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Columnista - 30 abril, 2024

Los jolgorios del reciente Festival

Durante los prolegómenos del Festival he asistido a algunos actos celebrados en homenaje al artista Iván Villazón Aponte, a quien la Junta Directiva de la Fundación del Festival, con justicia dedicó el evento de este año. Al respecto yo había escrito una columna.  Pero antes quiero destacar un hecho cultural diferente: en  la Universidad UDES, en buena hora, todavía, rectorada por el Dr. […]

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Durante los prolegómenos del Festival he asistido a algunos actos celebrados en homenaje al artista Iván Villazón Aponte, a quien la Junta Directiva de la Fundación del Festival, con justicia dedicó el evento de este año. Al respecto yo había escrito una columna. 

Pero antes quiero destacar un hecho cultural diferente: en  la Universidad UDES, en buena hora, todavía, rectorada por el Dr. Carlos Morón Cuello, en la mañana del día 22 del pasado mes de abril se llevó a cabo un excelente conversatorio sobre la filosofía de Immanuel Kant. Es muy reconfortante que al lado de la cultura musical se recuerde la cultura filosófica, de excepcionales quilates, y  se estime entre nosotros. 

En honor a Iván, se han desarrollado, hasta ahora, distintos actos para relievar su obra musical; en la misma universidad: menciones en su honor, coloquio a su propósito, intervención hablada, y cantada, de él, preguntas de los asistentes sobre su vida artística, sus respuestas, etc., fue emocionante y aplaudido el acto.

En el patio de la bella sede de la empresa Gases del Caribe, acertadamente dirigida por el Dr. Alfonso Orozco Ovalle, nos deleitaron los compases de las partituras ejecutadas por la Orquesta Filarmónica Juvenil de Valledupar, una excelente agrupación compuesta por jóvenes entre los 13 y 25 años de edad, estimulada y 

cuidada por selectos mecenas valduparenses; prestándoles alborozados oídos me entusiasmé y en algún momentos hice uso de la palabra, para exaltar a esos jóvenes y requerir el patrocinio económico de la sociedad valduparense, el mío propio lo comprometí, a fin de que continúe creciendo y especializándose dicha Filarmónica, que interpreta nuestro folclor musical tan bellamente, recordándole a la comunidad que la riqueza material debe estar al servicio de la cultura, esto es, de los valores morales que justifican. Afortunadamente los asistentes se comprometieron al efecto, y esperamos que también los no asistentes; la música orquestada esta a la punta de ese orden artístico, y la interpretación de nuestros aires alcanza alturas sublimes.

En la Casa de la Cultura de Valledupar, dirigida por la Dra. Yanelis GonzálezMaestre, se repitió la presencia de dicha Filarmónica con sus excelentes ejecuciones, esta vez con la novedad de la presencia y participación de niños desde los 7 años de edad. Este hecho desbordó todas las emociones de los asistentes, y el maestro Villazón, ya consagrado como tal, yo mismo hube de dirigirme a él, llamándolo con ese sustantivo,  que exalta a los más aptos en cualesquiera profesión u oficio; todo lo cual le dio la oportunidad a él  de alternar, tanto en el conversatorio como en el canto, con ese almacigo musical de jóvenes, y fue el acto donde lo vi más enternecido. La voz cantante del maestro  es la misma voz de la oratoria de su padre Crispín, y su romanticismo es heredado de su madre: Clara. El espacio que me asigna el periódico no me permite [email protected]

Columnista
30 abril, 2024

Los jolgorios del reciente Festival

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Rodrigo López Barros

Durante los prolegómenos del Festival he asistido a algunos actos celebrados en homenaje al artista Iván Villazón Aponte, a quien la Junta Directiva de la Fundación del Festival, con justicia dedicó el evento de este año. Al respecto yo había escrito una columna.  Pero antes quiero destacar un hecho cultural diferente: en  la Universidad UDES, en buena hora, todavía, rectorada por el Dr. […]


Durante los prolegómenos del Festival he asistido a algunos actos celebrados en homenaje al artista Iván Villazón Aponte, a quien la Junta Directiva de la Fundación del Festival, con justicia dedicó el evento de este año. Al respecto yo había escrito una columna. 

Pero antes quiero destacar un hecho cultural diferente: en  la Universidad UDES, en buena hora, todavía, rectorada por el Dr. Carlos Morón Cuello, en la mañana del día 22 del pasado mes de abril se llevó a cabo un excelente conversatorio sobre la filosofía de Immanuel Kant. Es muy reconfortante que al lado de la cultura musical se recuerde la cultura filosófica, de excepcionales quilates, y  se estime entre nosotros. 

En honor a Iván, se han desarrollado, hasta ahora, distintos actos para relievar su obra musical; en la misma universidad: menciones en su honor, coloquio a su propósito, intervención hablada, y cantada, de él, preguntas de los asistentes sobre su vida artística, sus respuestas, etc., fue emocionante y aplaudido el acto.

En el patio de la bella sede de la empresa Gases del Caribe, acertadamente dirigida por el Dr. Alfonso Orozco Ovalle, nos deleitaron los compases de las partituras ejecutadas por la Orquesta Filarmónica Juvenil de Valledupar, una excelente agrupación compuesta por jóvenes entre los 13 y 25 años de edad, estimulada y 

cuidada por selectos mecenas valduparenses; prestándoles alborozados oídos me entusiasmé y en algún momentos hice uso de la palabra, para exaltar a esos jóvenes y requerir el patrocinio económico de la sociedad valduparense, el mío propio lo comprometí, a fin de que continúe creciendo y especializándose dicha Filarmónica, que interpreta nuestro folclor musical tan bellamente, recordándole a la comunidad que la riqueza material debe estar al servicio de la cultura, esto es, de los valores morales que justifican. Afortunadamente los asistentes se comprometieron al efecto, y esperamos que también los no asistentes; la música orquestada esta a la punta de ese orden artístico, y la interpretación de nuestros aires alcanza alturas sublimes.

En la Casa de la Cultura de Valledupar, dirigida por la Dra. Yanelis GonzálezMaestre, se repitió la presencia de dicha Filarmónica con sus excelentes ejecuciones, esta vez con la novedad de la presencia y participación de niños desde los 7 años de edad. Este hecho desbordó todas las emociones de los asistentes, y el maestro Villazón, ya consagrado como tal, yo mismo hube de dirigirme a él, llamándolo con ese sustantivo,  que exalta a los más aptos en cualesquiera profesión u oficio; todo lo cual le dio la oportunidad a él  de alternar, tanto en el conversatorio como en el canto, con ese almacigo musical de jóvenes, y fue el acto donde lo vi más enternecido. La voz cantante del maestro  es la misma voz de la oratoria de su padre Crispín, y su romanticismo es heredado de su madre: Clara. El espacio que me asigna el periódico no me permite [email protected]