Por: Hernán Araujo Ariza El Hay Festival es un evento cultural que se realiza en 12 países de Europa, América, Asia y África. A lo largo del año, se va transformando en 15 encuentros distintos que empiezan en enero en Cartagena y terminan en noviembre en Reino Unido. Es una mezcla sabia de muchas expresiones […]
El Hay Festival es un evento cultural que se realiza en 12 países de Europa, América, Asia y África. A lo largo del año, se va transformando en 15 encuentros distintos que empiezan en enero en Cartagena y terminan en noviembre en Reino Unido.
Es una mezcla sabia de muchas expresiones culturales (teatro, poesía, cine, literatura, música), con geopolítica, periodismo, arquitectura, historia y hasta gastronomía. Un sinfín de contrastes que lo hacen atractivo para turistas nacionales y extranjeros.
Hace poco más de una semana, terminó la octava edición de este Festival en Cartagena. La programación incluía más de ochenta eventos (entre presentaciones, conversatorios y discusiones). Algunos de estos eventos, fueron replicados en Riohacha, Medellín y Bogotá; que ya gozan de este privilegio. Anuncian los organizadores, que durante los cuatro días, tuvieron una asistencia de 47.420 espectadores. Lo que confirma que estamos frente a un acontecimiento cultural de una dimensión sin par en nuestro país.
Es un festival que se reinventa y que logra superar las expectativas dejadas por su edición anterior, año tras año. Y es un festival que tiene una profunda responsabilidad social, que va ‘caminando’ de manera paralela, sin mucha publicidad, ni despliegue mediático.
Porque es un evento incluyente; y no tanto porque en cada charla reserven los 10 minutos finales, para preguntas de los asistentes; no tanto porque permita tener cerca a un premio Nobel u otros autores de talla mundial por sólo $20.000 (único valor de las boletas). No, es incluyente porque además se vincula con la otra Cartagena, la que el turista no está obligado a conocer, ni oler.
Ese vínculo, que el Hay Festival -en asocio con Alcaldía y Gobernación- consolida, tendiendo puentes que comunican y acercan las dos realidades -diferentes y opuestas- que cohabitan una misma ciudad.
Porque de las 82 citas que tiene la agenda, 16 son exclusivas para estudiantes universitarios. Además se presentan 2 exposiciones de fotografía, abiertas al público en general. También se realizan 15 eventos adicionales, únicamente para niños de las comunas marginadas de la ciudad. Y hay un convenio para organizar encuentros con autores -que hacen parte de la programación- y los estudiantes del SENA de tres localidades de Cartagena.
Adicionalmente, a través de la Gobernación de Bolívar, el Hay Festival participa en un programa con las comunidades de Arjona, Turbaco y Palenque; que busca incentivar la lectura y mejorar su comprensión. De este programa, se benefician 3.810 niños de entre 6 y 12 años. En esta ocasión, casi 500 de ellos tuvieron la oportunidad de ser trasladados hasta la ciudad amurallada, para disfrutar de la agenda.
Todos estos esfuerzos demuestran el compromiso social de un evento que tan solo tiene 8 años de haber ‘nacido’ y que optó por sembrar en los alrededores de la Cartagena elitista que todos conocemos. Los frutos se verán a futuro.
MI ÚLTIMA PALABRA: Una frase del escritor Thomas Mann cae ‘como anillo al dedo’, para compartirla con aquellos críticos de la salida negociada al conflicto armado que hemos vivido por décadas; “La guerra es la salida cobarde a los problemas de la paz”.
Twitter: @pipearaujoariza
Por: Hernán Araujo Ariza El Hay Festival es un evento cultural que se realiza en 12 países de Europa, América, Asia y África. A lo largo del año, se va transformando en 15 encuentros distintos que empiezan en enero en Cartagena y terminan en noviembre en Reino Unido. Es una mezcla sabia de muchas expresiones […]
El Hay Festival es un evento cultural que se realiza en 12 países de Europa, América, Asia y África. A lo largo del año, se va transformando en 15 encuentros distintos que empiezan en enero en Cartagena y terminan en noviembre en Reino Unido.
Es una mezcla sabia de muchas expresiones culturales (teatro, poesía, cine, literatura, música), con geopolítica, periodismo, arquitectura, historia y hasta gastronomía. Un sinfín de contrastes que lo hacen atractivo para turistas nacionales y extranjeros.
Hace poco más de una semana, terminó la octava edición de este Festival en Cartagena. La programación incluía más de ochenta eventos (entre presentaciones, conversatorios y discusiones). Algunos de estos eventos, fueron replicados en Riohacha, Medellín y Bogotá; que ya gozan de este privilegio. Anuncian los organizadores, que durante los cuatro días, tuvieron una asistencia de 47.420 espectadores. Lo que confirma que estamos frente a un acontecimiento cultural de una dimensión sin par en nuestro país.
Es un festival que se reinventa y que logra superar las expectativas dejadas por su edición anterior, año tras año. Y es un festival que tiene una profunda responsabilidad social, que va ‘caminando’ de manera paralela, sin mucha publicidad, ni despliegue mediático.
Porque es un evento incluyente; y no tanto porque en cada charla reserven los 10 minutos finales, para preguntas de los asistentes; no tanto porque permita tener cerca a un premio Nobel u otros autores de talla mundial por sólo $20.000 (único valor de las boletas). No, es incluyente porque además se vincula con la otra Cartagena, la que el turista no está obligado a conocer, ni oler.
Ese vínculo, que el Hay Festival -en asocio con Alcaldía y Gobernación- consolida, tendiendo puentes que comunican y acercan las dos realidades -diferentes y opuestas- que cohabitan una misma ciudad.
Porque de las 82 citas que tiene la agenda, 16 son exclusivas para estudiantes universitarios. Además se presentan 2 exposiciones de fotografía, abiertas al público en general. También se realizan 15 eventos adicionales, únicamente para niños de las comunas marginadas de la ciudad. Y hay un convenio para organizar encuentros con autores -que hacen parte de la programación- y los estudiantes del SENA de tres localidades de Cartagena.
Adicionalmente, a través de la Gobernación de Bolívar, el Hay Festival participa en un programa con las comunidades de Arjona, Turbaco y Palenque; que busca incentivar la lectura y mejorar su comprensión. De este programa, se benefician 3.810 niños de entre 6 y 12 años. En esta ocasión, casi 500 de ellos tuvieron la oportunidad de ser trasladados hasta la ciudad amurallada, para disfrutar de la agenda.
Todos estos esfuerzos demuestran el compromiso social de un evento que tan solo tiene 8 años de haber ‘nacido’ y que optó por sembrar en los alrededores de la Cartagena elitista que todos conocemos. Los frutos se verán a futuro.
MI ÚLTIMA PALABRA: Una frase del escritor Thomas Mann cae ‘como anillo al dedo’, para compartirla con aquellos críticos de la salida negociada al conflicto armado que hemos vivido por décadas; “La guerra es la salida cobarde a los problemas de la paz”.
Twitter: @pipearaujoariza