Como el conocido cuento de ‘La cenicienta’, aquel en el que una muchacha huérfana que vive con su malvada madrastra es obligada a ser su sirvienta, hasta que un hada madrina la convierte en princesa para que asista al baile del príncipe, así vivió el club Lycans su historia en el Campeonato Nacional Súper 12 de rugby que culminó este domingo en Valledupar.

Si bien en el ‘cuento’ del equipo vallenato no hubo un hada que lo convirtiera de la noche a la mañana en un conjunto competitivo, el trabajo duro y organizado fue su ‘varita mágica’ para poder vestirse a la altura del ‘baile’ de los mejores de este deporte en el país.

Poco faltó para coronar un final perfecto y feliz, pero el segundo puesto de Lycans significa casi un título teniendo en cuenta la calidad de rivales que enfrentó y lo apretado del encuentro ante Fénix, uno de los equipos referentes del rugby nacional.  

“Éramos una sorpresa, nosotros no existíamos para el rugby del país, nos hemos construido como club todos estos años y este es el fruto de años de trabajo; creemos que esto se ha conseguido gracias a un proceso largo y muy juicioso; para hoy decir acá estamos, Valledupar existe en el rugby”, afirma José Bendeck, entrenador del cuadro vallenato.

Este sueño que hoy vive este deporte a nivel local inició con los clasificatorios en Riohacha, donde los vallenatos derrotaron a delegaciones de La Guajira, Cartagena y Barranquilla para asegurarse, para sorpresa de todos, un lugar en el evento en la capital del Cesar.  Ya eran ganadores. 

Sin embargo, no se conformaron con llegar de simples participantes al evento final y, a base de trabajo duro y en conjunto con profesionales de otros campos del deporte, sorprendieron a sus rivales tanto de Bogotá como del Valle del Cauca y Norte de Santander.

“Un trabajo integral entre la parte de la preparación física, parte técnico-táctica, los fisioterapeutas, es todo un equipo trabajando, no solo los jugadores, un equipo interdisciplinario trabajando para obtener resultados.  El poder tener entrenadores en cada área nos ha llevado a elevar nuestro nivel”, resalta Bendeck.

DE TÚ A TÚ CONTRA LOS MEJORES

El 17-10 -un marcador bastante reñido en rugby- además de la explosión de las gradas fueron la muestra que en la cancha Galo Celedón del barrio Panamá el local jugó de tú a tú con uno de los mejores del país.

“En el pasado torneo quedamos muy abajo, era un reto para nosotros subir en el escalafón, mejorar posicionalmente en el país y es un orgullo, me siento muy orgulloso por mi club, seguiremos trabajando, esto no termina acá, la próxima vamos por el primer puesto”, dijo Miguel Ruiz, jugador de Lycans, al finalizar el encuentro ante los antioqueños.

‘MERECEMOS SER MÁS APOYADOS’

A pesar de los buenos resultados en los últimos meses, como cualquier deporte que inicia, Lycans necesita más apoyo de los entes gubernamentales y así seguir plasmando en la cancha el trabajo del día a día.  “Por donde se le mire merecemos ser apoyados y estamos demostrando eso”, resalta Bendeck.

Además, el buen resultado abre más espacio a deportistas del Cesar para futuras convocatorias al combinado nacional, así como mayor capacitación para entrenadores de esta región del país

Al respecto opinó el entrenador departamental y asistente de selección Colombia en los pasados Bolivarianos, César Pineda, quien confirmó que el rugby cesarense va “por buen camino”.  “Es satisfactorio, para continuar, todo esto post-pandémico ha sido bastante difícil reconstruir todo el trabajo que veníamos haciendo.  Este resultado nos da mucho ánimo de continuar trabajando y esperar que nos sigan abriendo más puertas, vamos por buen camino”, dijo. 

El reto del rugby vallenato no termina con el campeonato de clubes y ahora todas sus fuerzas se enfocan en los clasificatorios a los Juegos Deportivos Nacionales donde confían plenamente en clasificar y, posteriormente, superar el quinto lugar obtenido en las pasadas justas.  

La cita será en Cúcuta, donde los rivales quizás ya no vean a Lycans como ‘cenicientas’, pero con esa ‘varita mágica’ del trabajo, respaldados por un apoyo -ojalá decidido- de los gobiernos de turno, buscarán convertir a Valledupar en un ‘reino’ del rugby colombiano.