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Columnista - 25 octubre, 2022

Los caminos de la vida…

Es verdad que los caminos de la vida no son como uno los piensa e imagina y que son más difíciles de andar de lo que se espera.  La canción del compositor Omar Geles, nos brinda la oportunidad de pensar un poco en lo difícil que suele ser vivir; las etapas se van quemando, cada […]

Es verdad que los caminos de la vida no son como uno los piensa e imagina y que son más difíciles de andar de lo que se espera. 

La canción del compositor Omar Geles, nos brinda la oportunidad de pensar un poco en lo difícil que suele ser vivir; las etapas se van quemando, cada una en la medida que van pasando nos ponen ante una puerta no menos difícil de abrir y de entrar.

La niñez es hermosa, y escuchaba por ahí que en la medida en que se viva una niñez feliz, se va a vivir una vida feliz. Cada uno tendrá razones diferentes para enfrentar este pensamiento.

A medida que el tiempo pasa, llegan las responsabilidades del colegio, los amigos, las andanzas de grupos, los primeros amores y desamores.

Cada evento es diferente, los mejores amigos, quizás uno nada más, a los cuales le entregas tus más preciados secretos y fidelidad.

‘Los caminos de la vida, son muy difíciles de andar, difíciles de caminar’ y en ocasiones nos perdemos en ellos.  Para unos los ejemplos de otros son válidos para enrutarse de manera adecuada.

Otros ni si tropezamos y caemos cien veces, aprendemos del error. Son vainas de carácter, disciplina y enjundia. Que todo el mundo no interpreta y aplica de la misma forma.

El Papa Francisco nos dice: «La vida es demasiado breve para consumirla en la tristeza; alabemos a Dios, contentos de existir» y resulta fácil el raciocinio; el escribir esto de manera sencilla puede estar distante de la realidad.

En la medida que los años pasan, descubrimos lo sabio que eran nuestros padres y nunca o casi nunca le prestamos atención.

Y avanzamos, lo justo se lleva nuestra fuerza y energía, y en cambio lo injusto nos va dejando la piel arrugada, el cuerpo encorvado, los pasos lentos, el andar a veces sin compañía; la mocedad se ve andando con bastón.

Así veíamos a nuestros padres y abuelos, hoy nuestros hijos nos perciben de la misma forma, aún la vejez no toca nuestra puerta, pero está a pocas cuadras, en nuestro sentir; en el de los hijos ya la vejez nos carga

“Los frutos de ese amor, que Dios bendijo,
alegran el hogar con su presencia, a quien se quiere más, sino a los hijos, son la prolongación de la existencia… después cuantos esfuerzos y desvelos para que no les falte nunca nada para que cuando crezcan lleguen lejos y puedan alcanzar esa felicidad tan anhelada”.

El tiempo pasa y se lleva lo más preciado de un ser humano, la fuerza y el espíritu combativo, ‘La Mocedad’ por eso el mejor consejo, es valorar lo que tenemos.

Dignificar nuestro recorrido por la vida, estudiar, prepararnos para darle forma al siguiente ciclo, el espacio a los hijos que en esencia deberían seguir el ejemplo y darles a sus hijos también el suyo. Esto es cíclico.

Se dice y se analizan muchas cosas, la familia como base de una sociedad, en la familia se ven anomalías y hoy la sociedad está corrompida, Dios nos brinde de su sabiduría, de su bondad y de su gracia para afrontar la vida como lo pidió Salomón.

“¡Dame sabiduría e inteligencia para que pueda gobernar a un pueblo tan grande como el tuyo! Porque sin tu ayuda, nadie es capaz de hacerlo”.

Tal cual es lo que debemos tener para sobrellevar una vida adecuada y aportarle a una sociedad inescrupulosa, que actualmente ofende sus principios y valores.  Sólo Eso. 

Columnista
25 octubre, 2022

Los caminos de la vida…

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Eduardo S. Ortega Vergara

Es verdad que los caminos de la vida no son como uno los piensa e imagina y que son más difíciles de andar de lo que se espera.  La canción del compositor Omar Geles, nos brinda la oportunidad de pensar un poco en lo difícil que suele ser vivir; las etapas se van quemando, cada […]


Es verdad que los caminos de la vida no son como uno los piensa e imagina y que son más difíciles de andar de lo que se espera. 

La canción del compositor Omar Geles, nos brinda la oportunidad de pensar un poco en lo difícil que suele ser vivir; las etapas se van quemando, cada una en la medida que van pasando nos ponen ante una puerta no menos difícil de abrir y de entrar.

La niñez es hermosa, y escuchaba por ahí que en la medida en que se viva una niñez feliz, se va a vivir una vida feliz. Cada uno tendrá razones diferentes para enfrentar este pensamiento.

A medida que el tiempo pasa, llegan las responsabilidades del colegio, los amigos, las andanzas de grupos, los primeros amores y desamores.

Cada evento es diferente, los mejores amigos, quizás uno nada más, a los cuales le entregas tus más preciados secretos y fidelidad.

‘Los caminos de la vida, son muy difíciles de andar, difíciles de caminar’ y en ocasiones nos perdemos en ellos.  Para unos los ejemplos de otros son válidos para enrutarse de manera adecuada.

Otros ni si tropezamos y caemos cien veces, aprendemos del error. Son vainas de carácter, disciplina y enjundia. Que todo el mundo no interpreta y aplica de la misma forma.

El Papa Francisco nos dice: «La vida es demasiado breve para consumirla en la tristeza; alabemos a Dios, contentos de existir» y resulta fácil el raciocinio; el escribir esto de manera sencilla puede estar distante de la realidad.

En la medida que los años pasan, descubrimos lo sabio que eran nuestros padres y nunca o casi nunca le prestamos atención.

Y avanzamos, lo justo se lleva nuestra fuerza y energía, y en cambio lo injusto nos va dejando la piel arrugada, el cuerpo encorvado, los pasos lentos, el andar a veces sin compañía; la mocedad se ve andando con bastón.

Así veíamos a nuestros padres y abuelos, hoy nuestros hijos nos perciben de la misma forma, aún la vejez no toca nuestra puerta, pero está a pocas cuadras, en nuestro sentir; en el de los hijos ya la vejez nos carga

“Los frutos de ese amor, que Dios bendijo,
alegran el hogar con su presencia, a quien se quiere más, sino a los hijos, son la prolongación de la existencia… después cuantos esfuerzos y desvelos para que no les falte nunca nada para que cuando crezcan lleguen lejos y puedan alcanzar esa felicidad tan anhelada”.

El tiempo pasa y se lleva lo más preciado de un ser humano, la fuerza y el espíritu combativo, ‘La Mocedad’ por eso el mejor consejo, es valorar lo que tenemos.

Dignificar nuestro recorrido por la vida, estudiar, prepararnos para darle forma al siguiente ciclo, el espacio a los hijos que en esencia deberían seguir el ejemplo y darles a sus hijos también el suyo. Esto es cíclico.

Se dice y se analizan muchas cosas, la familia como base de una sociedad, en la familia se ven anomalías y hoy la sociedad está corrompida, Dios nos brinde de su sabiduría, de su bondad y de su gracia para afrontar la vida como lo pidió Salomón.

“¡Dame sabiduría e inteligencia para que pueda gobernar a un pueblo tan grande como el tuyo! Porque sin tu ayuda, nadie es capaz de hacerlo”.

Tal cual es lo que debemos tener para sobrellevar una vida adecuada y aportarle a una sociedad inescrupulosa, que actualmente ofende sus principios y valores.  Sólo Eso.