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Para adentrarnos en esta discusión, hay que definir la ideología como la ciencia de las ideas; todo lo que pensemos o hagamos tiene una connotación ideológica, no necesariamente política que es el fin al cual muchos quieren restringir el concepto.
Para adentrarnos en esta discusión, hay que definir la ideología como la ciencia de las ideas; todo lo que pensemos o hagamos tiene una connotación ideológica, no necesariamente política que es el fin al cual muchos quieren restringir el concepto. Una empresa del más asceta tiene su ideología consistente en su misión, visión y objetivos: esa es su estructura ideológica. Claro, hay ideologías basura. Los partidos políticos, que están en función de asumir el poder de un Estado, tienen su ideología y pueden tener miradas diferentes del mundo, sus problemas y sus soluciones.
Esta diferencia no es mala, es constructiva, la uniformidad conduce a la inercia; la contradicción es la fuente de la vida, un claro ejemplo es el metabolismo. Contradecir no es generar lucha de clases, es defender principios y al adversario hay que combatirlo con argumentos, no matarlo ni desaparecerlo ni desprestigiarlo con malabares y calumnias ni enviarlo al ostracismo. Mientras no haya suficiente claridad ideológica en la mayoría de cada uno de los partidos políticos, no será posible avanzar ni propiciar cambios cualitativos en la sociedad y el Estado. Un movimiento alternativo no podrá avanzar si muchos de sus integrantes carecen de claridad conceptual y se embarcan en el primer bus que pasa, no importa hacia donde vaya.
Existe mucha confusión, incluso en personas de cierto nivel académico; o lo saben, pero temen identificarse públicamente con alguna ideología política. Por eso, con frecuencia escucho decir: “Hagamos los cambios, pero sin ideologías”, “yo no soy de izquierda ni de derecha, soy de centro”. ¡Qué falta de compromisos! Son unos cobardes. El centro ideológico es una falacia, un refugio, un burladero, es un conjunto vacío, hablando en términos matemáticos. A quienes piensan así, para distinguirlos, yo he acuñado un término, los defino como “amorfos”, pero hoy ofrezco otra definición más específica, los “trans ideológicos”, haciendo una analogía con los mal llamados transgéneros, que no están contentos con lo que la naturaleza les dio: ni los que nacen con vagina ni los que nacen con pene y buscan una identidad que biológicamente no existe, su mundo es irreal porque el centro biológico no existe como tampoco la clase media.
En las ideologías o somos de derecha o de izquierda, son términos dicotómicos, si o no. Hay individuos que viniendo de muy abajo logran ascender y por eso ya niegan hasta su mamá, son trans, se les olvida que hace seis generaciones estaban encadenados. Un test podría ayudar a ubicarse a quienes se encuentren en este limbo ideológico. La derecha se nutre en los siguientes conceptos: nacionalismo, conservadurismo, xenofobia, autoridad, identidad nacional, orden, jerarquía, militarismo, seguridad, propiedad privada, tradición, teología, inercia, patria, exclusión social y Estado teocrático. Además, es centrípeta, intenta reducir el Estado a un pequeño número de funciones dándolas a los privados para usufructo de pocas familias.
Se es de derecha por herencia (inducción familiar), por defensa de intereses económicos, por arribismo, por distorsión cognitiva (p.ej., Gerson Chaverra). La izquierda, en cambio, se distingue por los siguientes conceptos: justicia social, solidaridad, diversidad, pluralismo, internacionalismo, Estado de bienestar, altruismo, cambio, secularismo, ambientalismo, dialéctica y Estado laico. Además, la izquierda es centrífuga, trata de expandir el Estado hacia un mayor número de personas.
Se es de izquierda por esnobismo, criticismo intelectual, búsqueda de soluciones alternas y justicia social. Es más fácil ser de derecha que de izquierda porque no requiere convencimiento ideológico; ser de izquierda en un régimen excluyente y fascista es ser suicida, es un acto de heroísmo. Conociendo estas categorías conceptuales ya no habrá excusas para definir de cual lado se encuentra uno. El frente amplio de Gustavo Petro, si quiere mantenerse en el poder, debe hacer una profunda pedagogía para que sus apoyos no sean coyunturales, espontáneos y emocionales sino cognitivos, la gente debe saber hacia dónde va y qué le conviene al país.
Por: Luis Napoleón de Armas P.
Para adentrarnos en esta discusión, hay que definir la ideología como la ciencia de las ideas; todo lo que pensemos o hagamos tiene una connotación ideológica, no necesariamente política que es el fin al cual muchos quieren restringir el concepto.
Para adentrarnos en esta discusión, hay que definir la ideología como la ciencia de las ideas; todo lo que pensemos o hagamos tiene una connotación ideológica, no necesariamente política que es el fin al cual muchos quieren restringir el concepto. Una empresa del más asceta tiene su ideología consistente en su misión, visión y objetivos: esa es su estructura ideológica. Claro, hay ideologías basura. Los partidos políticos, que están en función de asumir el poder de un Estado, tienen su ideología y pueden tener miradas diferentes del mundo, sus problemas y sus soluciones.
Esta diferencia no es mala, es constructiva, la uniformidad conduce a la inercia; la contradicción es la fuente de la vida, un claro ejemplo es el metabolismo. Contradecir no es generar lucha de clases, es defender principios y al adversario hay que combatirlo con argumentos, no matarlo ni desaparecerlo ni desprestigiarlo con malabares y calumnias ni enviarlo al ostracismo. Mientras no haya suficiente claridad ideológica en la mayoría de cada uno de los partidos políticos, no será posible avanzar ni propiciar cambios cualitativos en la sociedad y el Estado. Un movimiento alternativo no podrá avanzar si muchos de sus integrantes carecen de claridad conceptual y se embarcan en el primer bus que pasa, no importa hacia donde vaya.
Existe mucha confusión, incluso en personas de cierto nivel académico; o lo saben, pero temen identificarse públicamente con alguna ideología política. Por eso, con frecuencia escucho decir: “Hagamos los cambios, pero sin ideologías”, “yo no soy de izquierda ni de derecha, soy de centro”. ¡Qué falta de compromisos! Son unos cobardes. El centro ideológico es una falacia, un refugio, un burladero, es un conjunto vacío, hablando en términos matemáticos. A quienes piensan así, para distinguirlos, yo he acuñado un término, los defino como “amorfos”, pero hoy ofrezco otra definición más específica, los “trans ideológicos”, haciendo una analogía con los mal llamados transgéneros, que no están contentos con lo que la naturaleza les dio: ni los que nacen con vagina ni los que nacen con pene y buscan una identidad que biológicamente no existe, su mundo es irreal porque el centro biológico no existe como tampoco la clase media.
En las ideologías o somos de derecha o de izquierda, son términos dicotómicos, si o no. Hay individuos que viniendo de muy abajo logran ascender y por eso ya niegan hasta su mamá, son trans, se les olvida que hace seis generaciones estaban encadenados. Un test podría ayudar a ubicarse a quienes se encuentren en este limbo ideológico. La derecha se nutre en los siguientes conceptos: nacionalismo, conservadurismo, xenofobia, autoridad, identidad nacional, orden, jerarquía, militarismo, seguridad, propiedad privada, tradición, teología, inercia, patria, exclusión social y Estado teocrático. Además, es centrípeta, intenta reducir el Estado a un pequeño número de funciones dándolas a los privados para usufructo de pocas familias.
Se es de derecha por herencia (inducción familiar), por defensa de intereses económicos, por arribismo, por distorsión cognitiva (p.ej., Gerson Chaverra). La izquierda, en cambio, se distingue por los siguientes conceptos: justicia social, solidaridad, diversidad, pluralismo, internacionalismo, Estado de bienestar, altruismo, cambio, secularismo, ambientalismo, dialéctica y Estado laico. Además, la izquierda es centrífuga, trata de expandir el Estado hacia un mayor número de personas.
Se es de izquierda por esnobismo, criticismo intelectual, búsqueda de soluciones alternas y justicia social. Es más fácil ser de derecha que de izquierda porque no requiere convencimiento ideológico; ser de izquierda en un régimen excluyente y fascista es ser suicida, es un acto de heroísmo. Conociendo estas categorías conceptuales ya no habrá excusas para definir de cual lado se encuentra uno. El frente amplio de Gustavo Petro, si quiere mantenerse en el poder, debe hacer una profunda pedagogía para que sus apoyos no sean coyunturales, espontáneos y emocionales sino cognitivos, la gente debe saber hacia dónde va y qué le conviene al país.
Por: Luis Napoleón de Armas P.