Por: Gonzalo Arzuza

El próximo domingo se definirá la suerte del país durante los próximos cuatro años, y quien quita que sean ocho; lo cierto es que estas elecciones han estado cargadas de ideas y de buenos candidatos, cosa que hace más de veinte años no se vivía en el ambiente político colombiano, que ha tenido  el infortunio de haber contado con candidatos politiqueros e inmaduros que, de igual forma, manejaron el país, incluyendo los últimos cuatro años de Álvaro Uribe Vélez.
Es que el ramillete de candidatos es envidiable en todo sentido, y han demostrado en los debates televisivos que están bien preparados para dirigir los destinos de los colombianos, que deseamos un cambio, no en la seguridad democrática, si no en los temas álgidos que afectan al ciudadano de a pie como son: educación, economía, empleo y seguridad ciudadana. Cada uno desde su orilla ideológica-política, platea soluciones que deben ser analizadas por los votantes, que no deben dejarse llevar por el mensaje mediático de las encuestas, que de un tajo crean en el imaginario colectivo que solo dos candidatos pueden llegar a ser elegidos, concentrando perversamente la atención en estos dos y restándole y descalificando las opciones de los demás, no importando lo malo de los primeros ni lo bueno de los segundos.
Vamos a la realidad, en cualquier lugar si preguntamos por quien va a votar, la mayoría de las personas contestan: me gusta este, pero como no tiene chance, voy con Santos o Mockus por que uno de esos si queda. En ese momento, nos damos cuenta de la manipulación que originan los que hacen las encuestas, que generalmente va ligada al interés de quien la paga, y como son tan costosas, los que las pagan que son los dueños del poder,  que siempre le apuntan a los candidatos afines a ellos, o al poder que ostentan. Lo que deja sin posibilidades a los candidatos que no tienen el poder político ni económico para pagar esas encuestas.
Siendo así, vemos como Pardo, Vargas Lleras; Petro y Noemí, han desaparecido de la intensión de voto de los colombianos, relegándolos al 4% cada uno, y concentrando en Santos y Mockus la mayor intensión del voto.
Con Pardo ocurre algo que particularmente me hace sospechar de estas encuestas, y es que cuando se les pregunta a los colombianos que si pertenecen o sienten afinidad con algún Partido Político, la gran mayoría contesta que con el Partido Liberal. ¿Si la mayoría es Liberal porque el candidato registra tan mal en las encuestas?. Se podría decir que el candidato es malo, pero no, es uno de los mejores, por no demeritar a los demás, con su programa de gobierno: por una Colombia Justa, donde seamos más iguales; es un mejor futuro para Colombia. Además de la estructura intelectual, académica y de su reconocida carrera política sin manchas, ha representado el Partido Liberal con lujo de detalles desde la oposición, haciendo debates serios sobre la corrupción campante, incluso, en su momento se retiró de la coalición de gobierno, cuando se dio cuenta de lo que se pretendía de la Ley de Justicia y Paz, era la impunidad total.
Pardo de lejos es la mejor opción, por eso invito a los liberales de pensamiento, pero sobretodo a los de partido a que este domingo voten por el candidato liberal, y hago un llamado especial a los Concejales y sobretodo a los Diputados del departamento del Cesar para que con disciplina (y no como lo hacen algunos que están comprometidos con el gobierno verde), a esos las directivas Departamentales deberían empezar a investigarlos para quitarles la credencial, por faltar a la ética del Partido Liberal) ; y como la que hacen en sus campañas, inviten a sus seguidores a votar por Pardo, que la cosa no está perdida.
Que la segunda vuelta, bueno ese es otro cuento, ahora salgamos a votar, no por las encuestas, votemos por quien realmente queremos, sea Pardo, Vargas Lleras o Petro, pero no votemos por Santos o por Mockus porque aparentemente son la única opción. No se equivoquen.