Parece que la primera medición de bienestar subjetivo que hizo el Departamento Nacional de Planeación –DNP- acabó con el mito de que los costeños éramos los más felices, alegres y descomplicados del país. En esta encuesta que aplicaron a más de nueve mil personas los hombres y mujeres de la Costa Atlántica aparecen como los […]
Parece que la primera medición de bienestar subjetivo que hizo el Departamento Nacional de Planeación –DNP- acabó con el mito de que los costeños éramos los más felices, alegres y descomplicados del país. En esta encuesta que aplicaron a más de nueve mil personas los hombres y mujeres de la Costa Atlántica aparecen como los más preocupados y deprimidos, los más alegres están en los Llanos Orientales.
El DNP midió la percepción de los habitantes de las cuatro principales ciudades del país y sus áreas metropolitanas en cuatro variables fundamentales: felicidad, satisfacción, preocupación y depresión.
En una escala que va de cero a 10, los habitantes del Caribe se autocalificaron con un promedio de 8,57 puntos en satisfacción, superando sólo a la región Pacífica que logra una nota de 8,31, mientras que están por debajo de Centro Oriente (8,65); Llanos (8,68), Eje Cafetero (8,72) y Centro Sur (8,74).
En felicidad la encuesta registró un resultado similar, el Caribe obtuvo una calificación de 8,25 puntos sobre 10, por encima del Pacífico que obtiene un puntaje de 7,78, pero con menos nota que Llanos (8,36), Eje Cafetero (8,40), Centro Oriente (8,47) y Centro Sur 8,53, quienes se consideran los ciudadanos más felices del país. En conclusión, los habitantes del Caribe están entre los más preocupados y deprimidos.
Las razones son muchas y parece que son transversales con las necesidades básicas insatisfechas, la pobreza golpea bastante y las frustraciones vienen en cascada. Por eso es tan valioso este estudio, porque ausculta cómo se siente el ciudadano con la vida. ¿Es feliz, se siente satisfecho con lo que hace, qué le preocupa y qué lo entristece?
Son esas dimensiones las que deberían preocupar, así sí con razón, a los gobernantes, más que el afán por hacer una obra suntuosa de cemento, se trata de saber sí el parque, la plaza, la vía, el polideportivo, las jornadas sociales o la entrega de paquetes alimentarios es lo que en verdad necesitan, si es lo que los hace sentirse contentos.
En los resultados sobre preocupación, la Costa Caribe ocupa el tercer lugar con una nota de 3,38, solo superados por la región Pacífico y Centro Sur que se calificaron con 3,48 y 3,70, y en los indicadores de depresión el Caribe se califica con una nota de 2 sobre 10, superando sólo al Pacífico donde la gente se considera más deprimida con una calificación de 2,32. ¿Por eso tantos suicidios?
La salud mental de la ciudadanía no pasa por su mejor momento. Solo basta con salir a la calle para darse cuenta de la agresividad de las personas, la que conduce el carro, la moto, el peatón, el vendedor. La tolerancia ha perdido terreno y el irrespeto lo gana fácilmente.
Este estudio debe ser un punto en la agenda tanto de los alcaldes como del gobernador del Cesar. Puede servir.
Parece que la primera medición de bienestar subjetivo que hizo el Departamento Nacional de Planeación –DNP- acabó con el mito de que los costeños éramos los más felices, alegres y descomplicados del país. En esta encuesta que aplicaron a más de nueve mil personas los hombres y mujeres de la Costa Atlántica aparecen como los […]
Parece que la primera medición de bienestar subjetivo que hizo el Departamento Nacional de Planeación –DNP- acabó con el mito de que los costeños éramos los más felices, alegres y descomplicados del país. En esta encuesta que aplicaron a más de nueve mil personas los hombres y mujeres de la Costa Atlántica aparecen como los más preocupados y deprimidos, los más alegres están en los Llanos Orientales.
El DNP midió la percepción de los habitantes de las cuatro principales ciudades del país y sus áreas metropolitanas en cuatro variables fundamentales: felicidad, satisfacción, preocupación y depresión.
En una escala que va de cero a 10, los habitantes del Caribe se autocalificaron con un promedio de 8,57 puntos en satisfacción, superando sólo a la región Pacífica que logra una nota de 8,31, mientras que están por debajo de Centro Oriente (8,65); Llanos (8,68), Eje Cafetero (8,72) y Centro Sur (8,74).
En felicidad la encuesta registró un resultado similar, el Caribe obtuvo una calificación de 8,25 puntos sobre 10, por encima del Pacífico que obtiene un puntaje de 7,78, pero con menos nota que Llanos (8,36), Eje Cafetero (8,40), Centro Oriente (8,47) y Centro Sur 8,53, quienes se consideran los ciudadanos más felices del país. En conclusión, los habitantes del Caribe están entre los más preocupados y deprimidos.
Las razones son muchas y parece que son transversales con las necesidades básicas insatisfechas, la pobreza golpea bastante y las frustraciones vienen en cascada. Por eso es tan valioso este estudio, porque ausculta cómo se siente el ciudadano con la vida. ¿Es feliz, se siente satisfecho con lo que hace, qué le preocupa y qué lo entristece?
Son esas dimensiones las que deberían preocupar, así sí con razón, a los gobernantes, más que el afán por hacer una obra suntuosa de cemento, se trata de saber sí el parque, la plaza, la vía, el polideportivo, las jornadas sociales o la entrega de paquetes alimentarios es lo que en verdad necesitan, si es lo que los hace sentirse contentos.
En los resultados sobre preocupación, la Costa Caribe ocupa el tercer lugar con una nota de 3,38, solo superados por la región Pacífico y Centro Sur que se calificaron con 3,48 y 3,70, y en los indicadores de depresión el Caribe se califica con una nota de 2 sobre 10, superando sólo al Pacífico donde la gente se considera más deprimida con una calificación de 2,32. ¿Por eso tantos suicidios?
La salud mental de la ciudadanía no pasa por su mejor momento. Solo basta con salir a la calle para darse cuenta de la agresividad de las personas, la que conduce el carro, la moto, el peatón, el vendedor. La tolerancia ha perdido terreno y el irrespeto lo gana fácilmente.
Este estudio debe ser un punto en la agenda tanto de los alcaldes como del gobernador del Cesar. Puede servir.