Los Jóvenes Opinan sobre la Paz. Hoy, Yecid Chincilla, un activista LGTB y defensor de los derechos humanos de 20 años.
Yecid Chinchilla es un estudiante de séptimo semestre de derecho en la Universidad Popular del Cesar. A sus 20 años, se ha destacado por ser defensor de derechos humanos, cofundador del Centro de Estudios de Derechos Humanos Rodrigo Uprimny, pero sobretodo, por ser un activista LGBTI.
Respondo esa pregunta pintando un mundo paralelo. Imagina que un día estás en tu casa, leyendo el periódico y tomando un café, y llega un pasquín en el que te dicen: ‘tienes que irte de aquí, porque eres heterosexual y no te queremos. Si no lo haces, te matamos’. Eso es el conflicto en Colombia, ese mismo que ha cobrado muchas vidas de personas LGTBI y nosotros ni siquiera entendemos el por qué. Entonces pienso que evidentemente va a ayudar a la paz y al respeto no solo para nosotros sino con otros sectores afectados, como las trabajadoras sexuales, pues nos han hecho parte de un conflicto; nos agreden, nos persiguen y asesinan a muchos de nosotros sin una razón, sin una causa. Muchos de nosotros solo vivimos nuestras vidas, sin tomar parte del conflicto o favorecer a algún grupo, pero por ser diferente te quieren matar, te quieren desplazar, entre otras cosas. Entonces, en la medida en la que el conflicto cese, todas las personas LGTBI que se vieron afectadas van a tener derecho a la verdad, a la reparación y a que sigan siendo protegidos como cualquier persona.
Pienso que no solamente las personas LGTBI sino todos los colombianos deben entender que el acuerdo de La Habana está inmerso en el tema de justicia transicional, que tiene unos pilares y principios fundamentales que son verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición. Dentro de ese marco de la justicia transicional habrá personas a las que el Estado tendrá que rendirles su homenaje póstumo o reconocimiento, porque la vida ya está cobrada. Imagine también el escenario del conflicto en el que una persona por ser homosexual no solo era perseguida por los grupos al margen de la ley, que querían asesinarla, y entonces en la medida en que querían hacerlo, era abandonada por sus familiares y amigos, quedaba prácticamente sola. Que no haya repetición, que haya reparación con los que han sufrido por el conflicto, pienso que si habrá justicia. Lo que sucede es que ni el gobierno ni las instituciones han creado las medidas necesarias para que esto se dé, pero si se trabaja para hacer una política pública nacional para tratar los temas de personas LGTBI que han sido victimizadas habrá justicia.
La paz la he querido construir mediante el respeto y la defensa de los derechos humanos. Pienso que en la medida en que se defiendan, vamos a construir paz porque los derechos humanos no distinguen de la condición de las personas sino que simplemente son inherentes a todos, sin importar quien seas. Lo hago así porque no es posible cuantificar a las personas LGTBI, pueden estar donde está el rico, el pobre, el indígena, el afro, en la universidad, en el colegio, en cualquier edad. La sexualidad es algo que tiene que ver con todas las personas, vivimos en un país que te da todos tus derechos al nacer porque presumen tu heterosexualidad o quieren que lo seas, pero si con el paso de los años descubres que no lo eres, empiezan a mermar tus derechos.
Creo que hace falta vincularse a procesos como las plataformas de juventudes, donde convergen muchos sectores sociales amplios, sus mesas para construir paz y se promueven propuestas positivas para esa construcción. También falta que los jóvenes se informen más sobre las cosas que pasan no solo en Valledupar sino en el país y quizá hacer parte de todas las actividades que se realicen para divulgar, difundir y hacer parte del proceso como tal. No digo que no se esté haciendo, pero en la medida en que se logre con más jóvenes será mucho más productivo que los jóvenes construyamos paz si lo hacemos todos.
Sí, creo que ha habido inclusión en todos los sectores, sin embargo es un proceso de paz que no puede desarrollar inmediatamente todo lo que ha concertado.
Sí, el panorama con el fin del conflicto en Colombia va a cambiar y tiene que cambiar. Eso en la medida en que se dejen de invertir tantos recursos en un conflicto sin sentido y empiecen a invertirse en salud, educación, empleo y otros temas que nos benefician a todos los colombianos. Pienso que lo que le ha faltado al país es que la gente deje de pensar que todo se resuelve con el conflicto, que estudien, que se preparen, que todos adoptemos una mentalidad conciliadora, armónica, constructiva y no nos estemos enfrentando que es lo que hemos venido haciendo desde hace más de 50 años.
Por Daniela Marbello / EL PILÓN
[email protected]
Los Jóvenes Opinan sobre la Paz. Hoy, Yecid Chincilla, un activista LGTB y defensor de los derechos humanos de 20 años.
Yecid Chinchilla es un estudiante de séptimo semestre de derecho en la Universidad Popular del Cesar. A sus 20 años, se ha destacado por ser defensor de derechos humanos, cofundador del Centro de Estudios de Derechos Humanos Rodrigo Uprimny, pero sobretodo, por ser un activista LGBTI.
Respondo esa pregunta pintando un mundo paralelo. Imagina que un día estás en tu casa, leyendo el periódico y tomando un café, y llega un pasquín en el que te dicen: ‘tienes que irte de aquí, porque eres heterosexual y no te queremos. Si no lo haces, te matamos’. Eso es el conflicto en Colombia, ese mismo que ha cobrado muchas vidas de personas LGTBI y nosotros ni siquiera entendemos el por qué. Entonces pienso que evidentemente va a ayudar a la paz y al respeto no solo para nosotros sino con otros sectores afectados, como las trabajadoras sexuales, pues nos han hecho parte de un conflicto; nos agreden, nos persiguen y asesinan a muchos de nosotros sin una razón, sin una causa. Muchos de nosotros solo vivimos nuestras vidas, sin tomar parte del conflicto o favorecer a algún grupo, pero por ser diferente te quieren matar, te quieren desplazar, entre otras cosas. Entonces, en la medida en la que el conflicto cese, todas las personas LGTBI que se vieron afectadas van a tener derecho a la verdad, a la reparación y a que sigan siendo protegidos como cualquier persona.
Pienso que no solamente las personas LGTBI sino todos los colombianos deben entender que el acuerdo de La Habana está inmerso en el tema de justicia transicional, que tiene unos pilares y principios fundamentales que son verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición. Dentro de ese marco de la justicia transicional habrá personas a las que el Estado tendrá que rendirles su homenaje póstumo o reconocimiento, porque la vida ya está cobrada. Imagine también el escenario del conflicto en el que una persona por ser homosexual no solo era perseguida por los grupos al margen de la ley, que querían asesinarla, y entonces en la medida en que querían hacerlo, era abandonada por sus familiares y amigos, quedaba prácticamente sola. Que no haya repetición, que haya reparación con los que han sufrido por el conflicto, pienso que si habrá justicia. Lo que sucede es que ni el gobierno ni las instituciones han creado las medidas necesarias para que esto se dé, pero si se trabaja para hacer una política pública nacional para tratar los temas de personas LGTBI que han sido victimizadas habrá justicia.
La paz la he querido construir mediante el respeto y la defensa de los derechos humanos. Pienso que en la medida en que se defiendan, vamos a construir paz porque los derechos humanos no distinguen de la condición de las personas sino que simplemente son inherentes a todos, sin importar quien seas. Lo hago así porque no es posible cuantificar a las personas LGTBI, pueden estar donde está el rico, el pobre, el indígena, el afro, en la universidad, en el colegio, en cualquier edad. La sexualidad es algo que tiene que ver con todas las personas, vivimos en un país que te da todos tus derechos al nacer porque presumen tu heterosexualidad o quieren que lo seas, pero si con el paso de los años descubres que no lo eres, empiezan a mermar tus derechos.
Creo que hace falta vincularse a procesos como las plataformas de juventudes, donde convergen muchos sectores sociales amplios, sus mesas para construir paz y se promueven propuestas positivas para esa construcción. También falta que los jóvenes se informen más sobre las cosas que pasan no solo en Valledupar sino en el país y quizá hacer parte de todas las actividades que se realicen para divulgar, difundir y hacer parte del proceso como tal. No digo que no se esté haciendo, pero en la medida en que se logre con más jóvenes será mucho más productivo que los jóvenes construyamos paz si lo hacemos todos.
Sí, creo que ha habido inclusión en todos los sectores, sin embargo es un proceso de paz que no puede desarrollar inmediatamente todo lo que ha concertado.
Sí, el panorama con el fin del conflicto en Colombia va a cambiar y tiene que cambiar. Eso en la medida en que se dejen de invertir tantos recursos en un conflicto sin sentido y empiecen a invertirse en salud, educación, empleo y otros temas que nos benefician a todos los colombianos. Pienso que lo que le ha faltado al país es que la gente deje de pensar que todo se resuelve con el conflicto, que estudien, que se preparen, que todos adoptemos una mentalidad conciliadora, armónica, constructiva y no nos estemos enfrentando que es lo que hemos venido haciendo desde hace más de 50 años.
Por Daniela Marbello / EL PILÓN
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