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Columnista - 9 septiembre, 2011

Los parques de la ciudad

Por: CLAUDIA PATRICIA NUÑEZ PADILLA Abogada – Especialista en Derecho Urbano Es más que evidente el Estado de abandono en que se encuentran los parques de la Ciudad; en algunos no existe el equipamento urbano: luminarias, sillas, juegos infantiles, etc  y – en donde los hay- está prácticamente destruido. Esta situación no es más que […]

Por: CLAUDIA PATRICIA NUÑEZ PADILLA
Abogada – Especialista en Derecho Urbano

Es más que evidente el Estado de abandono en que se encuentran los parques de la Ciudad; en algunos no existe el equipamento urbano: luminarias, sillas, juegos infantiles, etc  y – en donde los hay- está prácticamente destruido. Esta situación no es más que el reflejo de la indiferencia de la comunidad con su ciudad y la ineficacia de las administraciones en garantizar el goce, disfrute y la sostenibilidad del  Espacio Público, del cual los PARQUES son un elemento constitutivo y esencial, pues se supone que éstos son construidos para el sano esparcimiento, la recreación y el deporte.
No basta solo con construir y dotar a los parques, para su conservación es necesario el mantenimiento de los mismos, y es aquí donde observamos que no se está cumpliendo con esta obligación por parte de la administración municipal y las concesiones amoblamiento urbano y alumbrado público, una muestra de ello, es la situación de el Parque de la Urbanización los Mayales, reseñada por este diario en su edición del Miércoles 7 de Septiembre del presente año, y en donde se manifestaba que el parque se encuentra a oscuras, sin mallas, sin juegos infantiles, sin paredes,  pero este no es más que un espejo en donde pueden mirarse parques como el del Barrio Los Cortijos, Los Algarrobillos, y muchos más, que en otras épocas fueron un lugar de encuentro de las familias y amigos y hoy son el sitio ideal para los vándalos y consumidores de drogas.
Pero así como es innegable la responsabilidad de las autoridades locales, la de la comunidad también lo es, somos indolentes y destructores con los elementos del Espacio Público, pues nosotros mismos nos encargamos de dañar todo lo que está a nuestro alrededor y no nos hemos concientizado que Valledupar nos pertenece a todos y que en esa medida debemos contribuir con su aspecto.
Conscientes de ese deber ciudadano y como parte de sus Políticas de Responsabilidad Social, varias empresas privadas de la Ciudad de Barranquilla han apadrinado algunos parques de la ciudad, asumiendo no sólo su restauración sino su mantenimiento, como se hace en ciudades como Bilbao (España) y Perú, tal es el ejemplo de Gases del Caribe, que apadrinó el PARQUE LOS FUNDADORES, ubicado en el emblemático Barrio EL PRADO, con una inversión alrededor de los 100 millones de pesos y en donde la participación y compromiso de la comunidad fue vital para su conservación. A esta causa se sumaron otras empresas como Coca Cola, Triple A y la Corporación Autónoma Regional (CRA) con otros parques de la Arenosa. Qué bueno sería replicar esta experiencia en nuestra ciudad y que la empresa privada pueda vincularse e involucrarse más activamente en el desarrollo y progreso de Valledupar, de la mano de la administración pública, pues está más que demostrado que las alianzas públicos-privadas son el puente más efectivo para la ejecución de proyectos y obras, los cuales deben tener como fin y propósito el beneficio de la comunidad, esa que debe dar ejemplo de civismo y amor por su tierra reflejado en acciones tendientes en cuidar los parques de la ciudad.
[email protected]

Columnista
9 septiembre, 2011

Los parques de la ciudad

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Claudia Nùñez Padilla

Por: CLAUDIA PATRICIA NUÑEZ PADILLA Abogada – Especialista en Derecho Urbano Es más que evidente el Estado de abandono en que se encuentran los parques de la Ciudad; en algunos no existe el equipamento urbano: luminarias, sillas, juegos infantiles, etc  y – en donde los hay- está prácticamente destruido. Esta situación no es más que […]


Por: CLAUDIA PATRICIA NUÑEZ PADILLA
Abogada – Especialista en Derecho Urbano

Es más que evidente el Estado de abandono en que se encuentran los parques de la Ciudad; en algunos no existe el equipamento urbano: luminarias, sillas, juegos infantiles, etc  y – en donde los hay- está prácticamente destruido. Esta situación no es más que el reflejo de la indiferencia de la comunidad con su ciudad y la ineficacia de las administraciones en garantizar el goce, disfrute y la sostenibilidad del  Espacio Público, del cual los PARQUES son un elemento constitutivo y esencial, pues se supone que éstos son construidos para el sano esparcimiento, la recreación y el deporte.
No basta solo con construir y dotar a los parques, para su conservación es necesario el mantenimiento de los mismos, y es aquí donde observamos que no se está cumpliendo con esta obligación por parte de la administración municipal y las concesiones amoblamiento urbano y alumbrado público, una muestra de ello, es la situación de el Parque de la Urbanización los Mayales, reseñada por este diario en su edición del Miércoles 7 de Septiembre del presente año, y en donde se manifestaba que el parque se encuentra a oscuras, sin mallas, sin juegos infantiles, sin paredes,  pero este no es más que un espejo en donde pueden mirarse parques como el del Barrio Los Cortijos, Los Algarrobillos, y muchos más, que en otras épocas fueron un lugar de encuentro de las familias y amigos y hoy son el sitio ideal para los vándalos y consumidores de drogas.
Pero así como es innegable la responsabilidad de las autoridades locales, la de la comunidad también lo es, somos indolentes y destructores con los elementos del Espacio Público, pues nosotros mismos nos encargamos de dañar todo lo que está a nuestro alrededor y no nos hemos concientizado que Valledupar nos pertenece a todos y que en esa medida debemos contribuir con su aspecto.
Conscientes de ese deber ciudadano y como parte de sus Políticas de Responsabilidad Social, varias empresas privadas de la Ciudad de Barranquilla han apadrinado algunos parques de la ciudad, asumiendo no sólo su restauración sino su mantenimiento, como se hace en ciudades como Bilbao (España) y Perú, tal es el ejemplo de Gases del Caribe, que apadrinó el PARQUE LOS FUNDADORES, ubicado en el emblemático Barrio EL PRADO, con una inversión alrededor de los 100 millones de pesos y en donde la participación y compromiso de la comunidad fue vital para su conservación. A esta causa se sumaron otras empresas como Coca Cola, Triple A y la Corporación Autónoma Regional (CRA) con otros parques de la Arenosa. Qué bueno sería replicar esta experiencia en nuestra ciudad y que la empresa privada pueda vincularse e involucrarse más activamente en el desarrollo y progreso de Valledupar, de la mano de la administración pública, pues está más que demostrado que las alianzas públicos-privadas son el puente más efectivo para la ejecución de proyectos y obras, los cuales deben tener como fin y propósito el beneficio de la comunidad, esa que debe dar ejemplo de civismo y amor por su tierra reflejado en acciones tendientes en cuidar los parques de la ciudad.
[email protected]