en el camino.
Asegura que su esfuerzo diario tendrá su recompensa en un abrir y cerrar de ojos, ya que sueña con estar en la élite del arbitraje mundial, donde admira a Pitana y Wilmer Roldán, reconocido árbitro nacido en Colombia.
En el Día de las Madres, Issi tiene su propio mensaje universal, no se desliga del sentimiento de mujer, pero sobre todo de un reto que simplifica el anhelo de llegar mientras tanto y como primer paso al pedestal del arbitraje colombiano.