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Columnista - 30 junio, 2016

Lucho Gómez, una referencia en La Guajira

Si hubiera un dios vengador como el que destruyó a Sodoma por su perversión sexual según la Biblia, ya la esquilmada Guajira habría recibido su castigo pero por el saqueo de 50 personas que hace tiempo se tomaron ese territorio, sometiéndolo a sangre y fuego como en la conquista española, dejando una estela de muertes […]

Boton Wpp

Si hubiera un dios vengador como el que destruyó a Sodoma por su perversión sexual según la Biblia, ya la esquilmada Guajira habría recibido su castigo pero por el saqueo de 50 personas que hace tiempo se tomaron ese territorio, sometiéndolo a sangre y fuego como en la conquista española, dejando una estela de muertes y miseria.

Los indicadores socio-económicos de La Guajira son como los del África subsahariana. El dinero de las regalías llega por montones pero no se ve, que lo digan los wayuu que ven morir a todos sus niños por desnutrición y sed.

¿De qué le sirve a una región tener tanto carbón, gas y sal si las regalías no cumplen su función social? La Guajira recibió, entre 1990 y 2007, $7.1 billones a precios de 2009, por concepto de regalías y entre 2011 y 2015 recibió $1.03 billones. Si sumáramos lo correspondiente al periodo 2008/2010, podríamos decir que ha recibido alrededor de $9 billones, suficientes para tenerla como una vitrina, más lo que vemos es desolación y ruina.

La Guajira requiere de una reingeniería moral, hay que cortar las ataduras del pillaje y de la corrupción; hay que sembrar las regalías cuyo horizonte finaliza, una nueva clase política participativa debe corregir su rumbo, el elector guajiro debe reflexionar, el sistema electoral aquí es una alcantarilla; en La Jagua del Pilar, p.ej., un voto se transa hasta en un millón de pesos, dinero que viene de las regalías.

Lucho Gómez Pimienta, exvice ministro de salud de Antonio Navarro, un médico y viejo luchador por las causas sociales, apabullado por la fuerza de las chequeras que dan las regalías, debe ser la alternativa obligada para suceder a Oneida Pinto en la gobernación del departamento; uno de los pocos que puede curar las llagas dejadas por unos filibusteros carroñeros que han saqueado la península, hoy presos algunos, muertos otros pero que desde la tumba dirigen la política. Lucho Gómez ha intentado varias veces servirle a su región desde la decencia, siempre ha estado comprometido con las necesidades de su gente pero las sordinas de un raro mundo no lo han valorado; esta vez sí deben hacerlo.

La Guajira debe planificar su economía pos minera, educar a su gente es una prioridad; Singapur, con menos potencialidades que La Guajira, se hizo una potencia económica en 50 años, con su único activo, su gente. En esta Guajira, que altanera penetra en el mar como dijo el jaguero Rafael Manjarrez, el cantor del Marquezote, es mucho lo que se puede hacer y ofrecer. Creo que le llegó el turno a la decencia, no más traquetos.

Columnista
30 junio, 2016

Lucho Gómez, una referencia en La Guajira

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Napoleón de Armas P.

Si hubiera un dios vengador como el que destruyó a Sodoma por su perversión sexual según la Biblia, ya la esquilmada Guajira habría recibido su castigo pero por el saqueo de 50 personas que hace tiempo se tomaron ese territorio, sometiéndolo a sangre y fuego como en la conquista española, dejando una estela de muertes […]


Si hubiera un dios vengador como el que destruyó a Sodoma por su perversión sexual según la Biblia, ya la esquilmada Guajira habría recibido su castigo pero por el saqueo de 50 personas que hace tiempo se tomaron ese territorio, sometiéndolo a sangre y fuego como en la conquista española, dejando una estela de muertes y miseria.

Los indicadores socio-económicos de La Guajira son como los del África subsahariana. El dinero de las regalías llega por montones pero no se ve, que lo digan los wayuu que ven morir a todos sus niños por desnutrición y sed.

¿De qué le sirve a una región tener tanto carbón, gas y sal si las regalías no cumplen su función social? La Guajira recibió, entre 1990 y 2007, $7.1 billones a precios de 2009, por concepto de regalías y entre 2011 y 2015 recibió $1.03 billones. Si sumáramos lo correspondiente al periodo 2008/2010, podríamos decir que ha recibido alrededor de $9 billones, suficientes para tenerla como una vitrina, más lo que vemos es desolación y ruina.

La Guajira requiere de una reingeniería moral, hay que cortar las ataduras del pillaje y de la corrupción; hay que sembrar las regalías cuyo horizonte finaliza, una nueva clase política participativa debe corregir su rumbo, el elector guajiro debe reflexionar, el sistema electoral aquí es una alcantarilla; en La Jagua del Pilar, p.ej., un voto se transa hasta en un millón de pesos, dinero que viene de las regalías.

Lucho Gómez Pimienta, exvice ministro de salud de Antonio Navarro, un médico y viejo luchador por las causas sociales, apabullado por la fuerza de las chequeras que dan las regalías, debe ser la alternativa obligada para suceder a Oneida Pinto en la gobernación del departamento; uno de los pocos que puede curar las llagas dejadas por unos filibusteros carroñeros que han saqueado la península, hoy presos algunos, muertos otros pero que desde la tumba dirigen la política. Lucho Gómez ha intentado varias veces servirle a su región desde la decencia, siempre ha estado comprometido con las necesidades de su gente pero las sordinas de un raro mundo no lo han valorado; esta vez sí deben hacerlo.

La Guajira debe planificar su economía pos minera, educar a su gente es una prioridad; Singapur, con menos potencialidades que La Guajira, se hizo una potencia económica en 50 años, con su único activo, su gente. En esta Guajira, que altanera penetra en el mar como dijo el jaguero Rafael Manjarrez, el cantor del Marquezote, es mucho lo que se puede hacer y ofrecer. Creo que le llegó el turno a la decencia, no más traquetos.