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Columnista - 9 octubre, 2010

Los infantes y el presupuesto

Por: ANTONIO HERNANDEZ GAMARRA Para entrar de una vez en materia, se debe anotar que los infantes a que se refiere el título de esta columna son los niños pequeños y no los soldados de infantería. De suerte que lo que aquí se quiere relievar es la importancia de que exista una política nacional para […]

Por: ANTONIO HERNANDEZ GAMARRA

Para entrar de una vez en materia, se debe anotar que los infantes a que se refiere el título de esta columna son los niños pequeños y no los soldados de infantería. De suerte que lo que aquí se quiere relievar es la importancia de que exista una política nacional para la niñez, y la consiguiente asignación de recursos presupuestales para llevarla a cabo.

Asunto que es de particular significación para la región Caribe, cuando se toman en cuenta las conclusiones del estudio “Oportunidades para los niños colombianos: tendencias y diferencias regionales 1997-2008”. Trabajo que, con la colaboración y la cofinanciación del Banco Mundial y del Banco de la República, fue realizado por los destacados académicos Carlos Eduardo Vélez, Joao Azevedo y Christian Posso, y expuesto hace algunas semanas en Cartagena.

El trabajo estuvo encaminado, principalmente, a medir el avance en la igualdad de oportunidades para los niños colombianos; a mostrar cómo han evolucionado las diferencias regionales sobre este particular; a establecer las circunstancias que más se asocian con la desigualdad y la exclusión; y, muy especialmente, a saber qué tan lejos está Colombia y sus regiones de una igualdad de oportunidades para sus niños.

Luego de presentar conclusiones sobre estos y similares temas, el estudio señala: “Las 7 regiones colombianas ofrecen hoy niveles muy dispares de oportunidades a los niños y jóvenes colombianos. Los más altos niveles de oportunidad se dan en Bogotá y el Valle, y los menores se dan en las regiones Atlántica y Pacífica (…). Preocupa la evolución rezagada de la Región Atlántica que presenta los (más) bajos indicadores de oportunidades -inferiores aún a la región Pacífica para la Primera Infancia y para Nutrición”-.

Es para enfrentar este tipo de dolorosas realidades para las que habría que tener respuesta cuando se nos pregunte ¿región para qué? De mi parte siempre he dicho que la prioridad en el Caribe debe ser la lucha contra la pobreza y la desigualdad, para lo cual es fundamental una política de igualdad de oportunidades para la primera infancia en la región.

Política que tiene su razón de ser en razones humanitarias, porque está demostrado que los primeros años de vida son la base para el desarrollo psicológico, social y cultural y por ende para el desarrollo humano en las sociedades. Por razones económicas, porque bien sea dicho en las habilidades engendran habilidades y el conocimiento engendra conocimiento, lo cual hace que el gasto social en los primeros años de vida de los niños sea una buena inversión para el incremento de la productividad. Y por razones de equidad, porque como se dice en el estudio que venimos comentando “para un niño en circunstancias muy desfavorables las puertas de las oportunidades además de ser más angostas desde sus primeros años se estrechan rápidamente a medida que el niño transita hacia etapas posteriores de su ciclo vital”.

Es por eso que, en los discursos sobre las necesidades financieras de la región Caribe, uno echa de menos que –con muy escasas excepciones- el tema de la equidad, en general, y para con los infantes en particular, esté prácticamente ausente. Y también que en el Congreso de la República, a la hora de fijar el gasto, pocos sean quienes discutan lo prioritario que es  asignar recursos presupuestales que contribuyan a la igualdad de oportunidades para los niños de nuestro país.

Columnista
9 octubre, 2010

Los infantes y el presupuesto

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Antonio Hernandez Gamarra

Por: ANTONIO HERNANDEZ GAMARRA Para entrar de una vez en materia, se debe anotar que los infantes a que se refiere el título de esta columna son los niños pequeños y no los soldados de infantería. De suerte que lo que aquí se quiere relievar es la importancia de que exista una política nacional para […]


Por: ANTONIO HERNANDEZ GAMARRA

Para entrar de una vez en materia, se debe anotar que los infantes a que se refiere el título de esta columna son los niños pequeños y no los soldados de infantería. De suerte que lo que aquí se quiere relievar es la importancia de que exista una política nacional para la niñez, y la consiguiente asignación de recursos presupuestales para llevarla a cabo.

Asunto que es de particular significación para la región Caribe, cuando se toman en cuenta las conclusiones del estudio “Oportunidades para los niños colombianos: tendencias y diferencias regionales 1997-2008”. Trabajo que, con la colaboración y la cofinanciación del Banco Mundial y del Banco de la República, fue realizado por los destacados académicos Carlos Eduardo Vélez, Joao Azevedo y Christian Posso, y expuesto hace algunas semanas en Cartagena.

El trabajo estuvo encaminado, principalmente, a medir el avance en la igualdad de oportunidades para los niños colombianos; a mostrar cómo han evolucionado las diferencias regionales sobre este particular; a establecer las circunstancias que más se asocian con la desigualdad y la exclusión; y, muy especialmente, a saber qué tan lejos está Colombia y sus regiones de una igualdad de oportunidades para sus niños.

Luego de presentar conclusiones sobre estos y similares temas, el estudio señala: “Las 7 regiones colombianas ofrecen hoy niveles muy dispares de oportunidades a los niños y jóvenes colombianos. Los más altos niveles de oportunidad se dan en Bogotá y el Valle, y los menores se dan en las regiones Atlántica y Pacífica (…). Preocupa la evolución rezagada de la Región Atlántica que presenta los (más) bajos indicadores de oportunidades -inferiores aún a la región Pacífica para la Primera Infancia y para Nutrición”-.

Es para enfrentar este tipo de dolorosas realidades para las que habría que tener respuesta cuando se nos pregunte ¿región para qué? De mi parte siempre he dicho que la prioridad en el Caribe debe ser la lucha contra la pobreza y la desigualdad, para lo cual es fundamental una política de igualdad de oportunidades para la primera infancia en la región.

Política que tiene su razón de ser en razones humanitarias, porque está demostrado que los primeros años de vida son la base para el desarrollo psicológico, social y cultural y por ende para el desarrollo humano en las sociedades. Por razones económicas, porque bien sea dicho en las habilidades engendran habilidades y el conocimiento engendra conocimiento, lo cual hace que el gasto social en los primeros años de vida de los niños sea una buena inversión para el incremento de la productividad. Y por razones de equidad, porque como se dice en el estudio que venimos comentando “para un niño en circunstancias muy desfavorables las puertas de las oportunidades además de ser más angostas desde sus primeros años se estrechan rápidamente a medida que el niño transita hacia etapas posteriores de su ciclo vital”.

Es por eso que, en los discursos sobre las necesidades financieras de la región Caribe, uno echa de menos que –con muy escasas excepciones- el tema de la equidad, en general, y para con los infantes en particular, esté prácticamente ausente. Y también que en el Congreso de la República, a la hora de fijar el gasto, pocos sean quienes discutan lo prioritario que es  asignar recursos presupuestales que contribuyan a la igualdad de oportunidades para los niños de nuestro país.