Al igual que cualquier consumidor, no digo que comprar en ofertas sea malo, siempre y cuando el bien o servicio que se ofrece en el mercado cumpla con las expectativas esperadas en cuanto a satisfacción; y digo que no es malo porque muchas veces estas compras generan algún tipo de ahorro. Lo grave del asunto, […]
Al igual que cualquier consumidor, no digo que comprar en ofertas sea malo, siempre y cuando el bien o servicio que se ofrece en el mercado cumpla con las expectativas esperadas en cuanto a satisfacción; y digo que no es malo porque muchas veces estas compras generan algún tipo de ahorro. Lo grave del asunto, es que se utilizan prácticas engañosas que hacen creer a los consumidores que obtendrán un valor menor al real y nos ofrecen falsos precios, exageran las características o el desempeño del producto o servicio y por lo general terminamos convencidos que se recibe más bienes o servicios por el mismo precio; me refiero a los “combos”; una práctica común en la venta de comidas rápidas, supermercados, telefonía celular, etc.
Pues en realidad la imaginación de los mercadólogos no tiene límites; ni qué decir de los encargados de hacer la publicidad que terminan manipulando fácilmente nuestros sentidos. Pero quien lo creyera, esta práctica también ha llegado a los servicios que ofrecen los cirujanos estéticos a la población femenina, ofreciendo moldear un cuerpo, unos senos y una cola acordes al que cada mujer desea y la sociedad impone, y pues este cándido convencimiento hace que se recurra a las cirugías estéticas y desde luego, para mercadear esos servicios desde los portales web y pautas publicitarais en revistas y otros medios, muchos centros estéticos ofrecen estos servicios en la modalidad de “combos”, vale decir, prometen esa belleza a bajo costo y fijan avisos como el siguiente: Aproveche nuestros procedimientos combinados a precio especial: lifting facial + implantes mamarios + liposucción.
La otra opción que figura es: Glúteos + retoques en la nariz”. La razón del bajo costo del procedimiento quirúrgico es que al someterse a dos o tres operaciones en simultáneo, el paciente se ahorra el valor del derecho de quirófano y de la anestesia, es decir, paga una sola vez por estos servicios en vez de dos o tres. Pero lo crítico del asunto, es que no hay sinceridad con el paciente en cuanto al consentimiento informado, pues nada se les dice sobre los riegos y consecuencias que pueden generar este tipo de cirugías bajo esa modalidad. Tan es así, que según cirujanos estéticos responsables y éticos, manifiestan que toda operación que supere las cinco horas, duplica los riesgos quirúrgicos y que lo mejor es hacer intervenciones por zona; mientras que otros, expresan que hacer una lipo completa, un implante de mamas y un retoque facial es similar a un asesinato.
La realidad del asunto es que en Colombia aún no existe una ley que reglamente el ejercicio de la cirugía plástica y estética, pues este intento legislativo ha fracasado en varias oportunidades y mientras esto ocurra, seguirán escasos los controles y vigilancia sobre estas prácticas que ponen en riesgo la seguridad de los pacientes, los combos aumentando el menú quirúrgico y las damas convencidas de que sin tetas no hay paraíso.
Al igual que cualquier consumidor, no digo que comprar en ofertas sea malo, siempre y cuando el bien o servicio que se ofrece en el mercado cumpla con las expectativas esperadas en cuanto a satisfacción; y digo que no es malo porque muchas veces estas compras generan algún tipo de ahorro. Lo grave del asunto, […]
Al igual que cualquier consumidor, no digo que comprar en ofertas sea malo, siempre y cuando el bien o servicio que se ofrece en el mercado cumpla con las expectativas esperadas en cuanto a satisfacción; y digo que no es malo porque muchas veces estas compras generan algún tipo de ahorro. Lo grave del asunto, es que se utilizan prácticas engañosas que hacen creer a los consumidores que obtendrán un valor menor al real y nos ofrecen falsos precios, exageran las características o el desempeño del producto o servicio y por lo general terminamos convencidos que se recibe más bienes o servicios por el mismo precio; me refiero a los “combos”; una práctica común en la venta de comidas rápidas, supermercados, telefonía celular, etc.
Pues en realidad la imaginación de los mercadólogos no tiene límites; ni qué decir de los encargados de hacer la publicidad que terminan manipulando fácilmente nuestros sentidos. Pero quien lo creyera, esta práctica también ha llegado a los servicios que ofrecen los cirujanos estéticos a la población femenina, ofreciendo moldear un cuerpo, unos senos y una cola acordes al que cada mujer desea y la sociedad impone, y pues este cándido convencimiento hace que se recurra a las cirugías estéticas y desde luego, para mercadear esos servicios desde los portales web y pautas publicitarais en revistas y otros medios, muchos centros estéticos ofrecen estos servicios en la modalidad de “combos”, vale decir, prometen esa belleza a bajo costo y fijan avisos como el siguiente: Aproveche nuestros procedimientos combinados a precio especial: lifting facial + implantes mamarios + liposucción.
La otra opción que figura es: Glúteos + retoques en la nariz”. La razón del bajo costo del procedimiento quirúrgico es que al someterse a dos o tres operaciones en simultáneo, el paciente se ahorra el valor del derecho de quirófano y de la anestesia, es decir, paga una sola vez por estos servicios en vez de dos o tres. Pero lo crítico del asunto, es que no hay sinceridad con el paciente en cuanto al consentimiento informado, pues nada se les dice sobre los riegos y consecuencias que pueden generar este tipo de cirugías bajo esa modalidad. Tan es así, que según cirujanos estéticos responsables y éticos, manifiestan que toda operación que supere las cinco horas, duplica los riesgos quirúrgicos y que lo mejor es hacer intervenciones por zona; mientras que otros, expresan que hacer una lipo completa, un implante de mamas y un retoque facial es similar a un asesinato.
La realidad del asunto es que en Colombia aún no existe una ley que reglamente el ejercicio de la cirugía plástica y estética, pues este intento legislativo ha fracasado en varias oportunidades y mientras esto ocurra, seguirán escasos los controles y vigilancia sobre estas prácticas que ponen en riesgo la seguridad de los pacientes, los combos aumentando el menú quirúrgico y las damas convencidas de que sin tetas no hay paraíso.