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Columnista - 15 septiembre, 2020

Los jóvenes tienen la palabra…

A propósito de los últimos acontecimientos y de la situación de conmoción y esa crisis de valores que se experimenta y evidencia en nuestro país, viene a mi mente la imagen viva de Jaime Garzón, él en su corta existencia nos puso a pensar a través de su fino humor. Una de esas famosas frases […]

A propósito de los últimos acontecimientos y de la situación de conmoción y esa crisis de valores que se experimenta y evidencia en nuestro país, viene a mi mente la imagen viva de Jaime Garzón, él en su corta existencia nos puso a pensar a través de su fino humor. Una de esas famosas frases que nos dejó como legado pensante estaba dirigida a la juventud: “Si ustedes los jóvenes no asumen la dirección de su propio país, nadie va a venir a salvárselos. Nadie”. Y hoy cuando nos vemos en esta penosa situación, que entre otras cosas no nos deja bien parados en el ámbito mundial y regional, seguimos con el estigma de agresivos, de peligrosos,  de vándalos. Narcoterroristas y guerrilleros, es lo menos;  nuestra identidad en el exterior.

En la retina nos queda la agresión alevosa de dos policías maltratando sin respiro ni compasión alguna a un hombre que solicitaba piedad y que al final terminó muerto como consecuencia de ese salvaje proceder. Ojo con esto, entre otras cosas lo que esperamos de ellos, como autoridad,  es que nos muestren  ejemplo de buen actuar.

Por otro lado y según las cuentas, como consecuencia de lo anterior se observa una tromba de desadaptados dañando todo lo que encuentran a su paso, arremetiendo salvajemente contra los CAI de la Policía. Censuramos todo acto violento, provenga de cualquier lado. Los colombianos de bien alzamos la voz, no para gritar e insultar; lo hacemos para pedirle a Dios que intervenga y ponga en el corazón de esos seres indolentes, paz y amor.

Retomo lo de Garzón, pues lo que quiero decirle a esos jóvenes que vemos tan acuciosos tirando piedras, quemando motos y destruyendo los CAI: ¿Alguno de ustedes ha pensado en cambiar el sistema a través del ejercicio democrático? ¿Participar con ideas en los procesos de acción política? Nos urge un liderazgo natural y propositivo, abanderado por los jóvenes de intelecto, no de armas. Botar el espíritu belicoso, destructor y salvaje y votar por un cambio, es mejor.

Hagamos  uso de esa herramienta importante que nos brinda la constitución política. Enarbolando la bandera de la transparencia, de la sana política anticorrupción. Es posible movernos a la calle pero a intercambiar ideas, a revolucionar el mundo a través del ejercicio del diálogo y la concertación, sin salvajismo; la idea es que veamos una juventud propositiva, dispuesta a cambiar el país. En sus manos está querida juventud. Son pocos los que desestabilizan al país con su actitud vándala. Son pocos los otros que han entendido su importancia y actúan en la vía del dialogo y las buenas acciones; infortunadamente, son una multitud los apáticos, aquellos que deben despertar y entender que tienen en sus manos un proceso de cambio que urge en el país.

Si no están de acuerdo con el sistema, hagan algo por cambiarlo. Sin Farc, sin Eln, sin Auc, sin autoridades faltas de ética y moral, sin políticos corruptos, sin funcionarios de pensamientos mezquinos. Ustedes los jóvenes tienen la palabra. Una palabra de esperanza.    Sólo Eso.

Columnista
15 septiembre, 2020

Los jóvenes tienen la palabra…

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Eduardo S. Ortega Vergara

A propósito de los últimos acontecimientos y de la situación de conmoción y esa crisis de valores que se experimenta y evidencia en nuestro país, viene a mi mente la imagen viva de Jaime Garzón, él en su corta existencia nos puso a pensar a través de su fino humor. Una de esas famosas frases […]


A propósito de los últimos acontecimientos y de la situación de conmoción y esa crisis de valores que se experimenta y evidencia en nuestro país, viene a mi mente la imagen viva de Jaime Garzón, él en su corta existencia nos puso a pensar a través de su fino humor. Una de esas famosas frases que nos dejó como legado pensante estaba dirigida a la juventud: “Si ustedes los jóvenes no asumen la dirección de su propio país, nadie va a venir a salvárselos. Nadie”. Y hoy cuando nos vemos en esta penosa situación, que entre otras cosas no nos deja bien parados en el ámbito mundial y regional, seguimos con el estigma de agresivos, de peligrosos,  de vándalos. Narcoterroristas y guerrilleros, es lo menos;  nuestra identidad en el exterior.

En la retina nos queda la agresión alevosa de dos policías maltratando sin respiro ni compasión alguna a un hombre que solicitaba piedad y que al final terminó muerto como consecuencia de ese salvaje proceder. Ojo con esto, entre otras cosas lo que esperamos de ellos, como autoridad,  es que nos muestren  ejemplo de buen actuar.

Por otro lado y según las cuentas, como consecuencia de lo anterior se observa una tromba de desadaptados dañando todo lo que encuentran a su paso, arremetiendo salvajemente contra los CAI de la Policía. Censuramos todo acto violento, provenga de cualquier lado. Los colombianos de bien alzamos la voz, no para gritar e insultar; lo hacemos para pedirle a Dios que intervenga y ponga en el corazón de esos seres indolentes, paz y amor.

Retomo lo de Garzón, pues lo que quiero decirle a esos jóvenes que vemos tan acuciosos tirando piedras, quemando motos y destruyendo los CAI: ¿Alguno de ustedes ha pensado en cambiar el sistema a través del ejercicio democrático? ¿Participar con ideas en los procesos de acción política? Nos urge un liderazgo natural y propositivo, abanderado por los jóvenes de intelecto, no de armas. Botar el espíritu belicoso, destructor y salvaje y votar por un cambio, es mejor.

Hagamos  uso de esa herramienta importante que nos brinda la constitución política. Enarbolando la bandera de la transparencia, de la sana política anticorrupción. Es posible movernos a la calle pero a intercambiar ideas, a revolucionar el mundo a través del ejercicio del diálogo y la concertación, sin salvajismo; la idea es que veamos una juventud propositiva, dispuesta a cambiar el país. En sus manos está querida juventud. Son pocos los que desestabilizan al país con su actitud vándala. Son pocos los otros que han entendido su importancia y actúan en la vía del dialogo y las buenas acciones; infortunadamente, son una multitud los apáticos, aquellos que deben despertar y entender que tienen en sus manos un proceso de cambio que urge en el país.

Si no están de acuerdo con el sistema, hagan algo por cambiarlo. Sin Farc, sin Eln, sin Auc, sin autoridades faltas de ética y moral, sin políticos corruptos, sin funcionarios de pensamientos mezquinos. Ustedes los jóvenes tienen la palabra. Una palabra de esperanza.    Sólo Eso.