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Columnista - 1 septiembre, 2020

Los extremos convergen a lo mismo

En una sociedad montada sobre el triunfo y la derrota los candidatos a corporaciones públicas o cargos ejecutivos por elección popular se valen de saltos elípticos e intrincadas maromas intelectuales, esto es, de cualquier artimaña o embeleco para ganar las elecciones. Una de las estrategias más conocidas es la de infundir miedo con el cuento […]

En una sociedad montada sobre el triunfo y la derrota los candidatos a corporaciones públicas o cargos ejecutivos por elección popular se valen de saltos elípticos e intrincadas maromas intelectuales, esto es, de cualquier artimaña o embeleco para ganar las elecciones.

Una de las estrategias más conocidas es la de infundir miedo con el cuento del ‘Castro Chavismo’, o polarizar entre los extremos ideológicos, que al final de cuentas, convergen a lo mismo.

De las ideologías de izquierda, de centro o de derecha, hay que tomar lo mejor, conforme lo han hecho los dos últimos gobiernos chinos; país que atávicamente ha tenido una economía cerrada, pero ello no ha sido óbice para abrir sus mercados y potenciar su desarrollo.

Sin desnaturalizar su esencia comunista, pero girando hacia el capitalismo por conveniencia económica, el gigante asiático repunta y adquiere un inusitado auge comercial e industrial, con enorme preocupación para Estados Unidos que no halla cómo parar la locomotora China por temor a perder su supremacía económica mundial y su papel de gendarme planetario.

China tras alcanzar un punto de inflexión, agobiada por una profunda desigualdad social y graves problemas medioambientales y de corrupción, Wen Jiabao sentó las bases para que su sucesor y presidente en ejercicio, XI Jimping acelerara un ambicioso cambio de modelo, ajustara la estructura económica y mejorara la calidad de crecimiento de la segunda potencia del planeta.

La explotación del miedo a través de un gobierno de izquierda que te puede expropiar y sumir en la crisis de Venezuela, así no tengas donde caerte muerto, es un engaño, porque bien se podría poner como referente a Uruguay, que con José Mujica como presidente, y de la misma ideología ha logrado los mayores estándares de transparencia, respetabilidad y desarrollo de una nación.

Y a dos años de los comicios presidenciales surgen aspiraciones y se desnudan tibiamente propuestas antagónicas: Gustavo Petro, atacando lo que ha denominado burbujas fantasiosas de la riqueza fácil,  abrazando un pacto histórico y esbozando reformas sobre el agua, la tierra y la industria a través de energías limpias; pero igual se asoman entre otras candidaturas las de Jorge Enrique Roblego, Sergio Fajardo, renuente a cualquier alianza con Petro, Germán Vargas Lleras y Alex Char.

Columnista
1 septiembre, 2020

Los extremos convergen a lo mismo

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Miguel Aroca Yepez

En una sociedad montada sobre el triunfo y la derrota los candidatos a corporaciones públicas o cargos ejecutivos por elección popular se valen de saltos elípticos e intrincadas maromas intelectuales, esto es, de cualquier artimaña o embeleco para ganar las elecciones. Una de las estrategias más conocidas es la de infundir miedo con el cuento […]


En una sociedad montada sobre el triunfo y la derrota los candidatos a corporaciones públicas o cargos ejecutivos por elección popular se valen de saltos elípticos e intrincadas maromas intelectuales, esto es, de cualquier artimaña o embeleco para ganar las elecciones.

Una de las estrategias más conocidas es la de infundir miedo con el cuento del ‘Castro Chavismo’, o polarizar entre los extremos ideológicos, que al final de cuentas, convergen a lo mismo.

De las ideologías de izquierda, de centro o de derecha, hay que tomar lo mejor, conforme lo han hecho los dos últimos gobiernos chinos; país que atávicamente ha tenido una economía cerrada, pero ello no ha sido óbice para abrir sus mercados y potenciar su desarrollo.

Sin desnaturalizar su esencia comunista, pero girando hacia el capitalismo por conveniencia económica, el gigante asiático repunta y adquiere un inusitado auge comercial e industrial, con enorme preocupación para Estados Unidos que no halla cómo parar la locomotora China por temor a perder su supremacía económica mundial y su papel de gendarme planetario.

China tras alcanzar un punto de inflexión, agobiada por una profunda desigualdad social y graves problemas medioambientales y de corrupción, Wen Jiabao sentó las bases para que su sucesor y presidente en ejercicio, XI Jimping acelerara un ambicioso cambio de modelo, ajustara la estructura económica y mejorara la calidad de crecimiento de la segunda potencia del planeta.

La explotación del miedo a través de un gobierno de izquierda que te puede expropiar y sumir en la crisis de Venezuela, así no tengas donde caerte muerto, es un engaño, porque bien se podría poner como referente a Uruguay, que con José Mujica como presidente, y de la misma ideología ha logrado los mayores estándares de transparencia, respetabilidad y desarrollo de una nación.

Y a dos años de los comicios presidenciales surgen aspiraciones y se desnudan tibiamente propuestas antagónicas: Gustavo Petro, atacando lo que ha denominado burbujas fantasiosas de la riqueza fácil,  abrazando un pacto histórico y esbozando reformas sobre el agua, la tierra y la industria a través de energías limpias; pero igual se asoman entre otras candidaturas las de Jorge Enrique Roblego, Sergio Fajardo, renuente a cualquier alianza con Petro, Germán Vargas Lleras y Alex Char.