La mujer de 82 años, estaba sentada en la puerta de su casa en el barrio Villa Miriam, cuando resultó herida por el disparo que hizo un atracador.
Para Victoria Ferreira Pardo, después de 25 años, se acabó la costumbre de sentarse todas las tardes en la puerta de su residencia, ubicada en la parte trasera de la Institución Educativa Daniel Tapias Pico, manzana 10 casa 16 del barrio Villa Miriam, al suroccidente de Valledupar.
La mujer vivió una verdadera noche de terror que marcó su vida para siempre. Eran las 8:00 de la noche, recuerda que por la calle a cada momento pasaban superhéroes, pero ninguno pudo contener al delincuente que la hirió con un impacto de bala, puesto que se trataba de niños disfrazados que pedían dulces en la noche Halloween.
“Yo no me di cuenta qué estaba pasando, no vi, estaba de espalda cuando sentí el golpe y pensé que era alguna cosa grande que me habían tirado. Reaccioné y le dije a mi hijo: estoy herida”, relató la octogenaria.
Silfrido Pérez, acompañaba a su madre Victoria en el momento de la balacera registrada a escasos 40 metros de donde ellos estaban sentados y relató los angustiosos momentos que vivieron.
“Vi el tipo que está apuntando, encañonó a una muchacha, se bajó de la moto para quitarle el celular y cuando lo veo es disparando a la loca, porque al parecer otra persona estaba armada y lo enfrentó”, contó.
Vecinos y familiares al ver a doña Victoria herida, la trasladaron hasta la sede del Hospital Eduardo Arredondo, en el Centro de Desarrollo Vecinal, CDV, donde los médicos prefirieron no extraerle la bala, debido a la avanzada edad de la mujer que además es hipertensa.
“La tenemos aquí en la casa porque los médicos dicen que vamos a esperar 10 días a que esto desinflame para hacerle una cirugía ambulatoria. Ellos quedaron extrañados porque la bala conforme le pasó por la espalda no le tocó la médula espinal, ni columna vertebral, es decir, que mi mamá está viva de milagro”, dijo Nurys Pérez, hija de doña Victoria.
Hoy, cinco días después del hecho, Victoria agradece que el proyectil que le ingresó por el lado derecho de su espalda se le alojó en el hombro izquierdo y no acabó con sus 82 años de existencia.
Atemorizada
Victoria Ferreira Pardo, es oriunda de Plato, Magdalena. Hace 38 años se vino a vivir en Valledupar y lleva 25 en el barrio Villa Miriam, donde asegura que difícilmente volverá a sentarse en la puerta porque cuando se acerca a la venta recuerda la aterradora escena que vivió el pasado 31 de octubre, por cuenta de la inseguridad que pulula en el sector.
“Mi costumbre es que tipo cinco o seis de la tarde me pongo a hablar con los vecinos, a esperar a mi hijo y me siento con mi nieta, porque como nada debo, nada temo; pero con esto que me pasó no creo que me vuelva a sentarme en la puerta”, afirmó.
Recordó que Valledupar ha cambiado mucho en materia de seguridad, porque “ahora si está grave, cuando yo vine esto estaba sano, era quieto, pero ahora no tiene comparación”.
No es percepción
Según encuestas realizadas por el programa de Valledupar Cómo Vamos, en esta capital cada día hay más personas como doña Victoria que aseguran que la ciudad es insegura.
“Las autoridades hablan de que es tema de percepción, pero ocurre que lo que uno no percibe no existe”, expresó Gabriel Campillo, coordinador de este programa que se dedica a hacer seguimiento y evaluación de la calidad de los vallenatos.
Agregó, que el 63% de los casos de hurtos en sus diferentes modalidades no son denunciados.
Por Redacción Judicial / EL PILÓN
La mujer de 82 años, estaba sentada en la puerta de su casa en el barrio Villa Miriam, cuando resultó herida por el disparo que hizo un atracador.
Para Victoria Ferreira Pardo, después de 25 años, se acabó la costumbre de sentarse todas las tardes en la puerta de su residencia, ubicada en la parte trasera de la Institución Educativa Daniel Tapias Pico, manzana 10 casa 16 del barrio Villa Miriam, al suroccidente de Valledupar.
La mujer vivió una verdadera noche de terror que marcó su vida para siempre. Eran las 8:00 de la noche, recuerda que por la calle a cada momento pasaban superhéroes, pero ninguno pudo contener al delincuente que la hirió con un impacto de bala, puesto que se trataba de niños disfrazados que pedían dulces en la noche Halloween.
“Yo no me di cuenta qué estaba pasando, no vi, estaba de espalda cuando sentí el golpe y pensé que era alguna cosa grande que me habían tirado. Reaccioné y le dije a mi hijo: estoy herida”, relató la octogenaria.
Silfrido Pérez, acompañaba a su madre Victoria en el momento de la balacera registrada a escasos 40 metros de donde ellos estaban sentados y relató los angustiosos momentos que vivieron.
“Vi el tipo que está apuntando, encañonó a una muchacha, se bajó de la moto para quitarle el celular y cuando lo veo es disparando a la loca, porque al parecer otra persona estaba armada y lo enfrentó”, contó.
Vecinos y familiares al ver a doña Victoria herida, la trasladaron hasta la sede del Hospital Eduardo Arredondo, en el Centro de Desarrollo Vecinal, CDV, donde los médicos prefirieron no extraerle la bala, debido a la avanzada edad de la mujer que además es hipertensa.
“La tenemos aquí en la casa porque los médicos dicen que vamos a esperar 10 días a que esto desinflame para hacerle una cirugía ambulatoria. Ellos quedaron extrañados porque la bala conforme le pasó por la espalda no le tocó la médula espinal, ni columna vertebral, es decir, que mi mamá está viva de milagro”, dijo Nurys Pérez, hija de doña Victoria.
Hoy, cinco días después del hecho, Victoria agradece que el proyectil que le ingresó por el lado derecho de su espalda se le alojó en el hombro izquierdo y no acabó con sus 82 años de existencia.
Atemorizada
Victoria Ferreira Pardo, es oriunda de Plato, Magdalena. Hace 38 años se vino a vivir en Valledupar y lleva 25 en el barrio Villa Miriam, donde asegura que difícilmente volverá a sentarse en la puerta porque cuando se acerca a la venta recuerda la aterradora escena que vivió el pasado 31 de octubre, por cuenta de la inseguridad que pulula en el sector.
“Mi costumbre es que tipo cinco o seis de la tarde me pongo a hablar con los vecinos, a esperar a mi hijo y me siento con mi nieta, porque como nada debo, nada temo; pero con esto que me pasó no creo que me vuelva a sentarme en la puerta”, afirmó.
Recordó que Valledupar ha cambiado mucho en materia de seguridad, porque “ahora si está grave, cuando yo vine esto estaba sano, era quieto, pero ahora no tiene comparación”.
No es percepción
Según encuestas realizadas por el programa de Valledupar Cómo Vamos, en esta capital cada día hay más personas como doña Victoria que aseguran que la ciudad es insegura.
“Las autoridades hablan de que es tema de percepción, pero ocurre que lo que uno no percibe no existe”, expresó Gabriel Campillo, coordinador de este programa que se dedica a hacer seguimiento y evaluación de la calidad de los vallenatos.
Agregó, que el 63% de los casos de hurtos en sus diferentes modalidades no son denunciados.
Por Redacción Judicial / EL PILÓN