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Columnista - 14 mayo, 2018

Los cantantes vallenatos en la política

Desde hace tiempo, el folclor vallenato se ha visto tentado por el poder político, el mismo Escalona le cantó a Rojas Pinilla y fueron muchas las parrandas que alternó con Alfonso López Michelsen; en la historia más reciente, el festival vallenato ha seducido a muchos presidentes, menos a Santos. Pero nunca antes habíamos tenido a […]

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Desde hace tiempo, el folclor vallenato se ha visto tentado por el poder político, el mismo Escalona le cantó a Rojas Pinilla y fueron muchas las parrandas que alternó con Alfonso López Michelsen; en la historia más reciente, el festival vallenato ha seducido a muchos presidentes, menos a Santos. Pero nunca antes habíamos tenido a los cantantes metidos en la arena política como está sucediendo en esta elección, lo que obliga a considerar ¿Es conveniente que participen o mejor que se mantengan al margen? Hacer política es una expresión válida para cualquier ciudadano y desde ese punto de vista es muy bueno que participen, pero no solo apoyando candidatos para ayudarles a conseguir votos, también sería bueno que se involucraran en la crítica, porque los políticos, tanto nacionales como regionales, se han valido de sus saludos para impulsar una recordación efectiva dirigida a un sector del pueblo que los ve como referentes, recordemos la Ñoñomanía, una franquicia de corrupción que los utilizó a todos a cambio de fiestas y dinero.

Qué importante sería ver a Poncho Zuleta protestando por el abandono de la represa del Ranchería, a Silvestre Dangond quejándose por la muerte de niños wayuu y la corrupción en su departamento o a Jorge Oñate peleando por la contaminación que dejan las multinacionales del carbón o por salvar los páramos en la serranía de Perijá; algunos dirán que esa no es su función, desde ese punto de vista tampoco sería su función montarse en una tarima con Vargas Lleras, Duque o Petro, si se quieren mantener al margen háganlo, pero insistió, el artista puede hacer política y también eludir el control social, pero el artista comprometido con la gente que lo sigue, debe aportar un poco más en aras de mejorar la sociedad, algunos insisten en exaltar personajes siniestros y corruptos de nuestra política, únicamente porque tienen dinero o gobernadores y alcaldes por un contrato, sin importar la procedencia o que hayan hecho, como si ignoraran que su talento es mucho más valioso que cualquier corrupto de esos.

No se trata de atacar el folclor, es un llamado a los artistas que muchas veces he defendido y exaltado para que se valoren, que se den cuenta que la sociedad ha evolucionado y esos saludos a quienes más perjudican, es a ellos mismos, hasta pueden verse inmersos en una investigación que los lleve a la cárcel, como le ocurrió al Churo Díaz y Mama Beatri o que les retiren la visa a EEUU y eso sí que afecta sus carreras, los rezagos de la época de marimba deben terminar, para entrar en la nueva era de un vallenato más altruista y alejado de las mafias que siempre lo ha rondado.

Esperemos que Gustavo Petro deje de involucrar a Poncho Zuleta en sus manifestaciones, no es conveniente para nadie, es hora de reflexionar y pensar lo que queremos para el vallenato.

¿El mismo parroquialismo que no ha permitido la internacionalización?

Columnista
14 mayo, 2018

Los cantantes vallenatos en la política

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jacobo Solano Cerchiaro

Desde hace tiempo, el folclor vallenato se ha visto tentado por el poder político, el mismo Escalona le cantó a Rojas Pinilla y fueron muchas las parrandas que alternó con Alfonso López Michelsen; en la historia más reciente, el festival vallenato ha seducido a muchos presidentes, menos a Santos. Pero nunca antes habíamos tenido a […]


Desde hace tiempo, el folclor vallenato se ha visto tentado por el poder político, el mismo Escalona le cantó a Rojas Pinilla y fueron muchas las parrandas que alternó con Alfonso López Michelsen; en la historia más reciente, el festival vallenato ha seducido a muchos presidentes, menos a Santos. Pero nunca antes habíamos tenido a los cantantes metidos en la arena política como está sucediendo en esta elección, lo que obliga a considerar ¿Es conveniente que participen o mejor que se mantengan al margen? Hacer política es una expresión válida para cualquier ciudadano y desde ese punto de vista es muy bueno que participen, pero no solo apoyando candidatos para ayudarles a conseguir votos, también sería bueno que se involucraran en la crítica, porque los políticos, tanto nacionales como regionales, se han valido de sus saludos para impulsar una recordación efectiva dirigida a un sector del pueblo que los ve como referentes, recordemos la Ñoñomanía, una franquicia de corrupción que los utilizó a todos a cambio de fiestas y dinero.

Qué importante sería ver a Poncho Zuleta protestando por el abandono de la represa del Ranchería, a Silvestre Dangond quejándose por la muerte de niños wayuu y la corrupción en su departamento o a Jorge Oñate peleando por la contaminación que dejan las multinacionales del carbón o por salvar los páramos en la serranía de Perijá; algunos dirán que esa no es su función, desde ese punto de vista tampoco sería su función montarse en una tarima con Vargas Lleras, Duque o Petro, si se quieren mantener al margen háganlo, pero insistió, el artista puede hacer política y también eludir el control social, pero el artista comprometido con la gente que lo sigue, debe aportar un poco más en aras de mejorar la sociedad, algunos insisten en exaltar personajes siniestros y corruptos de nuestra política, únicamente porque tienen dinero o gobernadores y alcaldes por un contrato, sin importar la procedencia o que hayan hecho, como si ignoraran que su talento es mucho más valioso que cualquier corrupto de esos.

No se trata de atacar el folclor, es un llamado a los artistas que muchas veces he defendido y exaltado para que se valoren, que se den cuenta que la sociedad ha evolucionado y esos saludos a quienes más perjudican, es a ellos mismos, hasta pueden verse inmersos en una investigación que los lleve a la cárcel, como le ocurrió al Churo Díaz y Mama Beatri o que les retiren la visa a EEUU y eso sí que afecta sus carreras, los rezagos de la época de marimba deben terminar, para entrar en la nueva era de un vallenato más altruista y alejado de las mafias que siempre lo ha rondado.

Esperemos que Gustavo Petro deje de involucrar a Poncho Zuleta en sus manifestaciones, no es conveniente para nadie, es hora de reflexionar y pensar lo que queremos para el vallenato.

¿El mismo parroquialismo que no ha permitido la internacionalización?