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Editorial - 17 marzo, 2012

Los universitarios al tablero

Poca divulgación han recibido los resultados de las llamadas Pruebas Saber Pro de 2011, aplicadas por el Icfes el año pasado a unos 146 mil estudiantes del nivel superior en todo el país, revelados por esa entidad y el Ministerio de Educación Nacional, en un evento realizado esta semana en Santa Marta. Aunque hay que […]

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Poca divulgación han recibido los resultados de las llamadas Pruebas Saber Pro de 2011, aplicadas por el Icfes el año pasado a unos 146 mil estudiantes del nivel superior en todo el país, revelados por esa entidad y el Ministerio de Educación Nacional, en un evento realizado esta semana en Santa Marta.
Aunque hay que advertir que se trata sólo de un instrumento de evaluación, dentro de un conjunt, y que  el mismo se encuentra todavía en etapa de transición, el mismo arroja interesantes y preocupantes conclusiones generales sobre algunos aspectos de la calidad de la educación superior en el país.
El estudio evaluó a un grupo importantes de estudiantes de las áreas de medicina y salud, derecho, ciencias económicas y administrativas, educación, comunicación social, periodismo y publicidad. Los estudiantes presentan problemas en comprensión de lectura (lectura crítica), habilidades para resolver problemas numéricos sencillos y  dominio del inglés.
En términos generales sólo el 40 por ciento, es decir menos de la mitad, de los futuros profesionales tienen niveles aceptables de escritura; del 60 por ciento que no logra ese desempeño, un 23 por ciento tiene problemas de manejo del lenguaje o presentan ideas que pueden ser incoherentes y desarticuladas. Los de mejor desempeño en esta área se encuentran en ciencias sociales, humanidades, comunicación social y periodismo.
Sólo uno de cada cinco, aproximadamente, de los universitarios  demuestra un nivel de inglés que le permita comunicarse de forma efectiva en este idioma. Nos les fue muy bien a los estudiantes de licenciaturas, lo que se considera bien preocupante si se tiene en cuenta que estos son los futuros docentes del país.
En opinión de la directora del Icfes, Margarita Peña, los resultados indican e identifican serias deficiencias en los futuros profesionales de Colombia, pues evalúan la capacidad de los estudiantes para desempeñarse en cualquier campo y deben tomarse como una señal de alarma sobre la preparación de estos.
Todas las pruebas que permitan medir la calidad de la educación en el país, en todos sus niveles son bienvenidas y ojalá no se queden en documentos guardados en los despachos oficiales sino que sean divulgados debidamente, para su análisis y discusión. Esto tanto para el caso de la educación superior, como para la llamada básica, que incluye primaria y bachillerato.
El problema de la calidad de la educación del país es un tema del cual se habla mucho, pero sobre el cual se actúa poco. Colombia ha hecho un gran esfuerzo en materia de cobertura educativa, pero en calidad las mejoras son desiguales y sólo se han concentrado en algunos colegios y universidades privadas y de estratos altos.
Los problemas de comprensión de lectura y escritura básica deben resolverse en el bachillerato, al igual que el análisis y solución de problemas básicos, incluyendo los numéricos. Resulta curioso que en una sociedad en la cual se tiene acceso a tanta información en tiempo real, gracias a las nuevas tecnologías, se presenten esas deficiencias en estas competencias y habilidades elementales.
En el caso del bilingüismo, hace mucho rato que el país viene hablando sobre la necesidad de intensificar las horas de estudio dedicadas el inglés, en los colegios públicos y privados, pero los avances son tímidos y limitados, lamentablemente.
Los problemas de la calidad de la educación del país deberían ser eje central de esta política social, teniendo en cuenta sus efectos en materia de competitividad, productividad, movilidad y equidad social. Estos son más pronunciados en las regiones y principalmente en zonas como la nuestra, la Costa Atlántica. Sería bueno que estos estudios fueran más divulgados y discutidos, y sobre los mismos el país organizara unas políticas serias integrales y de largo plazo, en vísperas del inicio de sesiones del Congreso de la República, donde se discutirá, como esperamos los colombianos, el proyecto de reforma a la educación superior retirado por el gobierno el año pasado, a raíz de las protestas de los estudiantes, pero que por ese hecho no se puede considerar un tema superado, sino que sigue siendo una asignatura pendiente en el sistema educativo del país.

Editorial
17 marzo, 2012

Los universitarios al tablero

Poca divulgación han recibido los resultados de las llamadas Pruebas Saber Pro de 2011, aplicadas por el Icfes el año pasado a unos 146 mil estudiantes del nivel superior en todo el país, revelados por esa entidad y el Ministerio de Educación Nacional, en un evento realizado esta semana en Santa Marta. Aunque hay que […]


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Poca divulgación han recibido los resultados de las llamadas Pruebas Saber Pro de 2011, aplicadas por el Icfes el año pasado a unos 146 mil estudiantes del nivel superior en todo el país, revelados por esa entidad y el Ministerio de Educación Nacional, en un evento realizado esta semana en Santa Marta.
Aunque hay que advertir que se trata sólo de un instrumento de evaluación, dentro de un conjunt, y que  el mismo se encuentra todavía en etapa de transición, el mismo arroja interesantes y preocupantes conclusiones generales sobre algunos aspectos de la calidad de la educación superior en el país.
El estudio evaluó a un grupo importantes de estudiantes de las áreas de medicina y salud, derecho, ciencias económicas y administrativas, educación, comunicación social, periodismo y publicidad. Los estudiantes presentan problemas en comprensión de lectura (lectura crítica), habilidades para resolver problemas numéricos sencillos y  dominio del inglés.
En términos generales sólo el 40 por ciento, es decir menos de la mitad, de los futuros profesionales tienen niveles aceptables de escritura; del 60 por ciento que no logra ese desempeño, un 23 por ciento tiene problemas de manejo del lenguaje o presentan ideas que pueden ser incoherentes y desarticuladas. Los de mejor desempeño en esta área se encuentran en ciencias sociales, humanidades, comunicación social y periodismo.
Sólo uno de cada cinco, aproximadamente, de los universitarios  demuestra un nivel de inglés que le permita comunicarse de forma efectiva en este idioma. Nos les fue muy bien a los estudiantes de licenciaturas, lo que se considera bien preocupante si se tiene en cuenta que estos son los futuros docentes del país.
En opinión de la directora del Icfes, Margarita Peña, los resultados indican e identifican serias deficiencias en los futuros profesionales de Colombia, pues evalúan la capacidad de los estudiantes para desempeñarse en cualquier campo y deben tomarse como una señal de alarma sobre la preparación de estos.
Todas las pruebas que permitan medir la calidad de la educación en el país, en todos sus niveles son bienvenidas y ojalá no se queden en documentos guardados en los despachos oficiales sino que sean divulgados debidamente, para su análisis y discusión. Esto tanto para el caso de la educación superior, como para la llamada básica, que incluye primaria y bachillerato.
El problema de la calidad de la educación del país es un tema del cual se habla mucho, pero sobre el cual se actúa poco. Colombia ha hecho un gran esfuerzo en materia de cobertura educativa, pero en calidad las mejoras son desiguales y sólo se han concentrado en algunos colegios y universidades privadas y de estratos altos.
Los problemas de comprensión de lectura y escritura básica deben resolverse en el bachillerato, al igual que el análisis y solución de problemas básicos, incluyendo los numéricos. Resulta curioso que en una sociedad en la cual se tiene acceso a tanta información en tiempo real, gracias a las nuevas tecnologías, se presenten esas deficiencias en estas competencias y habilidades elementales.
En el caso del bilingüismo, hace mucho rato que el país viene hablando sobre la necesidad de intensificar las horas de estudio dedicadas el inglés, en los colegios públicos y privados, pero los avances son tímidos y limitados, lamentablemente.
Los problemas de la calidad de la educación del país deberían ser eje central de esta política social, teniendo en cuenta sus efectos en materia de competitividad, productividad, movilidad y equidad social. Estos son más pronunciados en las regiones y principalmente en zonas como la nuestra, la Costa Atlántica. Sería bueno que estos estudios fueran más divulgados y discutidos, y sobre los mismos el país organizara unas políticas serias integrales y de largo plazo, en vísperas del inicio de sesiones del Congreso de la República, donde se discutirá, como esperamos los colombianos, el proyecto de reforma a la educación superior retirado por el gobierno el año pasado, a raíz de las protestas de los estudiantes, pero que por ese hecho no se puede considerar un tema superado, sino que sigue siendo una asignatura pendiente en el sistema educativo del país.