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Columnista - 12 junio, 2011

Luis Alberto

P E R I S C O P I O Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ Estaba dispuesto a iniciar el artículo referente a las incidencias políticas aquí en la campaña presidencial para las elecciones del mes de octubre en la República  Argentina, pero recibí un llamado de un familiar que me informó que los directivos capitalinos […]

P E R I S C O P I O

Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ

Estaba dispuesto a iniciar el artículo referente a las incidencias políticas aquí en la campaña presidencial para las elecciones del mes de octubre en la República  Argentina, pero recibí un llamado de un familiar que me informó que los directivos capitalinos del partido de la U, después de larga incertidumbre. habían elegido a Luis Alberto Monsalvo como candidato único a la Gobernación del Cesar en las elecciones del próximo 30 de octubre.
La primera pregunta que surge es por qué tuvieron los señores directivos capitalinos que dirimir esa cuestión cuando, se supone  que eso debía depender de los directivos departamentales de ese partido ya que el cargo a que aspiran es el primero, pero en el departamento, no en la Nación. Se abrogaron los capitalinos  competencias que no les correspondían o fue tanta la incompetencia o la parcialidad de los seccionales, en contra del mejor, que tuvieron los capitalinos que intervenir para salvar la situación?.
Tenía que saberse que de no elegir al “primus inter pares” la posición corría peligro  y que de lo que se trata es de ganar y no de complacer deseos sin el respaldo político respectivo, ni la capacidad para el desempeño administrativo posterior en forma correcta, como lo exige a viva voz el país después de tantas situaciones adversas que hemos contemplado en los últimos tiempos.
De todas maneras, es mejor que haya sucedido así y que haya sido la más alta dignidad del partido que él escogió, quien lo haya designado como su representante. A partir de su posesión, si lo respaldan como corresponde y no priman en el accionar las envidias, venganzas y revanchitas, sino que vamos todos en aluvión, tendremos, estoy seguro, el mejor administrador del departamento del Cesar que hasta ahora hemos soñado.
¿Por qué ?  Porque L.A.M. es un muchacho inteligente que sabe que los libros no muerden sino que enseñan, por eso se ha dedicado a ellos porque además sabe que no hay mejor compañero que un buen libro, porque además tiene la pasión por la administración, profesión que estudió para administrar y rendir cuentas de lo que administra, es un estudioso de lo que le gusta y le ha sacado a los libros infinidad de conocimientos; me cuentan que su padre, que es un ganadero de los más importantes del departamento del Cesar, cuando quiere saber algo de sus fincas o del ganado que tiene en ellas, sólo toca una tecla en el computador y todo le aparece referente a lo que solicita; todo eso se lo organizó Luis Alberto y dicen que así quiere poner a funcionar al Cesar. Que así sea.
Del político populachero, que habla hasta por los codos, que promete de todo y se compromete a llevar a cabo todo, que es, en términos  generales el   promedio de nuestros políticos, hay un largo trecho; un trecho enorme, con Luis Alberto porque él prefiere pasar de tímido antes que hablar futilezas, pero si lo quiere escuchar, háblele de algún proyecto concreto especialmente si éste va a ser benéfico para la comunidad y verá cómo se entusiasma y comienza a discernir con criterio acerca del tema.
Pero claro que el éxito de su gestión no dependerá de lo que pueda hacer él solo y él lo sabe; dependerá de que pueda conformar un equipo de trabajo con gente entusiasta, capacitada y convencida que el grano de arena que cada cual aporte será decisivo para el crecimiento y posterior desarrollo del departamento y – aunado a eso-, una honradez a toda prueba y una lealtad inquebrantable hacia el pueblo del Cesar. Cualquiera de estos factores que falle, echa al traste las mejores intenciones de redención para nuestras gentes; pero, insisto: el Cesar cuenta con profesionales de gran calidad,  alto espíritu cívico y buena voluntad de trabajo que hasta ahora no han intervenido en la vida pública porque parece que los escogidos están en un cerco cerrado que no permite ninguna apertura al exterior. Eso hay que acabarlo de una vez por todas pues como dijo el poeta “la vida es una copa para todos llena”.
Yo sé que si estuviera en Valledupar, mucha gente al encontrarse conmigo me preguntaría, como hace mucho tiempo lo hacen para las elecciones, por quién vamos a votar?  Desde aquí les digo que mi elección será con Luis Alberto Monsalvo para la Gobernación del Cesar y por Gonzalo Gómez para la Alcaldía de Valledupar, que representa a mi partido, al glorioso Partido Liberal.
Les digo esto a los amigos para que a la hora de mi regreso no los encuentre comprometidos con otras candidaturas, porque como alguna vez dijera mi filósofo de cabecera don Quinki Molina, “ la ropa que se va a planchar, hay que remojarla es temprano”.
Este par de muchachos pertenecen a esa clase que hemos descrito más arriba con deseos de trabajar y entiendo que se la llevan bien entre ellos, lo que de antemano nos asegura la armonía necesaria para el funcionamiento de las dos entidades que dirigirán, evitándonos el mal espectáculo que hemos tenido en anteriores administraciones peleándose entre Alcalde y Gobernador, como si fueran perro y gato  y no mandatarios elegidos por el mismo pueblo.

Columnista
12 junio, 2011

Luis Alberto

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jaime Gnecco Hernandez

P E R I S C O P I O Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ Estaba dispuesto a iniciar el artículo referente a las incidencias políticas aquí en la campaña presidencial para las elecciones del mes de octubre en la República  Argentina, pero recibí un llamado de un familiar que me informó que los directivos capitalinos […]


P E R I S C O P I O

Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ

Estaba dispuesto a iniciar el artículo referente a las incidencias políticas aquí en la campaña presidencial para las elecciones del mes de octubre en la República  Argentina, pero recibí un llamado de un familiar que me informó que los directivos capitalinos del partido de la U, después de larga incertidumbre. habían elegido a Luis Alberto Monsalvo como candidato único a la Gobernación del Cesar en las elecciones del próximo 30 de octubre.
La primera pregunta que surge es por qué tuvieron los señores directivos capitalinos que dirimir esa cuestión cuando, se supone  que eso debía depender de los directivos departamentales de ese partido ya que el cargo a que aspiran es el primero, pero en el departamento, no en la Nación. Se abrogaron los capitalinos  competencias que no les correspondían o fue tanta la incompetencia o la parcialidad de los seccionales, en contra del mejor, que tuvieron los capitalinos que intervenir para salvar la situación?.
Tenía que saberse que de no elegir al “primus inter pares” la posición corría peligro  y que de lo que se trata es de ganar y no de complacer deseos sin el respaldo político respectivo, ni la capacidad para el desempeño administrativo posterior en forma correcta, como lo exige a viva voz el país después de tantas situaciones adversas que hemos contemplado en los últimos tiempos.
De todas maneras, es mejor que haya sucedido así y que haya sido la más alta dignidad del partido que él escogió, quien lo haya designado como su representante. A partir de su posesión, si lo respaldan como corresponde y no priman en el accionar las envidias, venganzas y revanchitas, sino que vamos todos en aluvión, tendremos, estoy seguro, el mejor administrador del departamento del Cesar que hasta ahora hemos soñado.
¿Por qué ?  Porque L.A.M. es un muchacho inteligente que sabe que los libros no muerden sino que enseñan, por eso se ha dedicado a ellos porque además sabe que no hay mejor compañero que un buen libro, porque además tiene la pasión por la administración, profesión que estudió para administrar y rendir cuentas de lo que administra, es un estudioso de lo que le gusta y le ha sacado a los libros infinidad de conocimientos; me cuentan que su padre, que es un ganadero de los más importantes del departamento del Cesar, cuando quiere saber algo de sus fincas o del ganado que tiene en ellas, sólo toca una tecla en el computador y todo le aparece referente a lo que solicita; todo eso se lo organizó Luis Alberto y dicen que así quiere poner a funcionar al Cesar. Que así sea.
Del político populachero, que habla hasta por los codos, que promete de todo y se compromete a llevar a cabo todo, que es, en términos  generales el   promedio de nuestros políticos, hay un largo trecho; un trecho enorme, con Luis Alberto porque él prefiere pasar de tímido antes que hablar futilezas, pero si lo quiere escuchar, háblele de algún proyecto concreto especialmente si éste va a ser benéfico para la comunidad y verá cómo se entusiasma y comienza a discernir con criterio acerca del tema.
Pero claro que el éxito de su gestión no dependerá de lo que pueda hacer él solo y él lo sabe; dependerá de que pueda conformar un equipo de trabajo con gente entusiasta, capacitada y convencida que el grano de arena que cada cual aporte será decisivo para el crecimiento y posterior desarrollo del departamento y – aunado a eso-, una honradez a toda prueba y una lealtad inquebrantable hacia el pueblo del Cesar. Cualquiera de estos factores que falle, echa al traste las mejores intenciones de redención para nuestras gentes; pero, insisto: el Cesar cuenta con profesionales de gran calidad,  alto espíritu cívico y buena voluntad de trabajo que hasta ahora no han intervenido en la vida pública porque parece que los escogidos están en un cerco cerrado que no permite ninguna apertura al exterior. Eso hay que acabarlo de una vez por todas pues como dijo el poeta “la vida es una copa para todos llena”.
Yo sé que si estuviera en Valledupar, mucha gente al encontrarse conmigo me preguntaría, como hace mucho tiempo lo hacen para las elecciones, por quién vamos a votar?  Desde aquí les digo que mi elección será con Luis Alberto Monsalvo para la Gobernación del Cesar y por Gonzalo Gómez para la Alcaldía de Valledupar, que representa a mi partido, al glorioso Partido Liberal.
Les digo esto a los amigos para que a la hora de mi regreso no los encuentre comprometidos con otras candidaturas, porque como alguna vez dijera mi filósofo de cabecera don Quinki Molina, “ la ropa que se va a planchar, hay que remojarla es temprano”.
Este par de muchachos pertenecen a esa clase que hemos descrito más arriba con deseos de trabajar y entiendo que se la llevan bien entre ellos, lo que de antemano nos asegura la armonía necesaria para el funcionamiento de las dos entidades que dirigirán, evitándonos el mal espectáculo que hemos tenido en anteriores administraciones peleándose entre Alcalde y Gobernador, como si fueran perro y gato  y no mandatarios elegidos por el mismo pueblo.