Por Gustavo Cotes Medina Esta semana en Cartagena será la última reunión de las delegaciones de Colombia y Corea del Sur para lograr una conclusión satisfactoria al Tratado de Libre Comercio, que significará el ingreso de nuestro país a la región de Asia Pacífico. El nuevo tratado estará consolidando a la Costa Caribe como un […]
Por Gustavo Cotes Medina
Esta semana en Cartagena será la última reunión de las delegaciones de Colombia y Corea del Sur para lograr una conclusión satisfactoria al Tratado de Libre Comercio, que significará el ingreso de nuestro país a la región de Asia Pacífico. El nuevo tratado estará consolidando a la Costa Caribe como un núcleo exportador muy fuerte para lo cual se necesita una buena infraestructura de comunicaciones con el centro del país.
La rehabilitación de la hidrovía del Magdalena es un modelo eficiente de comercio para lograr reducir en forma significativa los costos del transporte interno. Es así como esta vía navegable nos mostraría el camino correcto para dar un gran salto a la competitividad.
Se requieren puertos eficientes y especializados en contenedores, granel y cruceros para promover el turismo y manejar las cargas de volumen y de larga distancia por ferrocarril o por río. Para esto se necesita decisión política que reglamente el manejo de las cargas pesadas y extra pesadas.
El mundo globalizado está exigiendo el transporte multimodal o intermodal, lo más efectivo posible, para bajar los costos. Es responsabilidad del gobierno las hidrovías, el dragado continuo del río, los procesos de fiscalización y control, el escaneo de carga, la seguridad y el cumplimiento.
Pero todo lo anterior debe ser una suma de esfuerzos porque el mundo nos está obligando a organizarnos, con la colaboración que sea necesaria, para avanzar y asegurar que pueda darse el libre flujo de los tratados. Cualquier país quisiera tener una vía como el Magdalena y nosotros que la tenemos, le damos la espalda al Río de la patria.
El Tratado de Libre Comercio con Corea del Sur le puede abrir las puertas a la Región Caribe especialmente en los sectores ganadero y frutícola, mangos, papaya y melón. Puede ser una gran oportunidad desde el punto de vista industrial y agropecuario. La carne coreana es costosa, de cortes finos y aranceles muy altos lo que convierte a ese país en un nicho de mercado interesante. Los productores costeños van a tener que especializarse, segmentar sus mercados, diferenciar sus productos y preparar su capital humano. Si hacemos eso tendremos las puertas abiertas al Asia Pacífico.
La Región asiática está considerada como el mayor polo de crecimiento a escala global. El 48% de la población mundial se concentra en esta Región, que además representa el 23% del PIB y el 40% de la inversión extranjera directa. Se espera que esta semana en Cartagena se definan las diferencias existentes con los coreanos en el sector cárnico y los colombianos en el sector automotriz, para concretar la firma del TLC.
La bondad del tratado con Corea del Sur hay que medirlo por lo que beneficia a la economía en su conjunto y no solamente al sector afectado. Lógicamente, los acuerdos no pueden ser de una sola vía. En la sección de alimentos los coreanos tienen severas y exigentes restricciones de negociación.
Tendremos un tratado balanceado con economías complementarias donde el sector agropecuario colombiano dejaría de ser la cenicienta de los acuerdos comerciales. Según opiniones autorizadas, este tratado puede ser un proceso alentador y promisorio para la economía del país.
De acuerdo con los anuncios de INVÍAS, en la Región Caribe se estarán invirtiendo tres billones de pesos en los próximos tres años. En materia de vías del TLC, la región se encuentra bastante concesionada y todos los proyectos están en pleno desarrollo, incluyendo la doble calzada del Puente Pumarejo, para ponernos a tono con el buen momento que está viviendo la economía del país.
Con la puesta en vigor de los nuevos tratados, tenemos claro la importancia creciente de aprender otros idiomas agarrados de la mano con los desarrollos portuarios, la educación, innovación y tecnología, requisitos indispensables para poder competir. Estos serán los motores de nuestro crecimiento económico. Bernard, nos decía: “Si piensas que estás vencido, vencido estás. Si piensas que no te atreves, no lo harás”.
Por Gustavo Cotes Medina Esta semana en Cartagena será la última reunión de las delegaciones de Colombia y Corea del Sur para lograr una conclusión satisfactoria al Tratado de Libre Comercio, que significará el ingreso de nuestro país a la región de Asia Pacífico. El nuevo tratado estará consolidando a la Costa Caribe como un […]
Por Gustavo Cotes Medina
Esta semana en Cartagena será la última reunión de las delegaciones de Colombia y Corea del Sur para lograr una conclusión satisfactoria al Tratado de Libre Comercio, que significará el ingreso de nuestro país a la región de Asia Pacífico. El nuevo tratado estará consolidando a la Costa Caribe como un núcleo exportador muy fuerte para lo cual se necesita una buena infraestructura de comunicaciones con el centro del país.
La rehabilitación de la hidrovía del Magdalena es un modelo eficiente de comercio para lograr reducir en forma significativa los costos del transporte interno. Es así como esta vía navegable nos mostraría el camino correcto para dar un gran salto a la competitividad.
Se requieren puertos eficientes y especializados en contenedores, granel y cruceros para promover el turismo y manejar las cargas de volumen y de larga distancia por ferrocarril o por río. Para esto se necesita decisión política que reglamente el manejo de las cargas pesadas y extra pesadas.
El mundo globalizado está exigiendo el transporte multimodal o intermodal, lo más efectivo posible, para bajar los costos. Es responsabilidad del gobierno las hidrovías, el dragado continuo del río, los procesos de fiscalización y control, el escaneo de carga, la seguridad y el cumplimiento.
Pero todo lo anterior debe ser una suma de esfuerzos porque el mundo nos está obligando a organizarnos, con la colaboración que sea necesaria, para avanzar y asegurar que pueda darse el libre flujo de los tratados. Cualquier país quisiera tener una vía como el Magdalena y nosotros que la tenemos, le damos la espalda al Río de la patria.
El Tratado de Libre Comercio con Corea del Sur le puede abrir las puertas a la Región Caribe especialmente en los sectores ganadero y frutícola, mangos, papaya y melón. Puede ser una gran oportunidad desde el punto de vista industrial y agropecuario. La carne coreana es costosa, de cortes finos y aranceles muy altos lo que convierte a ese país en un nicho de mercado interesante. Los productores costeños van a tener que especializarse, segmentar sus mercados, diferenciar sus productos y preparar su capital humano. Si hacemos eso tendremos las puertas abiertas al Asia Pacífico.
La Región asiática está considerada como el mayor polo de crecimiento a escala global. El 48% de la población mundial se concentra en esta Región, que además representa el 23% del PIB y el 40% de la inversión extranjera directa. Se espera que esta semana en Cartagena se definan las diferencias existentes con los coreanos en el sector cárnico y los colombianos en el sector automotriz, para concretar la firma del TLC.
La bondad del tratado con Corea del Sur hay que medirlo por lo que beneficia a la economía en su conjunto y no solamente al sector afectado. Lógicamente, los acuerdos no pueden ser de una sola vía. En la sección de alimentos los coreanos tienen severas y exigentes restricciones de negociación.
Tendremos un tratado balanceado con economías complementarias donde el sector agropecuario colombiano dejaría de ser la cenicienta de los acuerdos comerciales. Según opiniones autorizadas, este tratado puede ser un proceso alentador y promisorio para la economía del país.
De acuerdo con los anuncios de INVÍAS, en la Región Caribe se estarán invirtiendo tres billones de pesos en los próximos tres años. En materia de vías del TLC, la región se encuentra bastante concesionada y todos los proyectos están en pleno desarrollo, incluyendo la doble calzada del Puente Pumarejo, para ponernos a tono con el buen momento que está viviendo la economía del país.
Con la puesta en vigor de los nuevos tratados, tenemos claro la importancia creciente de aprender otros idiomas agarrados de la mano con los desarrollos portuarios, la educación, innovación y tecnología, requisitos indispensables para poder competir. Estos serán los motores de nuestro crecimiento económico. Bernard, nos decía: “Si piensas que estás vencido, vencido estás. Si piensas que no te atreves, no lo harás”.